A. Alonso, J. Ramírez Calzadilla, O. Pérez, A. C. Perera, I. Hodge, Y. Castañeda, A. Argüelles, S. Jiménez y A. Morales. La década de los noventas, con las modificaciones socioeconómicas y políticas que se producían en la arena internacional, marcó un espacio particular también en la sociedad cubana. Para entonces, la espiritualidad de los individuos, afectada por la pérdida de paradigmas, se desbordó en la necesidad de nuevos apoyos que revirtieran la seguridad, la esperanza y los proyectos de vida no sólo en el presente sino también hacia el futuro. Numerosos indicadores cuantitativos demuestran el crecimiento que se experimentó en las diferentes expresiones religiosas y manifestaciones menos organizadas. Pero no sólo lo cuantitativo fue representativo de este incremento. También en lo cualitativo se verificaron tales cambios y lo religioso como sostén y referencia mostró su amplio diapasón para responder a los problemas más inmediatos de la vida.