Autora: María Isabel Domínguez
Publicado en: Revista Temas, (87-88), 20-27.
El papel de la educación como instrumento de reproducción o de cambio social mantiene su vigencia, pero aumenta su complejidad ante la incapacidad de las sociedades de incluir satisfactoriamente en el mundo del trabajo, y garantizarle adecuadas condiciones de vida a los grupos juveniles que completan sus ciclos escolares; a pesar de ello aún constituye un mecanismo clave para la inclusión social y la participación.
En los últimos años se asiste a una expansión del sistema educativo en la mayor parte de las regiones del mundo y en particular en América Latina y el Caribe; sin embargo, todavía numerosos países no han alcanzado la meta de escolarización primaria universal (UNESCO, 2014), lo que hace que uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible promovido por Naciones Unidas para el período 2016-2030, sea el de «garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos» (ONU, 2016)