Urgencia de la educación integral de la sexualidad en Cuba

Estudios señalan que los altos niveles de embarazos y de abortos en la adolescencia, el comienzo precoz de relaciones sexuales, el aumento de las parejas sexuales y de las ITS son consecuencias de las deficientes educación en salud y educación sexual.

Tomado de: www.ipscuba.net
Foto: Archivo IPS Cuba

Formar a profesionales de la medicina, la pedagogía, el derecho, la comunicación y el periodismo, entre otras disciplinas, es vital para la educación integral de la sexualidad (EIS) en el país, alertaron participantes en un encuentro de la Sociedad Cubana Multidisciplinaria para el Estudio de la Sexualidad (Socumes).

A los retos, complejidades y vacíos de la EIS dedicó su primer encuentro de 2023 la sección de pedagogía de la sexualidad de Socumes, con un panel integrado por estudiantes de la maestría de Género y Sexualidad y conducido por el profesor Amado Rodríguez, de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana.

La EIS, según una definición cubana, es el proceso de formación integral de la personalidad, representa un fenómeno social de apropiación por el ser humano del acervo de la vida espiritual y cultural, en tanto propicia el desarrollo de conceptos, actitudes, sentimientos, valores y comportamientos en el hombre y la mujer.

Estos, dijo Rodríguez, deben sustentarse en el amor, el respeto, la libertad y la responsabilidad ante la propia sexualidad y la ajena, que permiten fomentar estilos de vida equitativos y saludables.

Las fallas

Según se analizó, pese a los avances experimentados desde que estos temas comenzaron a abordarse en la década de los 60 del siglo XX, mucho queda por andar.

Las investigaciones dan pistas de problemas tales como la deficiente preparación de docentes y familias para los procesos integrales con enfoque de género, la persistencia de mitos, prejuicios y estereotipos sobre masculinidad y feminidad; machismo y sexismo.

Sobre el estado actual de la EIS en el nivel educativo primario dentro del sistema nacional de educación reflexionó el licenciado José Manuel Reyes, con años de experiencia como maestro, director de escuela y funcionario.

A su juicio, entre los problemas identificados se encuentra que, si bien en las instituciones educativas existe bibliografía básica sobre la EIS, el personal docente desconoce su existencia y cómo utilizarla, es portador y transmisor de mitos, estereotipos y prejuicios y no utiliza metodologías dinámicas para su tratamiento.

Reyes consideró que esta función educativa le corresponde no solo a la escuela, sino también a la familia y la sociedad.

El profesor Arledis Díaz expuso sus vivencias con estudiantes de formación pedagógica, en tanto, la socióloga Amanda Rodríguez se refirió a los perfiles de egresados de las instituciones universitarias y las carencias en estos asuntos.

La joven abogó por la formación integral, con la inclusión de temas de educación de la sexualidad, género y derechos en los niveles de educación, particularmente la superior, para contribuir a una sociedad más justa y equitativa.

Criterios

Varias opiniones defendieron la necesidad de formación, capacitación, sensibilización y trabajo conjunto para cerrar las múltiples brechas. Beatriz Torres, presidenta de Socumes, llamó la atención sobre la ausencia de estos temas en la carrera de medicina.

Con esa valoración coincidió el ginecólogo y pediatra Jesús Concepción. Al respecto, aseguró que “los profesionales desde la atención primaria de salud, que atienden a su población desde la infancia y la adolescencia, hasta los de los hospitales tienen que estar preparados”.

Sin embargo, admitió, “en la carrera de medicina es muy escaso lo que se habla de salud sexual y reproductiva o de educación integral de la sexualidad”.

Para Concepción, los altos niveles de embarazos en la adolescencia, el comienzo precoz de relaciones sexuales, el aumento de las parejas sexuales, incluso en personas de 30 y 40 años, abortos en la adolescencia, incremento de las ITS, son “consecuencia de una mala educación en salud y educación sexual”.

La profesora Miriam Rodríguez consideró que “hoy estamos en un momento de hablar, educar y socializar desde la pluralidad, desde la diversidad”.

Según dijo, “en cualquier sitio, no solo en el escenario educativo curricular, en las universidades y en otros contextos, necesitan también desmontar esas prácticas que siguen siendo multiplicadoras de sesgos y prejuicios, lamentablemente”.

Llevar a la práctica

La psicóloga Iyamira Hernández, de Socumes, enfatizó que a pesar de que en algunos lugares y carreras traten los asuntos vinculados con el género y “esté escrito en todos los planes, no hay educación integral para la sexualidad”.

Existe, dijo, una tendencia a abordar los asuntos de género desvinculados de la sexualidad y “seguimos montados en un esquema binario” para explicarlos.

Esto, “limita no solo las investigaciones, por las sexualidades que se quedan fuera, sino que constituye un obstáculo para implementar las políticas aprobadas de atención integral a las personas vulnerables, las adultas mayores y a las discapacidades” consideró.

En tal sentido, insistió en capacitar y preparar “porque ni los operadores y decisores de derechos ni los médicos, ni el personal de salud, ni los profesores universitarios o de cualquier de enseñanza están preparados para desmontar y deconstruir algo tan subjetivo”.

A su vez, reconoció la complejidad del asunto transversalizado por la moral y que “ha costado mucho trabajo hablar de sexualidad de manera clara y directa”, apuntó. (2023)