¿Cuáles son las afectaciones psicológicas que puede dejar la Covid-19 en los niños?

Tomado de: www.cubadebate.cu

Desde el inicio de la pandemia en la ciudad china de Wuhan, los niños fueron considerados uno de los sectores más vulnerables a la enfermedad, por lo que se encuentran entre los primeros grupos poblacionales en iniciar el confinamiento en sus hogares y el aislamiento social.

A más de un año del comienzo de la enfermedad en la nación asiática y tras su rápida expansión mundial, los menores han visto alteradas sus rutinas y su cotidianidad infantil de diversión en los parques, encuentros entre amigos y paseos con abuelos, tíos y primos, se sustituyeron por los juegos en solitario y el intercambio a través de internet con los seres queridos.

Si bien ello resulta indispensable para la protección de los más pequeños ante el virus, los niños también pueden presentar problemas de salud psicológica y mental debido al encierro, el cual trae consigo en algunos casos síntomas depresivos o de ansiedad, según un estudio realizado por las universidades de Huazhong, en China y de Carolina del Norte, en los Estados Unidos, publicado por el sitio web oficial de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La investigación chino-estadounidense arroja resultados alarmantes. Uno de cada cuatro niños padece ansiedad por el confinamiento, y muchos de ellos tendrán trastornos psicológicos permanentes.

Además, el equipo de expertos refiere que un niño constantemente estresado no estará enfocado en aprender. Incluso, pueden inhibirse capacidades y habilidades importantes para su desarrollo.

En el caso de los menores de seis años, se pueden manifestar regresiones, como no querer dormir solos, alteración del apetito y de los horarios de sueño, así como más berrinches, menor tolerancia a la frustración y estrés.

Para los menores entre siete y 11 años, se presentan signos de ansiedad como irritabilidad, falta de atención, hiperactividad, pesadillas, hábitos como morder la ropa y las uñas, y el aumento de la ingestión de alimentos, lo que trae consigo cambios físicos, como aumento de peso por inactividad.

En adolescentes, quienes viven sus emociones al máximo, pueden presentar cambios bruscos de humor, alteraciones en su apetito, tendencia a ser víctimas de alguna adicción o a desarrollar un aislamiento dentro de su propio hogar, alejándose de sus familiares más cercanos.

Al respecto, la Dra. Lissette del Rosario López, jefa del Grupo Nacional de Pediatría del Ministerio de Salud Pública de Cuba, insiste en que “los niños tienen que crecer en un ambiente seguro, la nueva normalidad lleva implícito buscar los mecanismos, por muy difíciles que sean, para proteger la infancia”, refiere el sitio web oficial del propio Ministerio.

Entonces, si eres padre o madre con pequeños en casa, ¿qué hacer para mantenerlos protegidos tanto física como psicológicamente?

En ese sentido, la OMS explica que esta situación no común que vive el mundo, puede ser el punto de partida para el mejoramiento de la comunicación entre padres e hijos y el reforzamiento de la unidad familiar ante las adversidades propias de la vida.
De igual forma, el organismo internacional de las Naciones Unidas (ONU), recomienda a los adultos balancear las horas de aprendizaje en casa con los periodos de juego, así como la creación de actividades artísticas, que permitan al niño encontrar formas positivas de expresar sentimientos como el miedo y la tristeza.

Además, la ONU recomienda mantener una estricta vigilancia sobre el tiempo dedicado a los videojuegos y al consumo de contenidos digitales, lo cual puede ser sustituido por otro tipo de actividades como cocinar, cantar, bailar o jugar en el patio o jardín si dispone de ellos.

Sin embargo, este cambio radical de las rutinas diarias, puede ser también el momento ideal para dedicar a nuestros hijos, ayudarlos a crear valores, compartir con ellos juegos y complicidades, en fin, aprovechar cada minuto junto a ellos, lo que, quizás en tiempos normales, los horarios y responsabilidades laborales y sociales no lo permitirían hacer.

(Con información de ACN)