La violencia contra las mujeres es una manifestación de las desigualdades de género

(Transcripción de la Columna de Karina Batthyány
en InfoCLACSO – 30 de marzo 2022)

#CLACSO2022

Al día de hoy, para nuestra Conferencia #CLACSO2022, tenemos más de 3.500 conferencistas, panelistas y ponentes que van a participar de todas las actividades (más de 1.000) que estamos programando: tendremos diálogos magistrales, paneles, foros, mesas, talleres de formación, feria del libro, festival de cine y actividades culturales que acompañan el desarrollo de la Conferencia. A partir del 1 de abril se abre la inscripción general gratuita para quienes quieran asistir a la Novena Conferencia de #CLACSO2022 (https://conferenciaclacso.org/inscripcion_asistentes), no con ponentes, sino para poder participar y escuchar las mesas, los foros, los diálogos, el festival de cine, feria del libro, entre otros.

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#Mesdelasmujeres

Finalizando lo que en CLACSO llamamos hace tres años Marzo Mes de las Mujeres, vamos a abordar una de las dimensiones más importante para la igualdad de género y también por tener consecuencias directas y dramáticas en muchos casos sobre la vida de las mujeres en América Latina y el Caribe. Me refiero específicamente a la violencia contra las mujeres.

Recordemos que la violencia de género es una manifestación de las desigualdades de género relacionadas con la forma en que se imponen estas desigualdades a mujeres y niñas a causa de la posición de dominación y subordinación que tenemos en la sociedad. Y que la violencia de género se puede expresar en diferentes dimensiones: violencia física, sexual, emocional, económica, institucional, entre otras tantas formas. Quizás las que más trascienden son la física y la sexual, pero no son las únicas dimensiones de violencia.

De acuerdo a los registros de Naciones Unidas, América Latina está con 14 de los 25 países que tienen los índices de crímenes contra las mujeres más altos del mundo. Y nuestra región es la segunda más peligrosa para las mujeres, solo la supera África.

De acuerdo a los datos del Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe de la CEPAL, los 10 países con mayores tasas de femicidios cada 100 mil mujeres están en AL y está encabezado por Honduras, República Dominicana, El Salvador, Bolivia, Brasil, Panamá, México, Guatemala, Uruguay y Argentina. Estamos hablando de los países con mayores tasas de femicidios cada 100 mil habitantes en AL. Además, cuando miramos las edades de las víctimas de femicidio en la región, los datos recopilados en 18 países de nuestra América Latina muestran que si bien la violencia femicida se expresa con mayor intensidad durante las edades reproductivas de las mujeres, es decir, las edades en que las mujeres tienen hijos e hijas, en realidad esta violencia está presente durante todo el ciclo de vida de las mujeres.

De hecho, el número absoluto de casos más altos corresponde al tramo de edad entre 30 y 44 años, luego la siguen las adolescentes y las mujeres jóvenes entre 15 y 29 años. Aquí tenemos un impacto mayor de este tipo de violencia.

También hay un informe de ONU Mujeres que analiza 13 países desde la situación de pandemia, plantea por medio de una encuesta realizada que dos de cada tres mujeres padecieron alguna forma de violencia o conocían una mujer que había padecido violencia durante la pandemia. Es un dato que nos tiene que llamar profundamente a la reflexión. En los 13 países de todo el mundo, hay dos que son de América Latina: Colombia y Paraguay. Insisto: Dos tercios de las mujeres declaran padecer o conocer alguna mujer que padece estas formas de violencia.

El femicidio es la expresión más extrema, brutal e irreversible de las desigualdades que afectan los derechos humanos de las mujeres, pero sabemos bien que no es la única. Durante la pandemia esta violencia contra las mujeres aumentó, incluso algunas de las medidas que se tomaron a inicio de la pandemia fueron completamente ciegas al género y a la violencia de género. Porque las cuarentenas y los confinamientos para muchas mujeres se convirtieron en una trampa mortal encerradas con sus agresores y nos llevó a un aumento significativo de la violencia hacia las mujeres. Tenemos algunos datos para América Latina durante el periodo de la pandemia: el 51% de las mujeres encuestadas en República Dominicana, el 44% de las mujeres encuestadas en Uruguay y el 41% de las mujeres encuestadas en México, declararon haber sufrido violencia sexual o violencia física en estos momentos de pandemia.

Entonces, creemos que debemos rápidamente seguir trabajando con políticas públicas que permitan superar esta pandemia que no es ocasional u ocasionada por un virus, sino que es una pandemia permanente de violencia hacia las mujeres. Esta temática de género siempre está presente en nuestras columnas.

-Pensaba la dificultad que estas temáticas sean tratadas de manera acertada en los medios de comunicación… La cantidad de veces que en muchos lugares vemos justificaciones de las situaciones de violencia contra las mujeres armando un circuito de cierta complicidad.

Absolutamente. Se ha trabajado mucho a nivel regional con los medios de comunicación para sensibilizar en torno a este tema, cómo se presentan las noticias, a no revictimizar y no invertir la carga de la prueba en los casos de violencia hacia las mujeres, pero queda mucho por recorrer. Porque lo más común aún sigue siendo el tratamiento en el sentido que tú lo mencionas. Desde CLACSO estamos apostando también a trabajar en torno a este tema en todas nuestras áreas: en investigación, formación, conformaciones específicas en torno a la violencia de género y en acuerdos con organismos internacionales como la CEPAL sobre cómo medir la violencia hacia las mujeres o la violencia basada en género. Es un tema en el que se ha avanzado pero queda mucho camino por recorrer.