Imágenes de protestas de la población en Cuba en varias localidades inundan las redes sociales ¿Qué ocurre realmente en el país? Estas reacciones tienen su base en el malestar popular que causan las carencias materiales cotidianas agravadas más recientemente por cortes eléctricos prolongados en algunas áreas en medio del agotador calor del verano. Adicionemos que esta situación coincide con un pico pandémico que tiene en jaque a la nación. Es significativamente peligrosa la manipulación de estos espacios por la contrarrevolución para apoyar políticas intervencionistas.
La crisis creada es el propósito del bloqueo -económico, comercial y financiero-sistemático que tiende el gobierno de Estados Unidos sobre la Isla. Nunca antes esta política hostil se ha expresado con mayor saña. En medio de la pandemia negó el arribo a Cuba de ayuda humanitaria. El enfrentamiento a la covid 19 demandó ingentes recursos a la vez que afectó severamente los limitados ingresos económicos. En ese contexto se sumaron nuevas medidas para rematar la mellada economía del país. Recientemente los bancos cubanos tuvieron que renunciar a recibir dólares estadounidenses porque no pueden operar con esa moneda.
Estas acciones van acompañadas de estrategias subversivas y de guerra no convencional ya probadas con éxito en otras latitudes. Se valen de mercenarios para realizar provocaciones y crear un clima de inestabilidad en el país. Financian actos vandálicos y terroristas. A la par desatan campañas de satanización de la Revolución en las redes sociales. Ahora promueven cínicamente una intervención humanitaria en Cuba.
La Revolución cubana es un símbolo de la lucha antimperialista, de la resistencia y de la solidaridad humana. Más allá de proponérselo, su pueblo ha tenido que enfrentar ese desafío histórico, y por ello pagar un alto precio humano. En medio de la pandemia Cuba ha enviado brigadas médicas por todo el mundo y trabaja en cinco candidatos vacunales. Es cubana la primera vacuna latinoamericana aprobada, con la que hoy se inmuniza su población y que es a su vez esperanza para los millones no contemplados en los cálculos de las trasnacionales farmacéuticas.
Cuba no necesita intervención humanitaria, Cuba exige que se elimine el bloqueo. La Revolución está lejos de ser perfecta, y eso lo sabemos bien los cubanos y cubanas que apostamos por ella, pero esencialmente la Revolución representa la oportunidad de construir una sociedad mejor, por Cuba y por las mayorías vilipendiadas de este mundo. Por eso los revolucionarios cubanos la defenderemos en las calles. Vuelve a ser oportuno el llamado martiano: “Quien se le levante hoy con Cuba, se levanta para todos los tiempos”.