Tomado de: www.ipscuba.net
“No tenía una buena comunicación con mi mamá, cuando me decía algo, era peleando todo el tiempo. Hoy, con la ayuda de un grupo de psicólogos, nos entendemos un poco mejor, me fue muy difícil”. Fue el testimonio de una joven de 19 años, compartido en un encuentro académico sobre infancias y adolescencias.
Realidades, derechos, conflictos, vivencias y desafíos enfrentan niñas, niños y adolescentes de Cuba, como sus pares en el mundo, y constituyen asuntos de interés para la investigación que desarrollan estudiosos e instituciones.
Los resultados de estudios, criterios y testimonios fueron compartidos por investigadores, profesores, estudiantes y personas diversas que participaron en el taller Adolescer, organizado por el proyecto de investigación y extensión universitaria Escaramujo, el cual sesionó por primera vez de forma virtual, entre el 26 y el 28 de mayo.
Bajo el lema Por los derechos de nuestras infancias y adolescencias, la cita se dividió en tres modalidades: paneles, foros temáticos y feria de experiencias, todos grupos creados especialmente para ellos mediante la plataforma Telegram, explicó Karla Gutiérrez, estudiante de tercer año de periodismo, una de las coordinadoras.
“En 2021, el objetivo principal fue socializar experiencias del trabajo por los derechos y la creación de entornos protectores, con especialistas, investigadores y profesionales de la psicología y la medicina, entre otras”, destacó.
La modalidad virtual, debido a las restricciones derivadas de la pandemia ocasionada por el virus SARS-CoV-2, lejos de ser un obstáculo permitió extender el encuentro, al que se unieron personas de las occidentales Pinar del Río y Artemisa, las centrales Cienfuegos y Ciego de Ávila, además de Granma y Guantánamo, en la región oriental.
Ciencia sobre edades jóvenes
Los paneles de la cita, que contaron con la presencia de investigadores reconocidos por su especialización y estudios sobre estas edades, giraron en torno a la mirada multidisciplinaria de los derechos de infantes y adolescentes y a los entornos protectores de prácticas de violencias en Cuba.
Los foros, que funcionaron en dos modalidades: sincrónica y asincrónica, abordaron temas como salud, derechos sexuales y reproductivos y covid-19, y participación, ciudadanía y consumo cultural.
Según Ana Isabel Peñate, de Flacso-Cuba, este espacio de reflexión, en el contexto del aniversario 30 de la entrada en vigor en Cuba de la Convención de los Derechos del Niño, el 20 de septiembre “puede ser un buen punto en el análisis del camino recorrido y los desafíos que como sociedad se tiene en la protección de los derechos de las generaciones más jóvenes”.
Sin embargo, destacó, aunque hay voluntad política, y un cuerpo legislativo coherente, la cultura jurídica de cubanas y cubanos resulta insuficiente, pues los estudios sobre la temática constatan que aún no hay un cabal reconocimiento de la población infantil y adolescente como sujetos de derechos por parte del mundo adulto.
“Es importante que se reconozca que estás poblaciones son sujeto de derecho, que tienen derechos en tanto seres humanos y como miembros de un grupo social distintivo e importante basado en la edad”, remarcó.
Keyla Estévez, del Centro de Estudios sobre Juventud, se refirió a la importación de valores y modos de vida extranjeros, debido a la globalización, que suma complejidad a la comprensión de fenómenos sociales y del actuar de las y los investigadores al pensar estos grupos etarios.
“Cuba como país hace esfuerzos por representarlos y cumplir como país, pero a veces en un sentido paternalista, de ejercer la autoridad adulta sobre ellos, tanto desde espacios institucionales como personales y familiares, con lo que los derechos pueden ser vulnerados”, opinó.
Entre otros asuntos, se profundizó en la necesaria capacitación de las familias, las instituciones educativas y niñas, niños y adolescentes en torno a sus derechos, embarazo adolescente; manejo del tiempo libre, sobre todo en la pandemia; la violencia familiar, y el desconocimiento sobre las infecciones de transmisión sexual (ITS) y VIH/sida.
A su vez, se intercambió acerca de las y los menores con discapacidad, como una de las demandas de capacitación a padres y maestros en las escuelas especiales; la sobrecarga que imponen los adultos en nombre del bienestar y la comunicación padres-hijos una herramienta protectora esencial, lacerada donde existen problemas psicosociales.
Aurora García, de la Universidad de La Habana, consideró esencial “aprender a observar a nuestros niños, identificar cambios de conducta o expresiones emocionales negativas y sus posibles causas, para elaborar pautas de atención”.
Por su parte, Karen Soler, psicóloga, de Santiago de Cuba, reflexionó que “lejos de intentar comprender, negociar, persuadir, se critica, se impone, se maltrata, se compara hasta con modelos ideales construidos por los padres en su imaginación, que laceran la autoestima y la construcción de la identidad”.
De feria
En su Feria de Experiencias, Adolescer dio la posibilidad a quienes se sumaron mediante Telegram de acercarse a otras iniciativas dedicadas a niñas, niños y adolescentes.
Entre los proyectos presentados estuvieron varios que desarrollan estudiantes de la Universidad de La Habana: Petabyte Blog, de la Facultad de Comunicación Social; Esperanza, de la Facultad de Psicología, este último para contribuir a un mejor rendimiento docente y bienestar de alumnos de la Facultad de Física.
Igualmente, desde la Facultad de Artes y Letras, Gaia persigue educar a adolescentes acerca de los problemas contemporáneos, mediante la creatividad y el reciclaje.
Desde otras instituciones, el Centro de Formación Loyola, se desarrolla Ser y crecer con otros y otras, mediante WhatsApp; la Articulación juvenil por la equidad social en Holguín, del Centro Oscar Arnulfo Romero; Gente con swing, de la Editorial de la Mujer, y Crianza respetuosa, con información virtual a las familias.
Algunas de las opiniones expresadas tras las exposiciones de experiencias rondaron en torno a la necesidad de ser creativos y no excluyentes para lograr llegar al público infantil y juvenil, el uso eficaz de los escasos recursos disponibles, la capacitación para las propuestas radiales, televisivas y digitales,
Adolescer contó con el asesoramiento del Fondo de Naciones Unidad para la Infancia (Unicef), Oxfam, la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), Centro Nacional de Educación Sexual, diversas facultades de la Universidad de La Habana, la Federación de Mujeres Cubanas y la Oficina del Historiador de la Ciudad.
Contribuyeron también, el Centro Memorial Martin Luther King y el Centro de Intercambio y Referencia de Iniciativas Comunitarias y los proyectos a+ espacios adolescentes, Nuestra América, Enredes y Payas@s terapéuticos. (2021)