Cuba en el reto de una familia más inclusiva

Por Elizabeth Borrego Rodriguez
Tomado de: www.prensa-latina.cu

El anteproyecto del Código de Familias de Cuba presenta hoy una novedosa norma dentro de la región latinoamericana con el reto de promover una sociedad más inclusiva, a juicio de la investigadora Ana María Álvarez-Tabío.
La propuesta reconoce diferentes roles de las personas en el entorno del hogar y formas de unión, uno de sus principales aportes, aseveró en entrevista con Prensa Latina la doctora en Ciencias Jurídicas de la Universidad de La Habana.

Al mismo tiempo, abre las puertas al matrimonio igualitario y permite la conformación de diversidad de familias de acuerdo con la evolución del país.

El Código potencia lo que debe ser el hilo conductor en la familia: el amor, el afecto, el acompañamiento y el respeto que pueden o no venir unidos a la consanguinidad, comentó.

Estas novedades lo ubican como uno de los más revolucionarios en la región, junto con el Código Civil y Comercial de Argentina, y a la par de varias normativas similares europeas, comentó.

En medio del debate generado por la propuesta, a disposición popular desde el 15 de septiembre, la especialista reconoció entre sus avances el papel de familiares cercanos como abuelos, tíos y otros para el otorgamiento de derechos afectivos.

En general, destaca el rol de cada actor dentro de los hogares y la integración de los principios, valores y derechos incluidos en la nueva Constitución, advirtió la también investigadora de Derecho Civil y Patrimonial de Familia.

El anteproyecto considera los nexos que se establecen entre las madres y padres afectivos, conocidos como madrastras o padrastros, con los menores así como otras personas tan vinculadas afectivamente que se consideran familiares.

‘Logra además distinguir dos formas de vida en pareja: el matrimonio y la pareja de hecho; esta última permite pactar el régimen económico de acuerdo entre las partes’, explicó.

La Constitución cubana de 1940, aprobada en una sociedad tan supuestamente conservadora, equiparó las uniones a los matrimonios, precisó.

‘Desde entonces la sociedad del país apostó más por el consenso que el formalismo, pero para reconocerle su efecto jurídico debía convertirse en matrimonio’, añadió.

A juicio de la especialista, los cambios introducidos en este aspecto permiten a la pareja organizar mejor su unión y vida económica por decisión propia. Del mismo modo, el anteproyecto brinda la posibilidad de acceso a una técnica de reproducción asistida a todos.

‘Eso implica que personas del mismo sexo, sobre todo hombres, tengan la posibilidad de convertirse en padres’, detalló.

En tanto, en materia de relaciones parentales el documento potencia la responsabilidad de las madres y los padres para con sus hijos, siempre en beneficio de los menores.

Otros de sus aportes es el otorgamiento a personas adultas o con alguna discapacidad de la posibilidad de decidir, dar criterio o voluntad con los límites de su situación particular.

‘Además, se le da una mirada específica a la protección de esas personas así como a los cuidadores familiares’, insistió Álvarez-Tabío.

El documento comprende más de 480 artículos con normas de carácter sustantivo, con la definición de cuestiones como facultades y deberes; y procesal, con el establecimiento de procedimientos.

Presentada tras 22 versiones, la norma coloca a Cuba en una posición muy revolucionaria, avanzada y transformadora en materia de protección que rompe paradigmas y demanda de una mentalidad de sentido plural y de inclusión.