El trabajo informal como fenómeno social: aciertos y desaciertos de la Sociología para su comprensión en el contexto cubano.

Autor: Magela Romero Almodóvar, Jusmary Gómez Arencibia, Yessie Miranda Delgado
Publicado en: O. Izquierdo y H. Burchardt (comps.), Trabajo decente y sociedad. Cuba bajo la óptica de los estudios sociolaborales (pp. 289-313). Editorial UH.

Las primeras aproximaciones al estudio del trabajo informal datan de la década del setenta del siglo xx, en la que los economistas de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) introducen el enfoque de la racionalidad productiva y describen la existencia de relaciones de trabajo inestables, de baja productividad y escasa remuneración en los países africanos y latinoamericanos (Veleda, 2003, p. 56).

El término «trabajo informal» apareció por primera vez en un informe de la OIT que salió a la luz pública en 1973, bajo la autoría de Keith Hart (Lim y Pacheco, 2005, p. 4; Jiménez, 2011). Con esta categoría se intentaba describir las condiciones desfavorables que tenía una gran masa de subempleados pobres de Accra (ciudad de Ghana), quienes habían logrado sobrevivir con la generación de bienes y servicios fuera del marco legal (Guergil, 1998, p. 56). Este informe arrojó varias luces sobre este fenómeno y visibilizó a un sector poblacional que vive al margen de la economía formal sujeta a fiscalización y tributación, de ingresos inestables, de trabajos inseguros, desprotegidos e ilegales fuera de los sistemas de seguridad social y de los marcos regulatorios establecidos. De igual modo, colocó la preocupación en torno a este fenómeno en la agenda de las agencias internacionales y de las Ciencias Sociales y Económicas.