Por: Ariadna Vallellano Rodríguez y Yusleidy Pérez Ramos
Foto: Jorge Luis Sánchez Rivera/Cubadebate
Tomado de: www.cubadebate.cu
“[…] Las campañas de los pueblos solo son débiles cuando en ellas no se alista el corazón de la mujer; pero cuando la mujer se estremece y ayuda, cuando la mujer tímida y quieta de su natural, anima y aplaude, cuando la mujer culta y virtuosa unge la obra con la miel de su cariño, la obra es invencible”.
José Martí
Cuba es una de las excepciones, y se debe fundamentalmente a que luego del triunfo revolucionario en 1959, se llevaron a cabo múltiples programas que incluían la participación de la mujer en las diferentes esferas de la actividad socioeconómica, política, cultural, militar, científica y deportiva. Esta tarea no fue para nada fácil, era contrapuesta a los conflictos sociales, familiares e individuales, que en los primeros años de la Revolución limitaban su presencia en las diversas esferas y acciones de la vida social, producto de las fuertes bases falócratas en que se encontraba estructurada la sociedad cubana, donde el matrimonio, la maternidad y la familia eran considerados como el único y natural destino de la mujer.
Sin embargo, la iniciativa de radicalizar este pensamiento en nuestro país surgió a petición de la luchadora clandestina y combatiente del Ejército Rebelde, Vilma Espín Guillois. Esta solicitud se materializó través de nuestro líder histórico Fidel Castro Ruz, quien el 23 de agosto de 1960 creó la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) bajo el lema “Toda la fuerza de la mujer al servicio de la Revolución”.
La FMC es la organización de masas que une a todas las féminas del país a partir de los 14 años de edad, desarrolla las políticas y los programas encaminados a lograr el pleno ejercicio de la igualdad en todos los ámbitos y niveles de la vida. Se trazó como objetivo principal, la incorporación de la mujer a la sociedad y al empleo, así como al programa de cambios sociales y económicos en Cuba. La presidenta en aquel entonces y durante los siguientes 47 años fue nuestra querida Vilma Espín.
De esta manera se cumplía un sueño y anhelo por el cual habían levantado la voz tantas cubanas dentro y fuera del país. En el VI Congreso de la Federación, el Comandante expresó: “la mujer es una fuerza política tremenda, y hoy más que nunca la Revolución necesita del apoyo de las mujeres; en la medida en que tenemos tiempos más difíciles, más apoyo. No podemos permitir que se desalienten las mujeres, que se sientan relegadas, que se sientan que no hay ya el mismo ardor en el combate por la justicia”.
En Cuba, son muchas las mujeres inmortalizadas por las páginas de la historia como Isabel Rubio, Ana Betancourt, Mariana Grajales, Melba Hernández, Haydée Santamaría, Celia Sánchez, Vilma Espín, y otras, que participaron activamente en todo el largo proceso de luchas revolucionarias desde sus inicios en 1868 y que serán eternamente recordadas.
La FMC recoge el espíritu de cada una de ellas. Esta organización es una fortaleza para Cuba pues contribuye al equilibrio de la familia y motiva la superación de las amas de casa o desocupadas para una posterior inserción u ocupación laboral.
El contexto histórico-cultural actual permite identificar la participación de la mujer en otros roles sociales, hablar de aporte, empoderamiento e inclusión social, igualdad de oportunidades y accesos, ocupar importantes cargos en los distintos niveles de dirección y en la vida política, especialmente en el órgano legislativo. A continuación, les presentamos varias estadísticas oficiales del 2019 donde esto se evidencia:
- El 50,3% de la población cubana son mujeres (5 629 297), de ellas 936 018 de 65 años y más.
- La población de mujeres en edad laboral es de 3 399 800.
- Si se analiza la población económicamente activa 1 812 100 son mujeres, de ellas 1 790 300 ocupadas y 21 800 desocupadas para una tasa de desocupación de sólo 1.2%.
- Ocupadas en la economía, en el sector estatal: 1 405 400 mujeres, mientras que en el sector no estatal: 384 900.
- Actualmente, el 53,2% de los diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular son mujeres, muestra del auge e incremento de la participación de las mujeres en la vida política y social del país, pues en el año 1993, sólo representaban el 22,8% de los diputados y diputadas.
Como se observa, Cuba ha tenido indiscutibles avances en el camino a la igualdad de género en los últimos 60 años, no obstante ello, investigaciones recientes como la Encuesta Nacional sobre Igualdad de Género (ENIG-2016) reflejan que continúan presentes retos en pro de la equidad en diversas esferas. Aún persisten amplias diferencias en la participación laboral de hombres y mujeres, y se discuten además temas relacionados con la violencia hacia la mujer, el embarazo en la adolescencia, la inequidad en la participación por igual en las tareas domésticas y el cuidado de los hijos, actividades consideradas de desempeño femenino. Estas son temáticas en las cuales la Federación de Mujeres Cubanas juega un papel primordial unido al equilibrio y cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, en especial el ODS 5 sobre la igualdad de género y el ODS 10 sobre la reducción de las desigualdades.
No menos importante es el rol de la mujer ante el proceso de envejecimiento poblacional que sufre el país, que entre otras causas se debe a los bajos niveles de fecundidad por un prolongado período de tiempo y el aumento de la población de 60 años y más (20,8% en el 2019) como resultado de la elevada esperanza de vida de la población tanto masculina como femenina.
Según las proyecciones del Centro de Estudios de Población y Desarrollo (CEPDE) de la Oficina Nacional de Estadística e Información acerca de la evolución de la estructura por edades, para el 2020 el grupo de personas de la tercera edad aumentará al 21,5% y para el 2030 constituirá casi la tercera parte de la población (30,1%), mientras los más jóvenes disminuirán al 16,4% y al 15,5% respectivamente. La tasa de crecimiento poblacional en el 2019 fue de -1.4 por mil habitantes, y la tendencia es a continuar este decrecimiento de la población a corto plazo, según las informaciones más recientes publicadas por la ONEI.
La reproducción es una de las tareas de amor que realiza la mujer y que se convierte en un eslabón fundamental para el desarrollo de un país. En la contemporaneidad dado al nivel educacional y de activismo social y político alcanzado por las féminas ha disminuido la tasa de fecundidad, aspecto que se viene evaluando, a través de programas diseñados por parte del Estado cubano acompañado por la FMC para dar el apoyo y la ayuda necesaria a las mujeres durante la maternidad y crianza de los hijos sin abandonar su rol en la colectividad.
Hoy más que nunca, Cuba necesita a ese batallón de mujeres gloriosas de la FMC para enfrentar la pandemia. Una vez más con creatividad, responsabilidad y empeño continuarán aportando soluciones ante la situación que vive el país en un enfrentamiento constante por contener la Covid-19, aparejado al recrudecimiento del bloqueo de los Estados Unidos contra la Isla. A pesar de ello, las doctoras, las enfermeras y el personal de la salud brindan su colaboración por cada rincón del mundo que lo necesite; las maestras alistan las aulas para el reinicio e inicio del curso escolar; las campesinas van al surco a cosechar el mejor producto de la tierra para la alimentación del pueblo; las científicas, estadísticas, dependientes, dirigentes no abandonan sus puestos de trabajo, en fin cada día miles de mujeres salen de sus hogares a seguir Haciendo Revolución.