Autor: Lisette Fabelo Pérez.
Artículo publicado en CD del II Simposio Internacional CIPS 2009, CITMATEL – CIPS, ISBN 978-959-237-267-2, La Habana.
Las nuevas condiciones de la sociedad cubana de los años 90 conjuntamente con disímiles factores que acontecieron en el mundo, propiciaron la acogida en nuestro país de elementos espirituales, religiosos, sociales, culturales en general, que conforman el paisaje de un sincretismo en donde la presencia de corrientes filosóficas, esotéricas, gnósticas y de pensamiento oriental, entre otras, que hasta entonces le eran ajenas es notable. El cultivo de una nueva espiritualidad, abierta e inclusiva, fue postulado como alternativa con relación a las tradicionales membresías religiosas legitimando las posibilidades del individuo para conformar su propia síntesis espiritual, en condiciones de absoluta libertad.
Con estas características esta nueva forma de asumir la espiritualidad, que desde los 60 en Occidente ha sido conocido como movimiento de la Nueva Era impacta en nuestro país, no sólo trasluciéndose desde el interior de las prácticas y creencias ya asentadas entre nosotros, sino conquistando nuevos espacios, y materializándose en prácticas y expresiones populares. Con el deseo de reflexionar en torno a tales transformaciones en el campo religioso cubano actual, el trabajo se aproxima brevemente al modo en que nos hemos apropiado de esta nueva espiritualidad, la conciencia adquirida de la misma, así como su objetivación en prácticas y redes asociativas hasta entonces inéditos en nuestro ámbito cultural.