Por: Juliette I. Fernández Estrada
El martes 12 de junio, en la entrada del Departamento de Estudios Sociorreligiosos (DESR) del CIPS, fue develada una tarja en homenaje a Jorge Ramírez Calzadilla, quien fuera fundador y durante décadas ?hasta su muerte?, Jefe del Departamento. Para nuestra satisfacción, finalmente se materializó un deseo hace ya tiempo pendiente para el CIPS.
Un encuentro familiar, cálido y emocionante, fue la ocasión para reunirnos todos los que en el Centro conocimos a Calzadilla; los viejos miembros del CIPS que durante años fueron sus colegas y que, aunque algunos ya no integren la plantilla, son nuestros para siempre; colaboradores pasados y presentes del DESR; y líderes religiosos (Raúl Suárez, Reinerio Arce…) unidos a él por la amistad a través de tantos años; con la presencia entrañable de Diana y Dianita, su esposa y su hija menor.
Las palabras de Ofelia Pérez no fueron meramente las de la actual Jefa del DESR, sino las de una generación científica que llegó al Centro y a Calzadilla siendo una joven recién graduada y bajo su sombra tuvo la oportunidad de completar una sólida maduración profesional; personas, como ella misma expresó, para quienes Calzadilla fue, además, una suerte de padre.
María de los Ángeles Pérez, funcionaria de la Oficina de Atención a Asuntos Religiosos del Comité Central del PCC, también compartió unas palabras en nombre de Caridad Diego y demás compañeros de la Oficina. Bajo la dirección de Calzadilla, las relaciones entre el DESR, los principales decisores de políticas de religión en el país, y las distintas instituciones religiosas, estuvieron en manos valientes, sabias, cultas y respetuosas, a la altura que el complejo mundo sociorreligioso exige.
Yo pude conocer a Calzadilla solo por un año. Lo recuerdo sentado frente a la computadora hasta tarde, peleón y alegre a la vez. Los que llevan más tiempo en el DESR lo evocan con el cariño y la admiración que se ganó como el investigador brillante que fue y el Jefe exigente pero totalmente leal a su equipo, gracias a quien el Departamento labró el prestigio acumulado desde su creación, hace 30 años, hasta la actualidad.
Por mucho que la sepamos ley inevitable, nunca nos podremos acostumbrar a la muerte de alguien querido. Pero aprendemos que la única manera de pervivir en el futuro, de refutar a la muerte, es a través de la obra legada y del recuerdo en los corazones de los vivos. Que esta modesta tarja simbolice la trascendencia de Calzadilla dentro y fuera del CIPS, que visibilice nuestra eterna gratitud hacia él; que con ella Calzadilla esté más vivo entre nosotros.
