Tomado de: www.ipscuba.net
Foto: Archivo IPS Cuba
El papel asignado a las mujeres, la corresponsabilidad, formación, avances, resultados de la ciencia y desafíos, fueron algunos de los temas a debate del Encuentro Internacional Cuidados, Desarrollo y Justicia Social: Políticas, enfoques, actores y buenas prácticas, desarrollado en la Universidad de La Habana.
Organizada por la Red Cubana de Estudios sobre Cuidados, del 5 al 7 de junio, la cita reunió a representantes de la academia, las universidades, los centros de investigación, la sociedad civil y proyectos comunitarios de varias naciones y provincias cubanas.
“El encuentro contó con la presencia de alrededor de 269 personas procedentes de 19 países”, declaró la profesora Magela Romero, coordinadora de la Red.
Con un enfoque inter- y multidisciplinario, se expusieron experiencias relacionadas con los cuidados y la implementación de sistemas integrales en Cuba y la región. Asimismo se destacó la necesidad de traspasar el abordaje de los cuidados del centro de la vida al centro de las políticas.
Los debates versaron sobre desafíos técnicos y metodológicos; sistemas, políticas, programas y proyectos; corresponsabilidad y procesos de formación, la mirada interseccional, las experiencias locales desde la gestión no estatal, las dinámicas demográficas, la fiscalidad y la sostenibilidad.
“Fue una experiencia increíble, nos permitió no solamente el intercambio, sino también el diálogo sobre los aprendizajes en cada uno de los países durante la construcción de sus sistemas integrales de cuidado o el perfeccionamiento de los marcos políticos para la protección de personas cuidadoras”, declaró Romero.
Según dijo, el encuentro fue posible por el apoyo del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, la Federación de Mujeres Cubanas, el Fondo de Población de Naciones Unidas, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, la Fundación Friedrich Ebert, la oenegé Oxfam Internacional y la primera mipyme de cuidados de Cuba, TaTamanía.
Miradas
Pese a los pasos de avance, para que el cuidado se convierta en realidad en la nación caribeña se plantearon aspectos que requieren una mirada más específica, entre ellos, las deudas hacia las personas trans y las poblaciones rurales, además de la calidad, la sensibilidad y las condiciones materiales requeridas en el sector de la salud.
De igual forma, se llamó a la corresponsabilidad entre la familia, la sociedad y las instituciones. Participantes de Cuba insistieron en concretar las ideas en la práctica e integrar a los nuevos actores económicos en el sistema de cuidados que se construye en el país.
Ponentes de la isla y de otros países reconocieron el impulso a procesos que buscan colocar a los cuidados como un pilar esencial para el bienestar y la vida desde un enfoque feminista, interseccional, transformador y de justicia social.
Puntos clave en el análisis fueron la necesidad de integrar las políticas públicas desde un enfoque de derecho y corresponsabilidad, priorizar el bienestar humano por encima de los sistemas económicos de producción y consumo, el reconocimiento de la desigual distribución del trabajo de cuidados y la atención a las dinámicas sociodemográficas.
Desafíos de un sistema integral en Cuba
Según expuso Marta Elena Feitó, ministra de Trabajo y Seguridad Social, aunque Cuba tiene avances en infraestructura –escuelas especiales, círculos infantiles, seminternados, casas de abuelos y hogares de ancianos–, la aprobación en diciembre del 2023 de un sistema para el cuidado integral de la vida constituye una oportunidad y “un reto grandísimo”.
Se refirió al elevado por ciento de personas de 60 años y más y el estimado de que en el 2030 este grupo alcance el 30 % de la población nacional.
Al valorar ese probable aumento y la baja natalidad para garantizar el remplazo poblacional, la ministra advirtió: “todo lo que se haga en función del cuidado será siempre importante”.
Adelantó que, junto con la política pública, en breve Cuba podrá contar con una norma que respalde el sistema integral para el cuidado de la vida.
Para Romero, uno de los retos más importantes que deja el encuentro “es seguir construyendo agendas que permitan el intercambio y la articulación” de experiencias para aplicarlas a los trabajos que se realizan en distintos países.
A su juicio, “hay bastantes desafíos que tienen que ver también con la colocación del cuidado de la vida no solo como un aspecto más de las agendas de desarrollo, sino como un aspecto central, teniendo en cuenta que es el trabajo máximo que sostiene la vida, el único que puede garantizar la sostenibilidad”. (2024)