Tomado de: www.redsemlac-cuba.net
Por: DIXIE EDITH
La persistencia de desigualdades en el acceso digital impide a las mujeres disfrutar plenamente del potencial de las tecnologías. La afirmación resume los debates del encuentro #CerrandoBrechas: Inclusión digital por el Desarrollo Sostenible, organizado por el Sistema de Naciones Unidas en Cuba, en alianza con la Asociación Hermanos Saiz, a propósito de la conmemoración del 8 de marzo.
La menor representación profesional y académica de las mujeres en las ciencias exactas o las ingenierías sigue siendo un importante obstáculo para su participación en la gobernanza y el diseño de la tecnología, coincidieron especialistas, mujeres emprendedoras, periodistas y representantes de las Naciones Unidas durante la sesión celebrada en el capitalino Pabellón Cuba, el viernes 10 de marzo.
En paralelo, amenazas como la violencia de género en línea o las presiones de las cargas domésticas y del cuidado las obligan, a menudo, a abandonar los espacios digitales.
En ese sentido, Francisco Pichón, coordinador residente del Sistema de Naciones Unidas en Cuba, llamó a colocar la brecha digital de género en el centro de los debates en torno a este Día Internacional de la Mujer, visibilizándolo como uno de los tantos desafíos para avanzar hacia la plena igualdad.
“La tecnología puede ampliar las oportunidades para las mujeres y las niñas, pero también puede utilizarse para exacerbar el abuso y el odio”, apuntó Pichón, citando el mensaje que el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, envió a propósito de la conmemoración.
Para la comunicadora Elena Nápoles, en primer lugar, existen brechas “de acceso”, que no son solo de género.
El 95 por ciento de la población global tiene acceso a banda ancha móvil y el 66 por ciento está en línea, ilustró la también oficial de programa de Información y Comunicación, de la Oficina Regional de Cultura de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Sin embargo, cuando esas cifras se contextualizan solo a “la población que vive en los países menos adelantados”, si bien el 76 por ciento de ella está cubierta por una señal de banda ancha móvil, apenas el 25 por ciento está realmente conectada.
A esa desproporción se agrega la relacionada directamente con la representación de género. Los hombres tienen un 52 por ciento más de probabilidades de estar en línea que las mujeres; en tanto, ellas tienen un 12 por ciento menos de probabilidades de ser dueñas de un teléfono móvil, precisó Nápoles.
Estas diferencias también están relacionadas con la persistencia de estereotipos y roles sexistas en la educación de niñas y niños, comentó la periodista Ania Terrero, moderadora del encuentro.
“Los cambios en la confianza de las niñas sobre su eficacia en el campo de las TICs comienza al final de la primaria y se pronuncian en la secundaria. Solo tres de cada 10 mujeres estudian carreras asociadas a estos campos”, ilustró Nápoles.
Aylin Febles, presidenta de la Unión de Informáticos de Cuba (UIC), en tanto, aportó otros elementos al debate.
Aunque la vocación hacia las tecnologías comienza a manifestarse en edades tempranas, “solo el ocho por ciento de las adolescentes de 15 años dice que quiere estudiar informática, frente al 25 por ciento de los niños”, apuntó la también doctora en ciencias y graduada de Ciencias de la Computación en la Universidad de La Habana.
En Cuba, la Encuesta de Indicadores Múltiples por Conglomerados (Mics) de 2019 confirmó diferenciales en la relación de muchachas y muchachos de entre 15 y 19 años con las tecnologías, agregó Tamara Roselló, especialista en Comunicación para el cambio social y de comportamiento en el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
El 73 por ciento de ellos declaró tener un teléfono móvil, frente al 66,9 de ellas; mientras que el 45,7 por ciento de los varones dijo que accedía a internet al menos una vez a la semana, lo que solo ocurrió para el 36 por ciento de las muchachas entrevistadas.
Nápoles también dedicó un apartado de su presentación a alertar acerca de las violencias en línea. De acuerdo con ONU Mujeres, las violencias contra las mujeres y niñas facilitadas por las TICs tienen una prevalencia de entre un 16 a un 58 por ciento.
En estos casos los grupos más vulnerables contemplan a “las mujeres con visibilidad en el ámbito público, las periodistas, las defensoras de derechos humanos, las mujeres jóvenes y niñas y las mujeres con identidades que se intersectan”, enumeró.
Para Pichón, el impacto de la brecha también es económico. La exclusión de las mujeres del mundo digital ha recortado en un billón de dólares aproximadamente el producto interno bruto de los países de ingreso bajo y mediano y esa cifra podría llegar a los 1,5 billones en 2025, si no se toman medidas ahora.
El impacto de esta brecha en el empoderamiento económico de las mujeres cobra mayor importancia si se considera que para 2050 el 75 por ciento de trabajos en el mundo estarán relacionados con estas especialidades, explicó el coordinador residente de la ONU en el país.
A inicios de febrero, países de América Latina y el Caribe acordaron “promover políticas públicas intersectoriales que incluyan medidas de acción afirmativa para propiciar la participación, la permanencia y la culminación de la educación de las niñas, las adolescentes y las mujeres en las áreas de la ciencia, la ingeniería, las matemáticas y las tecnologías”, así como su acceso pleno a la emergente economía digital y sus oportunidades.
Así quedó recogido en la Declaración de las ministras y altas autoridades de los mecanismos nacionales para el adelanto de las mujeres de América Latina y el Caribe de cara al 67 período de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW), resultado de la Sexagésima Cuarta Reunión de la Mesa Directiva de la Conferencia Regional sobre la Mujer que tuvo lugar los días 8 y 9 de febrero en formato virtual.
Durante el encuentro se desarrolló también un “Panel de mujeres empoderadas”, en el que varias emprendedoras de diversos espacios compartieron sus experiencias relacionadas con el uso de las TICs para el desarrollo económico en Cuba.