La violencia de género en las familias: apuntes para su conceptualización.

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Autor: Yohanka Valdés Jiménez.
Artículo publicado en CD del II Simposio Internacional CIPS 2009, CITMATEL – CIPS, ISBN 978-959-237-267-2, La Habana.

Los estudios sobre violencia en las familias tienen una historia reciente, pero sus resultados muestran un conjunto de datos y propuestas teórico-metodológicas que marcan avances importantes en el tema. En el caso de Cuba, en los últimos años cobran fuerza las investigaciones sobre esta temática y, en su mayoría, enfocan el análisis de la violencia contra las mujeres y los niños al interior de sus respectivas familias. Una parte importante de las investigaciones ofrecen lecturas diagnósticas que ubican a estos integrantes de las familias en el rol de víctimas, y a los hombres, desempeñándose como victimarios. Esta puede ser una de las razones que explica la tendencia a analizar la problemática de la violencia en las familias con una mirada individual, alejada del enfoque de género, desde el cual deben considerarse las relaciones inter e intragenéricas, en sus múltiples conexiones en el espacio familiar.

La violencia que tiene lugar en las familias, constituye una de las expresiones de la violencia social que más se ha trabajado en los últimos años. Por consenso, la mayoría de los autores destacan la participación de los grupos familiares en el aprendizaje y reproducción de conductas violentas entre sus integrantes (Cantón y Cortés 1997; Casas 1998; Parra y Hernández 2000; Rosemberg y Bistop 1998; Salvador del Barrio 1991; Torres 2001).

Sin embargo, son pocos los estudios que en el plano teórico-metodológico conectan y particularizan la violencia de género que se produce en el espacio familiar. De hecho, la violencia de género tiene lugar en distintos escenarios y grupos sociales y no se reduce a las acciones violentas que acontecen en las familias. Por otra parte, no todas las formas de violencia en las familias encuentran su explicación en las diferencias, relaciones e identidades de género, es decir, no toda violencia familiar es violencia de género (Espinar 2003). Así, en el espacio familiar coexisten diferentes expresiones de violencia en lo que, aparentemente, puede impresionar como un hecho o conducta aislada.

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