Tomado de: www.ipscuba.net/
El análisis sobre los cuidados con enfoque de igualdad, derechos y corresponsabilidad y un intercambio con especialistas de la región propició el foro “Los desafíos contemporáneos frente a los cuidados. Dinámicas demográficas y políticas”, en la Universidad de La Habana.
Con énfasis en lo mucho por hacer desde las políticas y prácticas, el espacio permitió compartir experiencias, resultados de investigaciones y reflexiones en torno a los cuidados, abordados por participantes de Colombia, Paraguay, Bolivia, Argentina, República Dominicana, Uruguay y Cuba.
Como parte de la Plataforma para el Diálogo Social Derechos, violencias e igualdad de género, que impulsa el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso), el encuentro apostó por los cuidados en el curso de la vida, la equidad, la atención a las variables demográficas, interseccionalidad, desigualdades de género, bienestar, corresponsabilidad y cambio cultural.
Karina Batthyány, de Uruguay, directora ejecutiva de Clacso, destacó la participación, no solo por el número, sino también por la presencia de personas del ámbito de las decisiones públicas, la academia y movimientos y organizaciones sociales, “lo que buscamos con la Plataforma para el diálogo social”.
Batthyány elogió el diálogo y la construcción de alternativas, así como la comparación de las realidades de la región y Cuba, donde existen 32 centros y cinco redes de Clacso.
El valor de la presencia
Las exposiciones sobre prácticas de la región motivaron reflexiones para soluciones en Cuba, entre ellas, proyectos y cooperativas de cuidados, variante que apenas germina.
Un reconocimiento a la importancia de este problema en Cuba y el papel de las mujeres resultó la presencia, en la última jornada, de Teresa Amarelle, secretaria general de la Federación de Mujeres Cubanas, y de Marta Elena Feitó, ministra de Trabajo y Seguridad Social, organismo que participa en la creación de las bases para un futuro sistema integral de cuidados.
Feitó los consideró un asunto “tan estratégico, trascendental y de alta sensibilidad, en particular para una sociedad como la nuestra, que a la par que envejece, promueve el trabajo digno e impulsa políticas sociales para el ejercicio pleno de los derechos de las mujeres con equidad y justicia social”.
Según dijo, el envejecimiento en la estructura de edades de la población ha puesto los cuidados en la agenda de gobierno y pública por los desafíos que impone el incremento de la demanda y la provisión del servicio de cuidados, sobre todo para niñas, niños, adolescentes, personas en situación de discapacidad y adultas mayores.
Al respecto, admitió que existen “brechas claras y críticamente identificadas”, por lo que en los documentos rectores del desarrollo al 2030 son prioridad el diseño e implementación de una política pública dirigida a los servicios de cuidados, que permita contar a corto plazo con un sistema nacional para el cuidado integral de la vida.
Amarelle consideró que los desafíos “cada vez son mayores en la misma medida en que avancemos una sociedad más envejecida y que ese envejecimiento tenga rostro femenino y quienes cuidan también tengan rostro femenino”.
A su juicio, “romper esos esquemas requiere de mucho trabajo”, a la vez, destacó la inclusión de los cuidados en el Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres y el Código de las Familias.
Para Magela Romero, coordinadora de la Red Cubana de Estudios sobre cuidados, el diálogo, como estrategia de articulación y búsqueda de consensos, es uno de los caminos más estratégicos en esta ruta donde “se unen naciones, colectivos personas que trabajan por la justicia y la equidad, a partir de la deconstrucción y desestructuración de sistema de dominación, entre ellos, el patriarcado”.
Realidades y desafíos
Romero y la profesora Reina Fleitas, presentaron el informe “Género y políticas públicas de Cuidado en Cuba y el Caribe insular. Una lectura crítica de los avances y desafíos”.
Al contrastar los marcos normativos con la transformación efectiva en términos de política, el estudio arrojó un rezago importante, con cambios lentos y políticas de cuidados pensadas desde la división sexual del trabajo y su naturalización.
“Si no tenemos una mirada de conciencia de género que quiera transformar, en primer lugar, la división sexual del trabajo, como guía para llegar obviamente a políticas que tributen a la corresponsabilidad, no vamos a llegar a donde queremos”, destacó Romero.
Las políticas, alertó, siguen siendo fundamentalmente de tiempo, que potencian las licencias de maternidad, ubicando a las mujeres todavía como máximas y principales responsables de los cuidados, sin promover la corresponsabilidad social y de género.
A la vez, enfatizó que aun cuando en las constituciones se refrenda el principio de la igualdad de género, se obvian artículos que tributen a esa corresponsabilidad necesaria y se conviertan en estrategias reales, que incorporan las discapacidades. (2023)