Foto: Jorge Luis Baños_IPS
Tomado de: www.ipscuba.net
Cuando la sociedad envejece y cuidar de las generaciones más jóvenes requiere una nueva mirada, inclusiva y participativa, Cuba busca pistas para su política de atención a la niñez y las juventudes, mediante una consulta popular juvenil, iniciada en junio.
Coordinado por profesionales de la investigación e integrantes de la Red de Estudios sobre Juventudes del país, el proceso incluye un cuestionario en línea que persigue llegar a la mayor cantidad posible de niñas, niños, adolescentes y jóvenes, con el fin de conocer sus opiniones sobre sus problemas y propuestas de solución, que serían contempladas en la política.
La Constitución aprobada en 2019 reconoce a niñas, niños, adolescentes y jóvenes como plenos sujetos de derechos y activos participantes en la sociedad, que también se refrendan en el proyecto de Ley del Código de las Familias, que irá a referendo en meses venideros.
Según la argumentación de la encuesta, la política está concebida con una visión participativa, inclusiva y articulada de todos los factores que intervienen en las diversas condiciones que viven niñas, niños, adolescente y jóvenes en Cuba.
Además, atraviesa sus derechos y concibe a las generaciones jóvenes como actores estratégicos del desarrollo.
A su vez, reconoce las fortalezas de las que se parte y destaca las áreas que requieren mayor apoyo y trabajo conjunto de los sectores que contribuyen al mejoramiento de su calidad de vida.
La política se enfoca en los grupos etarios desde el nacimiento hasta los 30 años, con distinciones que permitan atenderlos de manera diferenciada, según sus características específicas.
Se establecen y definen los siguientes grupos: primera infancia (de 0 a 6 años), infancia (llamada también segunda infancia, entre 7 y 12 años), adolescencia (entre 13 y 18 años), juventud (entre 19 y 30 años).
Expertas del Centro de Estudios sobre Juventud (CESJ) señalan que en la elaboración de la política participan organizaciones, ministerios, instituciones y centros de investigación vinculados a la atención a los públicos principales de la normativa.
Esa diversidad de actores permite contrastar visiones, identificar intereses, necesidades y posibles acciones, ubicadas temporalmente en tres momentos: de aplicación inmediata (en 2022), a mediano plazo (2023-2024) y a plazo más largo (2025-2030).
¿Qué deberán responder?
Aunque en la formulación de las propuestas participaron organismos, centros de investigación, organizaciones juveniles, entre ellas, la Unión de Jóvenes Comunistas, la Federación Estudiantil Universitaria, la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media y la Organización de Pioneros José Martí, hay otras voces por escuchar.
Según la introducción a la encuesta, la elaboración de la política y el plan de acción para implementarla requiere de los criterios de la niñez y las juventudes a las que va destinada.
“Son ustedes, niños, niñas, adolescentes y jóvenes quienes pueden identificar mejor cuáles son sus principales intereses y necesidades y cómo creen que es la mejor manera de encontrarle soluciones”, destaca.
También señala el documento que las respuestas en esta consulta representan una forma de participar en la construcción colectiva de una política para el presente y el futuro.
La encuesta indaga sobre el problema más importante que afecta a los niños y las niñas, las y los adolescentes y jóvenes y qué dos acciones propondrían para contribuir a resolverlo.
El sondeo se realiza en todos los niveles educacionales y centros laborales, tanto del sector estatal como de los nuevos actores económicos. También son consultados jóvenes desvinculados del estudio y el trabajo.
De acuerdo con investigadores del CESJ, además de la encuesta en línea se desarrollarán foros-debate en diferentes medios de prensa. Asimismo, se ponen a consideración de niños, niñas, adolescentes y jóvenes algunas de las acciones que se proponen para que puedan opinar, ampliarlas, modificarlas, suprimir o agregar elementos.
A su vez, destacan la importancia de que la consulta llegue a los sectores laborales y también a jóvenes desvinculados del estudio y el trabajo, pues no se trata de una encuesta solo para el sector estudiantil. (2022)