Tomado de: www.ipscuba.net
Dificultades para acceder a fuentes de agua segura, disminución de la calidad de la alimentación de 0 a 2 años, aumento y sostenimiento de la violencia contra menores de edad en Cuba fueron temas analizados en el Taller Nacional “Infancias y Adolescencias: heterogeneidad social en el lente”.
En la organización del foro realizado del 14 al 16 de febrero, en el Instituto Cubano de Investigación Cultural (ICIC) Juan Marinello, colaboraron este, la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) en Cuba y la representación del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
De acuerdo con Anette Jiménez, investigadora del ICIC Juan Marinello, el espacio tuvo como objetivo visibilizar y sistematizar las principales agendas temáticas en torno a derechos y protección de infantes y adolescentes, así como sobre situaciones de vulnerabilidad y desigualdad social de este grupo social.
“Otro propósito fue debatir acerca de los principales desafíos que estas realidades le plantean a investigadores, docentes y decisores en Cuba”, agregó Jiménez.
Las ponencias y los análisis se enfocaron en la protección y los derechos, los procesos educativos y la escuela como ámbito de socialización, la educación cubana y la heterogeneidad social de sus participantes.
También se analizaron tópicos de salud como embarazo adolescente, infección por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), fecundidad adolescente y salud sexual. Asimismo, algunas presentaciones versaron sobre los impactos psicosociales de la pandemia de covid y el consumo cultural, entre otros temas.
Articulaciones imprescindibles
Marta Rosa Muñoz, directora de Flacso Cuba, comentó en las palabras inaugurales del evento que la investigación sobre infancia y adolescencia sigue siendo “de altísima prioridad, especialmente por sus vínculos con el embarazo adolescente y la fecundidad”, fenómenos determinantes en el contexto actual de la nación caribeña.
Por su parte, Luis Emilio Aybar, director del ICIC Juan Marinello, resaltó la estrecha relación del tema con diversas investigaciones de la institución, a la vez que enfatizó en el valor del espacio: “abordar las infancias y adolescencias tiene una amplia significación cultural”, reconoció.
Para Alejandra Trossero, representante de Unicef en Cuba, “es un momento bastante particular el que está viviendo el mundo, y desde Unicef estamos pensando cómo afectará este contexto a la niñez y la adolescencia. Hablamos de una policrisis y del gran impacto que esto tiene para nuestros niños y adolescentes”.
A su juicio, la construcción de enfoques de trabajo articulados resulta esencial entonces para atender el carácter multidimensional de las desigualdades y situaciones problemáticas que afectan a este grupo social.
“Necesitamos articularnos, crear sinergias y alianzas de trabajo. Debemos conectar agendas investigativas entre diferentes instituciones que habitualmente están en forma de estancos o feudos, por ejemplo, las ciencias sociales y las ciencias biomédicas, y que investigan y abordan temas sensibles e importantes sobre las infancias y las adolescencias en Cuba”, apuntó Jiménez.
Como resultado del taller, destacó las alianzas logradas con la Universidad Central Marta Abreu de las Villas, conectada con diferentes instituciones de La Habana y con un trabajo sostenido en cuanto a la protección de derechos y la conducta suicida en infantes y adolescentes en Cuba.
Desafíos
Participantes coincidieron en resaltar los múltiples desafíos que aún persisten para la protección de la niñez y la adolescencia en Cuba. Aunque la reciente aprobación del Código de las Familias es un paso esencial en ese camino, subsisten brechas en los diversos ámbitos: familiar, jurídico, educativo y de salud, entre otros.
De acuerdo con la profesora, investigadora y coordinadora del proyecto Crianza respetuosa, Roxanne Castellanos, se mantienen prácticas que desde la cotidianidad afectan el bienestar de la niñez y la adolescencia.
Según especialistas, la construcción de enfoques de trabajo articulados resulta esencial entonces para atender el carácter multidimensional de las desigualdades y situaciones problemáticas que afectan a este grupo social.
Como ejemplo, Castellanos mencionó el agendamiento del tiempo libre en proyectos de formación (idiomas, deportes, música, entre otros), “sin tomar en cuenta sus intereses y deseos; esto de la mano de las altas exigencias educativas en general y de la supresión de la gratificación de las necesidades de juego y socialización, esenciales para la infancia”.
La formación y sensibilización de docentes y profesionales del ámbito jurídico, así como la atención de temas urgentes como el acceso a fuentes de agua segura, la reducción de la mortalidad infantil, del embarazo adolescente y de hechos de violencia figuran entre los principales desafíos para asegurar el bienestar de infantes y adolescentes en Cuba. (2023)