“Autonomía física de las mujeres para avanzar en equidad e igualdad”

(Transcripción de la Columna de Karina Batthyány
en InfoCLACSO – 24 de marzo 2021)

-Arrancamos el programa de hoy poniendo el foco en la jornada del 24 de marzo, un día realmente muy especial en la República Argentina, pero entiendo también la dimensión regional por lo que significaron las dictaduras latinoamericanas. Me interesaba antes de que comiences con tu columna, si nos podrías entregar una reflexión sobre esta jornada y que nos cuentes un poco tu visión con lo que significó un 24 de marzo en la República Argentina y en Latinoamérica y el Caribe.

-Claro que sí. No podemos comenzar sin recordar efectivamente que hoy es 24 de marzo y que corresponde hacer un ejercicio de memoria como parte de la lucha por los Derechos Humanos, Verdad y Justicia que continúa  en toda América Latina y el Caribe. Efectivamente el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 en Argentina vino a cerrar un ciclo de intervenciones cívico-militares en América del Sur que antes había derribado gobiernos constitucionales en Paraguay, Brasil, Bolivia, Chile y aquí en Uruguay, para imponer políticas del terror y avanzar en proyectos económicos claramente neoliberales.

Desde CLACSO, como cultores de la memoria histórica, como uno de los elementos imprescindibles para proyectar el porvenir, el futuro, queremos estar presentes a la hora de condenar estos clásicos golpes del siglo pasado pero también los más recientes disfrazados, en algunos casos, de parlamentarios como fue el caso de Paraguay, Honduras, Brasil, Bolivia, y que queremos mantener bien altas las banderas de Memoria, Verdad, Justicia y de Nunca Más. El 24 de marzo del 76’, como decíamos, dio inicio a los peores años de terror en la historia moderna de Argentina con cientos de campos de tortura, 30 000 detenidos desaparecidos, miles de asesinados, presos políticos y exiliados: una metodología cuidadosamente planificada para aplastar las luchas populares, las luchas obreras y estudiantiles e imponer una política económica de destrucción del aparato productivo, de vaciamiento del Estado y de construcción de nuevos lazos de dependencia con los centros financieros mundiales. Por supuesto, a costa de la pauperización de grandes capas de la población y el abandono de los bienes comunes como la ciencia, la salud, la educación, entre otros.

Entonces, a 45 años del golpe del 76’ en Argentina, una vez más desde CLACSO destacamos a quienes durante la dictadura y desde el retorno a la democracia en diciembre del 83’, no han cejado en su lucha y en sus reivindicaciones. Pienso en las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo pero no solamente en ellas. Y por supuesto esas personas nos guían en nuestra búsqueda de sociedades más justas, más libres, más igualitarias. Recordemos también en este camino la labor del Equipo Argentino de Antropología Forense que valió de parte de nuestro Consejo y de la Universidad Nacional de Quilmes, haberles dado el Premio Latinoamericano Juan Gelman que consistió en ese documental “Los rastros de la muerte y la antropología” y también en el libro “Ciencia para la Verdad”, además de haber encabezado la campaña de postulación de este Equipo junto con la Universidad de Quilmes al Premio Nobel de la Paz 2020. Todo eso representa este 24 de marzo.

-Karina, gracias por este racconto y este posicionamiento de CLACSO y de tu persona con respecto a lo sucedido el 24 de marzo. Pensaba en el libro dedicado al Equipo Argentino de Antropología Forense realizado en conjunto con la Universidad Nacional de Quilmes, está en Acceso Abierto en la biblioteca de CLACSO y realmente entiendo que es un libro de consulta al igual la posibilidad de ver el documental. Entiendo Karina que tenías otras temáticas porque nos estamos acercando hacia el final de lo que hemos dado en llamar el Mes de las Mujeres, realmente un mes que tuvo muchísimas actividades desde lo virtual, presentaciones, becas, convocatorias, realmente tuvo muchísimo movimiento. Me interesaba que medio a modo de cierre de esta cantidad de jornadas de reflexión pero no de cierre del debate evidentemente ni de las temáticas que tú vienes tratando, por dónde quieres dirigirte tú hoy?

-Exacto. Nos quedan dos miércoles: éste y el próximo, es decir, el 24 y 31 de marzo. Entonces les propongo seguir recorriendo las desigualdades de género desde esta mirada de la autonomía. El miércoles pasado hablábamos de la autonomía económica, hoy vamos a centrarnos en la autonomía física. Autonomía física que por lo menos nos remite a dos grandes temas –a más, pero te voy a destacar a dos grandes temas–: en primer lugar, el tema de la violencia basada en género, y en segundo lugar el de los derechos sexuales y reproductivos. Entonces, centrándonos en la autonomía física, decir que después de muchos años de lucha por visibilizar una de estas problemáticas, la de la violencia contra las mujeres en los distintos ámbitos de nuestras vidas, este tema ocupa finalmente un lugar muy importante en la agenda pública de todos los países de América Latina y el Caribe. Se han implementado en los últimos años una serie de iniciativas que reflejan el compromiso que se ha asumido desde diferentes áreas para prevenir, para sancionar y también para erradicar la violencia contra las mujeres a nivel de distintos contextos, de distintos espacios geográficos, como lo espacios regionales, nacionales y locales.

Sin embargo, como bien sabemos y ya hemos abordado aquí en InfoCLACSO, éste sigue siendo un tema muy importante y muy urgente en la agenda de los feminismos latinoamericanos. Entre otras cosas, la carencia de datos, la carencia de estadísticas, de números precisos que nos permitan identificar las características de la víctima, del victimario, la relación entre ellos, el entorno, las motivaciones, las pautas de comportamiento y esos registros que además permiten dar cuenta de dimensiones tan importante como la raza, la etnia, la identidad o la orientación sexual, el lugar de residencia. En nuestros países sigue siendo una materia pendiente para avanzar más en la comprensión para la transformación de este problema de la violencia basada en género.

Sabemos, como ya hemos mencionado, que la situación de la pandemia que estamos enfrentando no ha hecho más que agravar el problema. Decimos junto a otras organizaciones que ésta es la segunda pandemia que está viviendo América Latina y el Caribe: la del Coronavirus, pero la pandemia de la violencia de género que lleva unos cuantos años ya. Recordemos de las cifras preliminares que hay por este problema que hablaba recién de los registros, que en 2020 se habla de por lo menos 4.200 femicidios en América Latina y el Caribe. Eso quiere decir una mujer cada 2 horas. Si lo comparamos con el dato de 2019 fueron 3.800, es decir, vemos un incremento significativo. Este es un tema en el que tenemos que seguir trabajando, tenemos que seguir discutiendo y construyendo distintos abordajes para comprender y transformarlo. Las situaciones que estamos viviendo hoy producto de la crisis sanitaria, además nos obligan a hacerlo de manera más urgente todavía.

La segunda dimensión en este tema es los derechos sexuales y reproductivos. Allí podríamos centrarnos en dos fenómenos que son importantes desde el punto de vista de la autonomía en términos de los derechos sexuales y reproductivos. Por un lado, el acceso a la Interrupción Voluntaria del Embarazo, al aborto legal, seguro y gratuito. Y como segunda dimensión el tema del embarazo y la maternidad adolescente. Si empezamos por el primero, que también ya lo hemos abordado aquí de manera muy reciente en InfoCLACSO, recordar que somos la región que registra el porcentaje más alto de abortos inseguros en el mundo y que justamente son los contextos de ilegalidad y de penalización del aborto lo que expone a las mujeres a estos riesgos, riesgos que son médicos pero son sociales, psicológicos y jurídicos. Recordemos también las consignas que han recorrido los países de América Latina, como en Argentina que recientemente aprobó su Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo que es “Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir”. ¿Por qué? Porque en definitiva se trata este tema del aborto de la democracia, de la visión de una sociedad democrática, donde las mujeres decidimos sobre nuestros cuerpos y proyectos de vida, donde estas decisiones deben ser respetadas y donde los estados, además de respetar, tienen que generar las condiciones para garantizar el ejercicio de estos derechos.

Pero como decía, hay una segunda dimensión en este tema que es el embarazo y la maternidad adolescente, que también es muy alta en nuestra región pese a que, en términos generales, la fecundidad de las mujeres latinoamericanas y caribeñas tiende a la baja. Tenemos un tema con el embarazo y la maternidad adolescente entre otras cosas también por la falta de acceso a información sobre métodos anticonceptivos y por los derechos restringidos en materia de salud sexual y reproductiva a los que pueden acceder las adolescentes latinoamericanas y caribeñas. En general en nuestros países observamos una tasa de maternidad adolescente que está por encima del 12% y que, por supuesto, es mucho más significativo si desagregamos esa población en función de los niveles de ingreso y los niveles educativos, siendo el grupo de adolescentes de menores ingresos y menor nivel educativo el que está más afectado. Allí tenemos un tema muy fuerte que lo señala la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) en sus últimos reportes, vinculado a la demanda insatisfecha justamente de planificación familiar. ¿Qué quiere decir esto de planificación familiar? Cuál es el porcentaje de mujeres fértiles activas sexualmente que reportan no querer más hijos o que desean retrasar su siguiente embarazo y que no usan ningún método anticonceptivo. ¿Por qué no lo usan? Por lo que dijimos antes: por esa carencia en el acceso a la información en la salud sexual y reproductiva. Solo dos datos para terminar en este punto: recordemos la realidad en Haití: encabeza la lista de países con mayor demanda insatisfecha de planificación familiar en un 35%, que quiere decir que casi 4 de cada 10 mujeres no tienen en ese país acceso a métodos anticonceptivos. Pero también Guatemala un 20%,  Bolivia 20%, Honduras 17%. Entonces esto nos está llamando a reflexionar en las dos dimensiones de la autonomía física para seguir trabajando, para que efectivamente avancemos en términos de equidad y de igualdad en este marzo, Mes de las Mujeres, pero en todos los días como tú dijiste bien al comienzo.

-Karina quería traer al recuerdo la charla que mantuvimos el miércoles pasado con las luchadoras de República Dominicana en esa carpa de lucha por dignidad, por acceso a la posibilidad de despenalizar el aborto en casos tan graves como los de abuso sexual. Ni siquiera figuran dentro de la legislación dominicana y que nos comentaban inclusive con políticos y políticas que parte de sus campañas las hicieron asegurando que iban a votar modificaciones del Código Penal y ahora parece ser que están retrayendo, llevando para atrás la posibilidad de esas modificaciones. Me parece un ejemplo bien claro de las grandes diferencias que hay en Latinoamérica y el Caribe.

-Absolutamente. Lo que mostramos la semana pasada con las compañeras que estaban acampando en República Dominicana es un excelente indicador y también algunos datos que hemos manejado aquí mismo en InfoCLACSO. Recordemos: tenemos países en América Latina donde las penas para las mujeres que abortan son mayores que para los violadores o para los abusadores sexuales. Esa es la forma más dramática de las desigualdades de las que estamos hablando en este marzo Mes de las Mujeres. Y por eso tenemos que seguir, tenemos que reiterar estos temas, tenemos que seguir empujando y colocándolos en la agenda como está haciendo CLACSO con sus investigaciones, con sus propuestas de Formación, con sus Grupos de Trabajo, con sus comunicaciones como aquí en InfoCLACSO que reiteradamente colocamos estos temas para que todos y todas recordemos que, en definitiva, tenemos que seguir luchando por estos derechos de las mujeres.