¿Cómo identificar los llamados micromachismos?

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Tomado de: www.ipscuba.net

Sutiles, frecuentes, impositivos y de difícil reconocimiento, los micromachismos apuntan a perpetuar un sistema de jerarquización entre identidades sexuales y de género basado en la discriminación de lo “no normal”, alertó el psicólogo Oscar Ulloa, en un intercambio virtual del PsicoGrupo Diverso.

El también profesor reflexionó, el 3 de noviembre, en este grupo en la red social Whatsapp, sobre si los hombres avanzan hacia el cambio o adoptan actitudes micromachistas. También abordó las pedagogías sexuales y de género.

Acuñado por el terapeuta e investigador español Luis Bonino, el término describe las maniobras y estrategias de ejercicio sistemático del poder masculino, esas “hábiles artes, trucos, tretas y manipulaciones con los que los varones intentan imponer a las mujeres sus propias razones, deseos e intereses en la vida cotidiana”.

Varios activistas y especialistas se oponen a este término bastante extendido, pues argumentan que calificarles de “micro” minimiza a esas expresiones del machismo.

En el PsicoGrupo Diverso, creado durante la fase de aislamiento por la covid-19 para el acompañamiento y orientación psicológica a personas LGBTIQ+, Ulloa indicó que si bien Bonino enfatiza en las masculinidades heterosexuales, él considera que deben asumirse en un sentido más amplio y fuera de moldes heteronormativos.

A su juicio, son “violencias poco evidentes o sutiles que tienen como efecto la perpetuación de un sistema de jerarquización entre identidades sexuales y de género, marcado por relaciones de discriminación y satanización de formas de ser o prácticas que transgreden lo valorizado como normal, moral o correcto”.

El profesor de la Universidad Internacional Iberoamericana, de México, puso ejemplos naturalizados por cotidianos: cuando en una disco anuncian entrada gratis para las mujeres; al llevar la cuenta a la mesa en la que cenan un hombre y una mujer, se la entregan al hombre y usar adjetivos en femenino para ridiculizar (histérica y chismosa).

Micromachismos y pedagogía

En el intercambio, se expusieron criterios sobre cómo los micromachismos infantilizan a las mujeres, cuánto la publicidad las asocia con la limpieza y labores del hogar, en su dependencia económica de un hombre que las representa, “el proveedor”; o el elogio a sus habilidades para el cuidado, con la finalidad de sobrecargarlas o destinar esta función.

Según Ulloa, los micromachismos operan también como un mecanismo pedagógico, que “enseñan” cómo debemos ser y qué posiciones debemos ocupar para perpetuar jerarquías entre las diversas identidades.

Apuntó que la educación ha sido tradicionalmente uno de los procesos más efectivos para “producir” jerarquías sexuales y de género.

Desde que nacemos, dijo el psicólogo, somos objeto de ese proceso pedagógico para hacer coincidir nuestro cuerpo con nuestro género y con nuestras prácticas sexuales desde un ideal de normalidad, “de ahí la necesidad de cuestionarla y pensar en otras formas de educación”.

“Las revistas, los espectáculos humorísticos, las novelas, son artefactos pedagógicos, a veces más potentes que cualquier conferencia sobre equidad de género”, dijo el profesor, también coautor del libro Reseñas de estudios cubanos sobre masculinidades.

Nuevas masculinidades

Una de las interrogantes planteadas por el ponente fue si estamos avanzando hacia cambios o presenciando el perfeccionamiento de prácticas de micromachismos.

Ulloa explicó que existe una hipótesis de que los hombres heterosexuales que defienden un sistema heteronormativo no están realmente cambiando.

“Cuando observamos comportamientos que no son típicamente tradicionales, sino que más bien están implementando, desarrollando estrategias más sutiles de control y dominación”, mucho más elaboradas y más efectivas, abundó.

Llamó a estar atentos a transformaciones que pueden ser simplemente micromachismos o pequeñas reformas que solo sirven para fortalecer las columnas del sistema heteronormativo.

A juicio del profesor, los micromachismos pueden esconderse sutilmente en los textos de una política pública y puso como ejemplo el programa para la reproducción asistida en Cuba, que hasta ahora se limita a parejas de hombre y mujer y deja afuera a otros tipos de familias.

“No dudo que estamos presenciando la producción intensa de nuevas masculinidades, pero habría que investigar si esas nuevas masculinidades en ocasiones están desestabilizando el sistema”, valoró.

La psicóloga Lilian Burgos, una de las coordinadoras del PsicoGrupo Diverso, compartió que el tema escogido surgió de una necesidad expresa de sus integrantes de trabajar las masculinidades, por lo que seleccionaron un profesional que las hubiera estudiado con profundidad.

Según explicó, trabajar el tema es fundamental para impulsar transformaciones en el contexto social y sociocultural, a favor de la justicia y la equidad de género a la que se aspira.

“No es posible trabajar solamente desde el estudio, intervención o trabajo con feminidades, con mujeres, si no se trabaja deconstruyendo estereotipos de género, prejuicios, patrones machistas y modelos hegemónicos de masculinidad. Si esto no se deconstruye, estaremos haciendo una mirada parcial del problema social”, insistió.

El grupo forma parte de las iniciativas de la Sociedad Cubana de Psicología de crear nuevos grupos de orientación psicológica a distancia mediante Whatsapp, en respuesta a la pandemia por covid-19. Y se facilita de conjunto con el estatal Centro Nacional de Educación Sexual. (2020)