Tomado de: www.ipscuba.net
Foto: Tomada del Sitio web de Unicef
Apreciar el deporte como un elemento que estimula el desarrollo de las capacidades y habilidades de las personas, en este caso, de niñas y niños con autismo, es una visión desarrolladora de la calidad de vida, señala la artista cubana Yailén Ruz, autora del ensayo fotográfico Azul.
En más de 30 imágenes, la también psicóloga muestra que la práctica deportiva “no solo mide el éxito, ni se trata de triunfar en un campeonato ni de rivalizar, sino de lograr pequeños éxitos diarios”, al desarrollar, por ejemplo, habilidades motrices, de sociabilidad y comunicación en personas autistas.
El ensayo fotográfico es resultado del proyecto de Inclusión Social de niños, niñas adolescentes y jóvenes con autismo a través del deporte, una iniciativa de colaboración entre el Ministerio de Educación, el Instituto Nacional de Deportes y Recreación Física, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas.
Capacitar y sensibilizar
Desde septiembre hasta noviembre de 2023, el proyecto facilitó acciones para fortalecer las capacidades de docentes de La Habana que se vinculan a actividades de educación física y recreación de niños y niñas con autismo.
Cerca de 50 docentes de escuelas especiales y de enseñanza regular, donde se incluyen estudiantes con autismo, recibieron formación teórica y práctica en dos disciplinas deportivas: atletismo y natación.
De igual modo, unas 35 familias se capacitaron en el desarrollo de prácticas, juegos y actividades deportivas, con el fin de promover el bienestar, mejores condiciones físicas, así como hábitos saludables y una nutrición adecuada de la infancia.
Alrededor de 35 niños y niñas con autismo y sus familiares participaron en una docena de prácticas de natación y atletismo, guiadas por profesoras y profesores de la Universidad de Ciencias del Deporte Manuel Fajardo y de la escuela Cesario Fernández.
Sin esquemas ni estereotipos
Al estar en gimnasios, pistas, piscinas (ambientes no cotidianos), con personas a las que no estaban habituados, porque era la primera vez que veían a esos profesores de deportes, “se les abrió un mundo en el deporte a estos niños y niñas”, valora Ruz.
En tal sentido, resalta “cómo tuvieron que depositar una confianza en los docentes porque tenían a veces que darles la mano y abrazarlos, para poder lograr cumplir el objetivo del ejercicio”.
A su juicio, pudieron romper esquemas y estereotipos pautados en la normatividad del deporte, “asociada generalmente a esa expectativa del éxito en el desempeño”. En este caso, fue una terapia, apunta.
“Hay que visibilizar el deporte como un elemento desarrollador de capacidades, hay que incorporarlo a todos los ámbitos y públicos, especialmente a niñas y niños que están formándose desde edades tempranas”, sostiene la ensayista visual.
Tras investigar sobre el tema, previo al inicio del proyecto, Ruz descubrió que en Cuba apenas existen antecedentes de estudios sobre la relación del deporte con el autismo.
“Con este ensayo, fui dando mi mirada en el acompañamiento a niñas y niños con esa condición, sus emociones y rostros, los pequeños detalles de las manos, la interacción con el agua, cómo asumían los ejercicios”, explicó.
El viaje de Azul
Con carácter itinerante, la muestra fotográfica se inauguró el 11 de diciembre de 2023, en la sede nacional de la Asociación Cubana de Personas en situación de Discapacidad Intelectual, sita en el municipio Playa, de La Habana.
Ese mismo mes, en el contexto de la edición 44 del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, una selección de instantáneas de la muestra estuvo en el lobby del habanero cine Yara, uno de los más concurridos durante el evento cultural.
De acuerdo con una publicación de Unicef, este año, Azul recorrerá diversos espacios, con el objetivo de sensibilizar sobre la inclusión de niños y niñas con autismo.
Durante la Segunda Jornada de Atención Integral a los Trastornos del Neurodesarrollo, celebrada en abril pasado, especialistas de Cuba precisaron que el autismo es una condición, no una enfermedad y, junto a familias y personas autistas, abogaron por la inclusión y la empatía. (2024)