Encuesta en Cuba indaga sobre situación económica en hogares

Los datos de este tipo de estudio poblacional no se divulgan públicamente, pero se emplean en la elaboración de indicadores que sirven a la toma de decisiones gubernamentales.

Tomado de: www.ipscuba.net
FotoArchivo IPS Cuba

Conocer las categorías de las personas, los ingresos y sus fuentes, los gastos por tipo de mercado y su satisfacción por servicios básicos, entre otros, persigue la Encuesta Nacional sobre la Situación Económica de los Hogares (ESEH), aplicada en 12.000 viviendas de Cuba.

Este ejercicio, que desarrolla la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI) se extiende desde el 16 de octubre hasta el 26 de noviembre, con el objetivo de obtener datos que permitan tener una panorámica de la situación socioeconómica de los hogares.

El anuncio sobre la realización de la encuesta genera suspicacia, tal vez por el complejo panorama económico de inflación, altos precios y escasez existente en el país.

Algunas personas señalan en foros digitales que los ingresos se reflejan en las nóminas y chequeras, mientras otras consideran muy oportuno saber esos datos, porque “la situación en la mayoría de los hogares, es compleja, muy difícil”, como escribió la firmante como Cubana, en el foro del diario oficial Granma.

Según explicó a la prensa local Joel Granda, especialista del Departamento de Estudios Sociales y Matemática Aplicada, del Centro de Estudios de Población y Desarrollo de la ONEI, la encuesta se realiza desde 1996, aunque con el formato actual, de forma independiente, se hace desde hace 10 años. Antes se realizaba junto con la Encuesta Nacional de Ocupación.

Desde 2006, a esta encuesta le fue incluido un módulo opinático, que tiene como propósito complementar los estudios sobre la situación económica de los hogares y caracterizar de forma más adecuada un conjunto de indicadores socioeconómicos, a partir de los criterios de la población.

Se realiza solo en la parte urbana del país, que abarca el 76 por ciento de la población cubana, fundamentalmente por temas económicos, pues resultaría muy costoso efectuar los también en la zona rural, señaló.

“La información que brindan los entrevistados tiene estricto carácter confidencial, por lo que no podrá ser divulgada y solo será utilizada a los fines de elaborar agregados estadísticos”, puntualizó Granda.

¿Qué pregunta la encuesta?

Según dijo Granda a la prensa local, la encuesta tiene tres instrumentos: el primero, datos de la persona, recaba información general: sexo, edad, color de la piel, nivel educacional, estado civil, e indaga si es trabajadora, en qué sector; desocupada o pensionada.

Igualmente, capta el monto de todos los ingresos –salario, pensiones, asistencia social, remesas, venta o alquiler de bienes de su propiedad, prestamos, créditos, ayuda de familiares o amigos en Cuba, viajes al exterior–, e información referida a servicios de salud y educación.

En otro modelo, el cuaderno de anotaciones, el jefe de hogar anota los gastos diarios durante siete días, los productos para el consumo propio, así como aquellos con los que realiza algún cambio o trueque por otro artículo.

El tercer modelo, comprende 15 preguntas sobre las características de la vivienda y su equipamiento, un módulo opinático y, finalmente, los gastos mensuales y anuales.

El módulo opinático, aclaró Granda, incluye seis preguntas que recaban la opinión de los integrantes del hogar sobre su situación económica y están enfocadas en medir la suficiencia para cubrir los gastos con los ingresos regulares, además de la forma de solucionar la diferencia entre los ingresos y gastos, en caso de no cubrir estos últimos.

Asimismo, mide la satisfacción en necesidades básicas como alimentación, vestuario y calzado, estado de la vivienda, abastecimiento de agua, combustible, educación, salud y transporte, entre otros, e indaga sobre problemas de la vida cotidiana y las posibles vías para satisfacer las principales necesidades.

¿Para qué la encuesta?

De acuerdo con Granda, la realización de estudios de este tipo, específicamente, los resultados que se obtengan de la encuesta, permitirán a la dirección del país contar con información sobre la situación económica de los hogares cubanos.

A su juicio, sus resultados “constituyen información relevante tanto para el monitoreo de políticas pública del país, como de la transformación del modelo socioeconómico que se ha experimentado en los últimos años”.

Según señaló, el módulo opinático permite conocer y caracterizar de forma más integral un conjunto de indicadores, en función de los criterios de la población sobre su propia situación socioeconómica.

Para Dayma Echevarría, socióloga e investigadora del Centro de Estudios sobre la Economía Cubana (CEEC), las encuestas de hogares cubren solo a una fracción de la población, a diferencia de los censos, y se enfocan en temas particulares como el empleo, los ingresos y gastos, la composición de los hogares, entre otros.

En Cuba, dijo, no son públicos sus resultados, pero podrían tributar a investigaciones en curso,  que dan cuenta de la composición socioeconómica de los hogares, por sexo, edad, color de la piel y otras variables sociodemográficas.

Para la estudiosa, estas investigaciones sirven de insumo permanente a diferentes niveles de toma de decisiones. (2022)