Tomado de: www.ipscuba.net
Foto: Jorge Luis Baños/ IPS
Incentivar en Cuba la acuaponía como técnica para obtener alimentos de forma sostenible es una de las aspiraciones de JoJo Acuapónicos, un proyecto de desarrollo local enfocado en la producción intensiva de peces y vegetales orgánicos en la periferia de La Habana.
“La idea surgió en plena pandemia de covid. Otros países la implementan con buenos resultados. Empezamos a indagar y estudiar. Concebimos el proyecto, su factibilidad económica, y fue aprobado por el gobierno municipal en noviembre de 2021”, explicó José Antonio Martínez, director y uno de los líderes de esta iniciativa.
Su socio y vicedirector, Joel López, precisó que, si bien se requiere “de un financiamiento inicial fuerte” para la parte constructiva, una vez que avanza “la inversión se reduce esencialmente a salarios; compra de alevines, posturas o semillas, un mínimo de agua y electricidad”.
Ambos coincidieron en que respaldar este tipo de emprendimientos con recursos financieros y logísticos contribuye a la política nacional de seguridad alimentaria y responder a los efectos del cambio climático.
Consolidarlo “demostraría que es posible hacer acuaponía en Cuba”, opinaron en diálogo con IPS los dos jóvenes de 35 años, ambos juristas y cuyas iniciales dan nombre a JoJo Acuapónicos, con sus instalaciones ubicadas en la comunidad de Barbosa, en el habanero municipio de Playa.
Tenemos la acuaponía como un proyecto de vida. Hasta concretar todo el proyecto y verlo implementado no me voy a sentir satisfecho. En los próximos cinco años aspiramos a ser los líderes en el mercado de la acuaponía en Cuba, expandidos en La Habana y otros territorios”.
José Antonio Martínez
En el área de 6000 metros cuadrados, hace tres años habitado por la maleza, ahora se levantan 12 estanques de hormigón con una capacidad de 20 metros cúbicos cada uno, varios de ellos con unos 500 peces.
“Con la introducción de una nueva tecnología aspiramos a incrementar la cantidad hasta 1500 por cada tanque, hacer la producción más intensiva y obtener hasta siete toneladas anuales de pescado”, agregó Martínez.
Indicó que hasta ahora han echado mano a la tilapia roja (Oreochromis Sp) y la negra (Oreochromis niloticus), “la segunda con un mayor rendimiento debido a su tamaño. En unos cuatro meses de cría adquieren talla comercial. Hemos obtenido ejemplares de aproximadamente una libra”.
En uno de los tanques el cardumen se inquieta. Succionantes bocas emergen por el alimento que uno de los trabajadores espolvorea por la superficie.
“Elaboramos el pienso con varios subproductos y harina de pescado, después de secar al sol y moler desechos como la cabeza, el espinazo y la cola. También alimentamos con larvas de moscas que se obtienen de la gallinaza (estiércol de gallinas o pollos)”, apuntó Martínez durante la visita de IPS a las instalaciones de JoJo.
Filtros biológicos
La acuaponía es un sistema de producción de alimentos que combina la acuicultura, con la cría de peces y/o crustáceos, con la hidroponía, con el cultivo de plantas en agua, siempre mediante la recirculación continua del líquido.
Distintos tipos de bacterias transforman en nitritos y luego en nitratos los desechos generados por los animales acuáticos. Las raíces de plantas hacen las veces de filtros biológicos para absorber los nitratos y depurar el agua.
En JoJo Acuapónicos el agua deriva a través de tuberías plásticas desde los depósitos con peces, hasta aquellos para el filtrado y de allí hasta las casas de cultivo, con canteros rellenos con zeolita.
Este silicato natural de origen volcánico posee una naturaleza porosa que le permite filtrar y fijar contaminantes en sus cavidades.
“La zeolita se utiliza como sustrato. La planta se adhiere, las raíces absorben los nutrientes (nitratos) y otros compuestos, y luego el agua limpia regresa a los estanques, completando un ciclo cerrado, sin pesticidas ni otros químicos”, subrayó Martínez.
La producción de hortalizas y vegetales se encuentra en estos momentos detenida debido a las afectaciones del huracán Ian, en septiembre de 2022. Una vez reparados los emplazamientos y completados los canteros previstos, el potencial productivo debe acercarse a las 36 toneladas mensuales de alimentos, según los planes.
Los detritos de peces se emplearon en la agricultura milenios atrás en China, India y Egipto, y en las chinampas de la civilización azteca.
Los sistemas de acuaponía pueden ser aplicados a escala comercial o familiar y con ella se consiguen alimentos más sanos, al tiempo que reduce o elimina residuos contaminantes para el medio ambiente.
Puede desarrollarse en terrenos poco fértiles y con limitada disponibilidad de agua, mientras crea empleos, y facilita el autoconsumo y la distribución local de productos frescos y saludables.
Además de tener incorporados nueve trabajadores, en su mayoría de la comunidad, el proyecto habanero comercializa parte de las producciones entre la población local.
“En coordinación con las escuelas y como parte de los círculos de interés, estudiantes de primaria y secundaria básica cercanos vienen aquí y les enseñamos cómo producir alimentos de forma sostenible. Desde temprana edad los estimulamos a que la repliquen en sus casas o en un pedazo de tierra”, refirió Martínez.
Incentivar la acuicultura
La producción de alimentos en Cuba ha sido definida como un asunto de seguridad nacional, teniendo en cuenta que este archipiélago del Caribe debe importar anualmente de 70 % a 80 % del consumo, si bien la demanda sigue insatisfecha.
Datos oficiales confirman que en este año casi todas las producciones agropecuarias decrecieron y en el caso de las hortalizas, aunque aumentaron las siembras, mantienen bajos rendimientos que impiden cumplir los planes de cosecha.
De 1976 a 1990, la isla disponía de una flota que operaba en aguas internacionales y aportaba una parte significativa del pescado que se consumía en el país, unas 100 000 toneladas anuales. Pero el deterioro de esa flota debido a la crisis económica iniciada en los años 90 redujo drásticamente las capturas.
Aunque como nación insular caribeña, Cuba está rodeada de mar, sus aguas adyacentes no poseen los niveles de peces necesarios para satisfacer la demanda de una población de 11 millones de habitantes, aseveró en junio durante una comparecencia televisiva la viceministra de la Industria Alimentaria, Midalys Naranjo.
Ante tal panorama las autoridades estimulan el cultivo de peces de agua dulce de manera extensiva. Hasta el momento, existen 485 productores privados con alrededor de 1546 hectáreas sembradas, dijo la viceministra.
Asesoría
Una de las características del sistema acuapónico es la circulación constante del agua. También es importante mantener estable los volúmenes, el PH del líquido, así como la concentración de micropartículas. Un sistema de censores y cámaras de monitoreo permiten la vigilancia de tales parámetros, incluso a distancia.
Al respecto, el líder del proyecto señaló que, aunque la fuente principal de energía es el sistema eléctrico nacional, “está concebida la instalación de paneles fotovoltaicos y bombas de agua solares, para un manejo más ecológico”.
También abundó sobre la importancia de reutilizar el agua. El mayor volumen se usa al principio, para llenar los estanques. Se estima que al año se pierde hasta 10 %, fundamentalmente por la evaporación, “pero se puede reponer con las lluvias, mediante sistemas para recolectarla en los mismos techos de las casas de cultivo y añadirla al sistema”, sostuvo.
Además de ser productos 100 % orgánicos, el pescado y los vegetales de JoJo Acuapónicos aspiran a un mayor valor agregado, gracias a su procesamiento en una minindustria en el lugar, todavía en construcción, y cuyo equipamiento es respaldado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
“En el caso del pescado, se prevé comercializarlo limpio y en forma de filetes. Los que no lleguen a la talla comercial se procesarán en croquetas, picadillo, albóndigas u otros alimentos. Tanto los animales como los vegetables podrán empaquetarse al vacío para su mayor durabilidad y conservación”, detalló.
Comentó que una parte de las producciones las consumirá la comunidad y la otra se venderá en divisas, a fin de lograr el autofinanciamiento.
López puntualizó que otro de los objetivos del proyecto es brindar asesoría para la construcción y mantenimiento de sistemas acuapónicos e hidropónicos, actividad que ya efectúan con algunos emprendimientos privados en esta capital.
“Quien disponga de 75 centímetros cuadrados en su vivienda puede montar un sistema en el cual cultivar 32 lechugas varias veces al año. Al inicio parece cara la inversión. Pero luego solo debe velar por conseguir la semilla. Una de las ventajas de esta técnica es la posibilidad de adaptar los espacios y diseñarlos de la mejor manera posible”, argumentó.
JoJo Acuapónicos fue uno de los más de 600 actores económicos con un estand en la Segunda Feria de Desarrollo Local, del 11 al 16 de julio en La Habana, y uno de los 30 que obtuvo medalla de oro a la calidad superior por su forma de producción.
“Tenemos la acuaponía como un proyecto de vida. Hasta concretar todo el proyecto y verlo implementado no me voy a sentir satisfecho. En los próximos cinco años aspiramos a ser los líderes en el mercado de la acuaponía en Cuba, expandidos en La Habana y otros territorios”, resumió Martínez.