Autor: Milagros Samón Quiala y Benita Esposito
No crean que estoy errada al llamar a este trabajo “El despertar de creencias olvidadas por años, si bien digo despertar, no lo digo en el sentido etimológico de la palabra, sino desde el punto de vista de cómo la cultura cubana juega un papel fundamental en la religión, la cual ha influido en la transculturación de lo que somos resultado.
No lo es tampoco por el hecho de que antes de los años ´90 existía cierta religiosidad en el pueblo cubano, por decirlo de algún modo, cerrada, silenciosa, reservada a pequeñísimos espacios sagrados.
Es para finales los años ´80 e inicios de los ´90, cuando ocurre este despertar o reanimación del quehacer religioso en el pueblo cubano (Castañeda y del Rey, 2002 y Ramírez Calzadilla, 203). En este avivamiento está la apertura de la religiosidad en Cuba, lo que paulatinamente se ha verificado en un viraje de las relaciones IglesiaEstado y con las creencias de origen africanas, así como con los actores religiosos y agentes que conviven en la comunidad