Tomado de: www.ipscuba.net
Foto: Jorge Luis Baños/ IPS Cuba
Diseñar el protocolo de actuación para la detección, información y traslado de personas deambulantes y evaluar la pertinencia de crear Centros de Protección Social en algunas provincias son las decisiones del Consejo de Ministros de Cuba para actualizar la política de atención a ese grupo poblacional.
Medios estatales y voces oficiales definen en Cuba como deambulantes a personas que viven en las calles, de las cuales algunas piden limosnas, duermen a la intemperie, padecen enfermedades mentales, sufren de adicciones o han sido abandonadas por sus familiares.
Las nuevas orientaciones de atención a estas personas hacen énfasis en la responsabilidad de los gobiernos provinciales y municipales, en concordancia con los impactos sociales desfavorables derivados de la agravada crisis económica en la nación caribeña.
Al respecto, un reporte de prensa expone el anuncio de la ministra de Trabajo y Seguridad Social, Marta Elena Feitó, sobre la apertura este año, en Las Tunas, de un Centro de Protección Social que se sumará a los nueve existentes en otros territorios (Pinar del Río, La Habana, Matanzas, Villa Clara, Ciego de Ávila, Camagüey, Holguín, Granma y Santiago de Cuba).
Además, la funcionaria resalta que la política indica la remisión al centro educacional o sanitario más cercano de niñas, niños y adolescentes que se detecten deambulando, para certificar su estado de salud, brindarles la atención necesaria e informar a las autoridades correspondientes.
De acuerdo con Feitó, se encarga al gobierno provincial facilitar a menores de 60 años de edad en esta situación y sin domicilio el acceso a la rehabilitación ante la dependencia al consumo de alcohol y otras adicciones, a través de una atención especializada de salud.
Otras ayudas consistirán en ofrecerles ofertas de empleo o cursos de capacitación, facilidades para habitar, reparar o construir una vivienda.
Transformar modos de vida
Puntualiza la ministra que la conducta deambulante es el trastorno del comportamiento humano multicausal y un modo de vida caracterizado por inestabilidad e inseguridad del lugar de permanencia, carencia de autocuidado y autonomía económica, así como de proyecto de vida favorable.
“Habitualmente se evidencia transgresión de las normas de convivencia y de disciplina social”, señala.
Al referirse a los más de 3700 pacientes que reciben atención en los Centros de Protección Social, precisa que el 87 % son hombres, el 50 % tiene edades entre 41 y 59 años, el 30 % se encuentra en situación de discapacidad, el 24 % presenta algún trastorno siquiátrico, el 30 % mantiene patrones elevados de consumo de bebidas alcohólicas y el 38 % son menores de 60 años sin domicilio.
Por su parte, el viceprimer ministro, Jorge Luis Perdomo, comenta: “El proceso de recogida de las personas con estas conductas hay que trabajarlo con integralidad; los que van a los Centros de Protección Social no están detenidos, ni en régimen penitenciario provisional, van para ser atendidos, lo que es un concepto importante”.
Al respecto aclara que en esos centros se clasifica, atiende y ofrece solución a los problemas de las personas deambulantes.
El objetivo fundamental es reinsertarlas con sus familias y “exigir la responsabilidad familiar que muchas veces se pierde”, acota Perdomo y añade que “las personas que están solas son responsabilidad del Estado, para eso están las instituciones establecidas. Estos centros no son para que vivan durante años allí”.
Deambulantes en La Habana
En octubre del 2023 se contabilizaron en la capital cubana 843 personas deambulantes, la mayor cifra del país, sobre todo en los municipios Centro Habana, Habana Vieja, Cerro y Diez de Octubre, declaró a la prensa local Orestes Llanes, coordinador de fiscalización y control del gobierno provincial.
Refirió que solo ingresan a los centros de atención quienes no poseen familiares que puedan proveerles cuidados, ni lugar de residencia “y están viviendo realmente en la calle”.
Sobre las diferencias entre personas deambulantes y otras comentó que existen los denominados “buzos”, que recolectan comida para las mascotas en los contenedores de desechos sólidos o “buscan alimento en otro espacio porque no pueden hoy adquirirlo de otro modo, además de otras cosas como ropa”.
Por otro lado, aclaró que deambulan en La Habana personas “que han llegado a la ciudad para trabajar o se han mudado por diversas razones. En su mayoría, no tienen su carnet de identidad con dirección en la capital, pero han establecido su residencia” en ella.
Como ejemplo de las acciones intersectoriales que se realizan para minimizar el impacto del fenómeno, Llanes mencionó la colaboración con la Policía Nacional Revolucionaria para devolver a personas deambulantes a sus provincias de origen.
“Dos veces al mes, en viernes alternos, se lleva a cabo este proceso desde el centro y el oriente del país”, dijo. (2024)