Por: Carolina García
Fotos: Wilfredo Pomares
Entre interrogantes que generan más que respuestas nuevas preguntas, sucedió el último Martes de Debate en el Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas (CIPS), pues no se puede dialogar sobre las relaciones Iglesia-Estado en Cuba sin antes apartarse de los absolutismos, como no es posible escuchar a Caridad Diego, Aurelio Alonso y Maximiliano Trujillo sin estar listos para la polémica, los análisis complejos, los presupuestos filosóficos, y las irrefutables verdades de la experiencia y la práctica.
¿Son las instituciones religiosas parte de la sociedad civil? Así comenzó la exploración sobre la articulación Iglesia–Estado, lo cual obligó a partir del discurso liberal, detenerse en las concepciones marxistas y analizar la complejidad del término y sus implicaciones en el contexto cubano.
Los panelistas invitaron a reflexionar sobre la sociedad civil más allá de la confluencia de las instituciones gubernamentales tradicionales, y quizá más de un participante recordó los textos del profesor Jorge Luis Acanda y coincidió en que se trata también de “el escenario legítimo de confrontación de aspiraciones, deseos, objetivos, imágenes, creencias, identidades, proyectos, que expresan la diversidad constituyente de lo social”.
Entre estas y otras reflexiones los invitados concordaron en que “nuestra sociedad civil implica necesariamente a las instituciones religiosas”, al tiempo que “no puede homogeneizarse su incidencia” pues desconoceríamos la pluralidad que sin dudas las caracteriza.
El vínculo Iglesia-Estado en Cuba precisa una mirada al pasado para así comprender y valorar un escenario que Caridad Diego describe como cada vez más favorecedor para la integración, la participación y el dialogo. “La máxima ha sido trabajar más en las cosas que nos unen que en las que nos separan”, puntualizó.
De igual modo, los panelistas pusieron especial énfasis en la comprensión del contexto cubano desde la religiosidad toda y no únicamente desde la Iglesia Católica, lo cual generó interesantes debates sobre una posible visibilidad o preponderancia de esta última con respecto a las otras.
A las proyecciones sociopolíticas de la Iglesia hoy, se dedicaron también intensos momentos del debate, los cuales condujeron a la necesidad de continuar conviviendo con las diferencias desde el respeto, aprovechar las riquezas de la diversidad para una mejor participación y hacer también visibles todas nuestras posturas, verdades, contradicciones y consensos.