Homenaje a Nelson Mandela, el compromiso de hoy con la justicia social

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Por: Lirians Gordillo Piña
Tomado de: www.mujeres.co.cu

En 2009 la ONU estableció el 18 de julio como Día Internacional de Nelson Mandela, cada año la fecha representa una oportunidad para apostar por el cambio, la lucha por la justicia social y contra el racismo. En 2015 la Asamblea General amplió el alcance del día para también promover condiciones de encarcelamiento dignas, sensibilizar sobre la incorporación de las personas privadas de libertad a la sociedad y valorar la labor del personal penitenciario como importante servicio social.

Nelson Mandela nació el 18 de julio de 1918 en Mvezo, un pequeño pueblo de la Unión Sudafricana. Mandela estuvo prisionero durante 27 años por el régimen apartheid de Sudáfrica, debido a su intensa lucha contra el sistema racista en ese país. Su obra política trascendió la nación africana, además de ser electo como primer presidente negro del estado libre de apartheid en Sudáfrica, movilizó múltiples fuerzas en el mundo para combatir el racismo y la desigualdad.

A 102 años de su nacimiento el Coloquio virtual el Legado de Mandela , reunió a especialistas de América Latina y el Caribe y también representantes de la diáspora africana. El encuentro estuvo organizado por el Grupo de trabajo Afrodescendencias y Propuestas Contrahegemónicas del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) y la Cátedra Nelson Mandela.

“¿Cómo vamos a homenajear a Mandela? Pues el mejor homenaje es seguir produciendo, reinventándonos y siguiendo adelante. Estos tiempos requieren la adopción de nuevas formas de lucha política y este coloquio busca examinar alternativas, tiene como objetivo compartir experiencias y reconocernos con nuestras alianzas estratégicas. El coloquio quiere que las personas se animen y tengan como objetivo los aprendizajes que nos legó Mandela”, expresó Rosa Campoalegre, investigadora cubana y coordinadora del Grupo de trabajo Afrodescendencias y Propuestas Contrahegemónicas de CLACSO y la Cátedra Nelson Mandela.

Como un collar de cuentas, el legado de Mandela se fue armando entre asistentes y comentaristas del foro. Compartieron la trascendencia de su sabiduría y persistencia, su apuesta por la solidaridad, su visión de igualdad en la diversidad, su lucha por la democracia y la libertad, sus esfuerzos a favor de la integración internacional en la lucha antirracista y por la justicia social.

Durante su intervención Thaninga Pandit Shope-Linney, embajadora de Sudáfrica en Cuba, agradeció el encuentro como ejemplo de la solidaridad que siempre ha acompañado las luchas de su país.

“Agradezco esta oportunidad de hablar con el mundo en la conmemoración del nacimiento de Mandela. Sobre todo, porque nuestra victoria es una victoria que logramos porque el mundo entero estuvo en solidaridad con nosotros por eso en nuestro nombre, de mi país, de mi presidente y mi pueblo queremos darle las gracias por estar a nuestro lado”, dijo la representante sudafricana.

La diplomática agradeció en especial al gobierno y pueblo cubanos por su apoyo histórico a Sudáfrica, en especial en estos momentos cuando la covid-19 afecta a la nación africana.

“Entre los principios que legó Mandela estuvo la solidaridad, que ayudar debe ser nuestra responsabilidad como seres humanos. Debemos servir siempre en nuestras comunidades pues comunidades sanas y estables hacen crecer patrias y naciones sanas y estables”, dijo Thaninga Pandit Shope-Linney.

El debate online destacó el legado de Mandela en América Latina y el Caribe. En la región más desigual del mundo, el racismo es una de las formas de la desigualdad estructural que se cruza con otras opresiones como la desigualdad de género y la pobreza.

“Esta celebración se da en el contexto de la pandemia de la desigual que ya existía en el mundo. Y la desigualdad en Latinoamérica tiene género y tiene color. Así que es muy importante que utilicemos este día y el símbolo que representa Mandela para hablar de las desigualdades”, dijo Harold Robinson, director Regional del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).

Covid-19: emergencia sanitaria y social

Las repercusiones sociales de la covid-19 han tenido impactos desiguales en América Latina, actual epicentro de la pandemia—cuyo núcleo se ubica en Estados Unidos y Brasil. Las desigualdades estructurales históricas, entre ellas el racismo, han marcado el comportamiento de la epidemia en la región.

“Esta pandemia ocurre en el marco de otras pandemias, como son la pobreza, la desigualdad, la violencia de género y el racismo, un racismo estructural en el caso de América Latina y el Caribe. Este homenaje ocurre en un momento donde muchos mandatarios y políticos asumen actitudes xenófobas, racistas, intolerantes, excluyentes y autoritarias. Es en este momento más que nunca que tenemos que rescatar el ejemplo de la figura, la vida y legado de Nelson Mandela”, argumentó la académica Karina Batthyány Secretaria ejecutiva de Clacso.

Dentro de ese panorama, Brasil muestra indicadores preocupantes. Al respecto la investigadora y activista Nilma Lino Gómez llamó la atención sobre la sobremortalidad de la población negra y mestiza en su país producto la covid-19.

“La alta letalidad recae en las personas pobres y con mayor contundencia en las personas pobres y negras. Esa realidad no puede ser comprendida como simple coincidencia entre la pobreza y la raza, sino que es fruto de una perversidad histórica colonial”, denunció Lino Gómez.

La académica y activista brasileña reconoció el rol de las organizaciones comunitarias y los movimientos sociales en el enfrentamiento a la pandemia.

“La población negra continúa luchando por la vida, la población pobre continúa luchando por la vida. Los movimientos sociales continúan luchando por la vida y esa lucha por la vida es la que ha conseguido hacer llegar alimentación, medicinas, información, acceso a hospitales, solidaridad a las personas. En tiempos de necro política se precisa que la vida sea parte de las luchas democráticas y sociales. Es por eso que el ejemplo de Nelson y Winnie Mandela se ha mantenido vivo por tanto tiempo”, afirmó.

Alianzas para una agenda común, estrategias para el cambio

Establecer alianzas y unir esfuerzos a partir de nuevas estrategias fue uno de los aspectos destacados durante la reunión virtual. Un llamado común fue poner en el centro la participación de los sectores populares, las mujeres y población negra; aprender de sus prácticas y resistencias.

Nilma Lino Gómez llamó a buscar diversas y nuevas formas para encontrarse. Aprovechar las tecnologías modernas, pero conscientes de que no llegan a todas las personas. Por eso, nunca serán obsoletas el encuentro cara cara, el uso de autoparlantes, el apoyo en radios y televisoras comunitarias y de centros universitarios, agregó.

“Para superar la plaga que es el racismo en tiempos de necro política, y sabiendo que es necesario orientar nuestra sabiduría ancestral, es que creo que los sectores oprimidos y las personas comprometidas del mundo precisan encontrarse y unirse. Necesitamos luchar juntos por justicia social, no solo por igualdad y redistribución. Necesitamos incluir nuestras propuestas de lucha anticapitalistas en las luchas contra el racismo, en caso contrario no podremos superar las causas estructurales”, argumentó la académica brasileña.

Una de las iniciativas que apuesta por el encuentro en la lucha contra el racismo a nivel internacional es el Estado de la Diáspora Africana.

Louis-Georges Tin, primer ministro de Estado de la Diáspora Africana, presentó varios proyectos para unir a la población afrodescendiente y apoyarla. Entre esos esfuerzos se encuentra la Universidad de la Diáspora Africana un proyecto abierto e inclusivo que aprovechará las nuevas tecnologías de las comunicaciones.

En el encuentro también se presentó la serie La pandemia racializada que cuenta con tres boletines en los cuales han colaborado personas de la región provenientes de la academia y los movimientos sociales.

“Esta serie es un dispositivo de acción política que se caracteriza por la unidad, la articulación entre academias y movimiento afro. En este tercer número, que queremos compartir, se ha escrito desde Dominicana, desde Haití, Argentina, Colombia y Cuba”, puntualizó la investigadora cubana Rosa Campoalegre.

El primer boletín de la serie se publicó en mayo de 2020 y en sus tres números ha llamado la atención sobre las desigualdades y su impacto en el comportamiento de la pandemia.

“Hemos querido colocar que la pandemia no es neutral, tiene color. La pandemia no es una crisis sanitaria solamente; es una crisis política, axiológica, ecológica, económica y es reflejo de la crisis sistémica. Ante la pandemia, los gobiernos no podían reaccionar a favor de lo que nunca han hecho con excepciones muy notorias como el país en el que tengo el gusto de vivir y otros países que han enfrentado la pandemia con criterio de justicia”, puntualizó Campoalegre.