Tomado de: www.ipscuba.net
Foto: Archivo IPS Cuba
Intercambiar sobre avances, brechas, desafíos, experiencias y propuestas se propuso el I Taller de Articulación de personas cuidadoras, realizado en esta capital el Día Internacional de los Cuidados y el Apoyo, el pasado 29 de octubre.
En la iniciativa de la Red Cubana de Estudios sobre Cuidados, en alianza con el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social y la Federación de Mujeres Cubanas, con el apoyo de la Fundación Friedrich Ebert, participaron especialistas, representantes de proyectos y negocios, así como estudiantes de sociología de la Universidad de La Habana.
“Quienes cuidan son el corazón de la comunidad y brindan cuidados a quienes más los necesitan, su labor no solo transforma vidas, sino que también enriquece nuestras sociedades”, dijo Yaniris Hernández, viceministra primera de Trabajo y Seguridad Social.
Por su parte, la viceministra de ese organismo, María Molina, destacó la publicación, el pasado 15 de octubre, del Decreto 109, Sistema Nacional para el Cuidado Integral de la Vida.
Según dijo, la norma es el “resultado de la labor de muchas personas que han trabajado en el reconocimiento de los cuidados, de su valor y de sus aportes y por transformar la organización social de los cuidados en Cuba”.
Visiones
Al intervenir en el encuentro, la profesora Magela Romero, coordinadora de la Red Cubana de Estudios sobre Cuidados, era la primera vez que se realizaba “un diálogo directo de personas cuidadoras con integrantes de la subcomisión gubernamental Sistema de Cuidados”, coordinada por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.
Romero expuso consideraciones sobre el concepto de cuidado: “es un trabajo, por lo que las personas cuidadoras deben figurar como trabajadoras remuneradas de manera formal, informal o de los distintos espacios en que puedan estar establecidas; en segundo lugar, es un pilar central del bienestar social”.
También se refirió al cuidado como un derecho humano, “el derecho a cuidar en libertad, en autonomía, sin que eso represente crear situaciones de vulnerabilidad, y el derecho al autocuidado”.
La experta consideró relevante valorar lo que representa la división sexual de este trabajo de cuidado en relación con las autonomías de las mujeres.
El cuidado y su desigual distribución “están considerados uno de los nudos críticos de desigualdad social, porque de él se derivan situaciones de vulnerabilidad, precariedad y pobreza, y no solo en términos materiales, sino también de la pobreza de tiempo que vienen asociadas a esas sobrecargas de las personas cuidadoras”, señaló.
Al respecto, recordó uno de los resultados de la Encuesta Nacional de Igualdad de Género: las mujeres cubanas dedican semanalmente 14 horas más que los hombres al trabajo no remunerado.
Cuidados y personas cuidadoras
Para Romero, el encuentro significó “un antecedente de intercambios sostenidos que la subcomisión quiere tener (y necesita) con las personas cuidadoras”.
En el espacio compartieron sus experiencias iniciativas vinculadas al tema de los cuidados, como el Proyecto Palomas. Casa Productora de audiovisuales para el activismo social.
Sergio Cabrera, coordinador general del proyecto, expuso que la Red de Personas Cuidadoras de Palomas, agrupa en WhatsApp a 1083 miembros, el 93 % mujeres.
“La magia de la red es que quienes animan, conducen y acompañan a cada integrante son también personas cuidadoras”.
Yadira Álvarez, presidenta de la primera mipyme de cuidados aprobada en Cuba, TaTamanía, consideró que las personas cuidadoras y sus servicios “se han minimizado, pues la visión que existe sobre los cuidados es que deben ser gratis, una mirada que ha ido cambiando”.
A su juicio, “ni con 100 mipymes que se formen en el país se va a resolver el problema de los cuidados, pues no es un problema solo del Estado, sino una demanda social cuya solución depende de todos los actores”.
Yohania Mateu, vicepresidenta nacional de la Asociación Cubana de Personas en situación de Discapacidad Intelectual, informó que se trabaja por impulsar centros educacionales para quienes egresan de la enseñanza especial con 18 años de edad y pueden realizar labores útiles.
El proyecto se enfoca en “que no pierdan las habilidades adquiridas y que sus cuidadores no se vean obligados a renunciar a su labor profesional para cuidarlos”, acotó.
En el encuentro se anunció que algunas demandas y propuestas, como los incentivos fiscales para actores económicos dedicados a los cuidados, la inclusión del tema en la enseñanza, la implementación del sistema de cuidados en áreas rurales y de difícil acceso, son analizadas por una comisión gubernamental. (2024)