Personas con VIH/sida en Cuba sufren violencia en la pareja

La Habana, ene 19. – En la mitad de las relaciones de pareja (49.1%) que establecen las personas con VIH (virus causante del sida) en Cuba tienen lugar episodios de violencia, en los que algunas de las partes, o ambas, sufren el impacto de manifestaciones de agresión física, sexual, psicológica o económica, reveló la Encuesta a personas con VIH/sida en su edición de 2020.

Publicada por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (Onei), el instrumento incluye por primera vez un módulo de preguntas sobre la presencia de “episodios de violencia en las relaciones de pareja que establecen estas personas o en el ámbito intrafamiliar, así como también la percepción que tienen de haber sido víctimas de algunas de sus manifestaciones”.

Unas 11.412 personas con VIH/sida con 12 años o más participaron en la encuesta, durante los meses de julio y agosto de 2018, una muestra considerada representativa a nivel nacional. Coherente con la distribución por sexo de la epidemia en el país, 73.4 por ciento de las personas entrevistadas fueron hombres y 26.6 por ciento mujeres.

De acuerdo con el informe, entre los tipos de violencia más frecuentes se encuentran la psicológica, la económica, la sexual y en menor medida la física. Bajo esta mirada, los datos arrojan que ejercer control sobre la vida de la pareja, los gritos y las acusaciones de infidelidad debido a los celos, predominan como parte de la violencia psicológica.

Asimismo, las modalidades de violencia sexual más mencionadas fueron forzar a la pareja a tener relaciones sexuales sin condón y forzar a la pareja a tener relaciones sexuales sin que lo desee.

Vínculos entre VIH y violencia de género

El estudio arroja que mientras los hombres aseguran sufrir más violencia económica que las mujeres, ellas son las más afectadas por violencia física, sexual y psicológica.

Esta situación, añade, “las sitúa en una posición de mayor vulnerabilidad, limita su autonomía física, su capacidad de decidir sobre las relaciones sexuales en general, y de negociar, en específico, el uso del condón como medio para evitar reinfectarse con el VIH o infectarse con otras infecciones de transmisión sexual”.

Al considerar que estos datos constituyen “una alerta sobre una posible feminización de la infección por VIH” en Cuba, el informe recuerda que a nivel nacional se está reportando un aumento del diagnóstico del VIH entre mujeres en relación con períodos anteriores.

Los resultados de la encuesta identifican a las parejas más jóvenes, de 15 a 29 años (52,9%), como las más afectadas pues las manifestaciones de violencia parecen disminuir con el aumento la edad. En tanto, las manifestaciones de violencia fueron más frecuentes entre personas negras, menos en el caso de diversas formas de violencia física que fue más reconocida por personas mestizas.

Si bien, más del 49 por ciento de las personas víctimas de violencia con pareja estable sufrieron en el último año algún tipo de manifestación de violencia, solo el 5.9 por ciento se percibió víctima de violencia por parte de su pareja en ese período de tiempo.

Resultados a debate

A partir de los resultados de la encuesta, el informe de investigación asegura que en Cuba “no existen diferencias estadísticamente significativas en las proporciones de mujeres y hombres con VIH víctimas de violencia en sus relaciones de pareja (49.6% versus 49%)”, por lo que “tanto las mujeres como los hombres ejercen en similares proporciones, roles de víctimas y victimarios”.

Según esta conclusión, los resultados de la investigación desmitifican “la percepción social, casi generalizada, de la mujer como víctima y el hombre invariablemente como verdugo”.

La conclusión, similar a otras aparecidas en investigaciones anteriores relacionadas con el VIH/sida en Cuba, ha generado preocupación entre especialistas nacionales en temas de género que alertan sobre el vínculo directo entre violencia y poder en el seno de la pareja y las diferencias entre la violencia que se ejerce desde las mujeres y los hombres en la sociedad patriarcal.

Entre otras condicionantes de género, en el caso específico de esta encuesta se obvia que 73,4 por ciento de las personas entrevistadas son hombres y, que de ellas según la tendencia nacional y los últimos datos del Ministerio de Salud Pública, más del 80 por ciento deben ser hombres que tienen sexo con otros hombres. O sea, la pareja de la que están recibiendo violencia podría no ser una mujer.

Algo similar podría suceder con la población más vulnerable entre las personas que viven con VIH/sida, las mujeres trans, cuyas parejas son por lo general masculinas.

Sin embargo, los datos de violencia aportados por el informe solo hacen referencia al sexo de la víctima y no definen quién ejerce el maltrato: si es un hombre, en el seno de una pareja HSH, o una mujer u hombre, en una pareja heterosexual.

El estudio fue diseñado por un grupo de especialistas e investigadores del Centro de Estudios de Población y Desarrollo (CEPDE) de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), en el marco del proyecto del gobierno cubano con el Fondo Mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria “Sostenibilidad de la respuesta al VIH en la República de Cuba”.

Ejecutada entre enero de 2018 y diciembre 2020, la iniciativa se encuentra alineada con el Plan Estratégico Nacional 2014-2018, vigente hasta el 2023. El documento programático tiene entre sus metas acelerar el progreso hacia el fin de la epidemia de VIH como problema de salud y de la discriminación en todas sus formas. (2021).