Adolescentes de capital cubana reflexionan sobre violencia y embarazo

Según se evidenció en el taller, el desconocimiento y las inequidades de género impactan en la decisión de iniciar las relaciones y limitan la negociación en cuanto a la anticoncepción.
Foto: Tomada del perfil en Facebook de Unicef Cuba

Tomado de: www.ipscuba.net

“Mi mamá me tuvo a los 18 años y tuvo que dejar la escuela. Después, con la ayuda de mi abuela, rehízo su vida”, contó una niña. Otra alertó sobre cómo impacta en los hijos la violencia entre los padres. Sobre esas realidades, con énfasis en la prevención del embarazo adolescente y la violencia, trató el taller “Tengo mi propia voz”.

Organizada por el Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) y la representación en Cuba del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), la iniciativa incluye  una serie de varios encuentros realizados en agosto con el objetivo de ayudar a identificar situaciones de violencia y conocer cómo prevenirlas en la adolescencia.

Al mismo tiempo, en un espacio de aprendizaje e integración grupal basado en los afectos y la corresponsabilidad, los encuentros buscaron convertir a adolescentes de varios municipios de La Habana en portavoces de mensajes de prevención sobre el embarazo en ese grupo etario y posibilitó que juntos construyeran un producto comunicativo para sensibilizar a sus pares sobre cómo evitar estas situaciones.

En Cuba, el embarazo en la adolescencia es un problema social. Datos ofrecidos en julio pasado durante sesiones del parlamento indican que el 18,9 % de los nacimientos de 2023 corresponden a mujeres entre 12 y 19 años de edad.

Según destacó Antonio Aja, director del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad de La Habana, aunque el embarazo en edades tempranas está presente en todo el país, las provincias Las Tunas, Granma, Guantánamo, Camagüey, Santiago de Cuba y Ciego de Ávila presentan mayor incidencia.

El problema se incrementa en las edades más tempranas de la adolescencia. Al cierre de junio de 2022, el porcentaje de gestantes de 12 a 14 años era del 3,8 y a fines de junio de este año era de 5,4 %, informó el ministro de Salud Pública, José Ángel Portal.

Aprender para ejercer derechos

En el encuentro, el grupo intercambió con las facilitadoras sobre las imágenes que visualizan las diferentes formas de violencia y, cada participante, desde su percepción,  brindó criterios sobre la necesidad de tener mayor información sobre estos temas en la casa y la escuela y que las familias les den confianza y “no les corten las alas”.

También alertaron sobre los daños que ocasionan las situaciones de violencia en el hogar y entre mamá y papá en la niñez y la adolescencia, algo que deben tener en cuenta las familias.

Entre las diferentes dinámicas, por ejemplo, se incluyó la construcción de finales para la historia sobre una muchacha que tuvo relaciones sexuales sin protección y dialogaron sobre la necesidad de aprender a defender su derecho a decir que no, si no se sienten seguras de iniciar las relaciones sexuales y a negociar el uso del condón con sus parejas.

Como respuesta a uno de los objetivos del taller, el grupo también reflexionó sobre materiales comunicativos, con el fin de crear en conjunto productos propios que podrían ser historias, imágenes, dramatizaciones, carteles, dibujos o historietas, con mensajes educativos y de prevención, relacionados con los temas del encuentro.

Muchachas y muchachos propusieron cómo hacer su producto comunicativo y recibieron conocimientos básicos sobre la construcción de una historia: introducción, desarrollo y final, y los medios en los que trabajarían para su realización.

Voces adolescentes

Para Vanessa González, de 14 años y estudiante de noveno grado, el taller fue importante porque aprendió “muchísimas cosas sobre violencia, sus diferentes tipos, las situaciones que pueden enfrentar niños y niñas en Cuba y el mundo entero”.

También, dijo, recibieron información sobre el embarazo en la adolescencia y los diferentes métodos anticonceptivos que pueden utilizarse para prevenir un embarazo no deseado y enfermedades transmitidas mediante las relaciones sexuales.

“Con estos conocimientos, podría prevenir situaciones con mis compañeros de escuela y ayudarlos y también cuando sea madre”, consideró.

Para Ronaldo César Guerrero, de 16 años, el encuentro resultó “más que bueno, necesario,  pues la calle es complicada y la adolescencia es una etapa difícil para cualquiera que la atraviese. Siempre necesitamos ayuda de mayores que ya pasaron por eso”.

Parte del todo

La iniciativa se incluyó en la Jornada Hablemos de sexualidad. Aprender para la vida, que organiza cada año el Cenesex.

En esta oportunidad, el programa se extiende del 11 de julio (Día Mundial de Población) hasta el 28 de septiembre (Día Internacional del acceso a la información).

Las actividades se enfocan en potenciar la creatividad y participación de niñas, niños y adolescentes en el reconocimiento, la defensa y divulgación de los derechos sexuales, particularmente el derecho a la educación integral de la sexualidad a favor de la prevención del embarazo en la adolescencia. (2023)