Tomado de: www.clacso.org
(Transcripción de la Columna de Karina Batthyány
en InfoCLACSO – 7 de octubre de 2020)
Hoy les propongo mirar en claves de desafíos, pero también en claves de oportunidades, las alternativas que se presentan para nuestra región en este momento. Obviamente en nuestra región en el escenario global y pensando en el día después de la pandemia y cómo construir alternativas desde América Latina y el Caribe frente a la crisis.
La semana pasada hablamos del tema vinculado a lo económico, a la deuda, a la renta básica ciudadana. Hoy, creo que deberíamos abordar dos puntos: el primero, la democracia. ¿Por qué? En el marco de esta pandemia que estamos viviendo, los gobiernos de todo el mundo han tomado distintas medidas y en algunos casos eso ha implicado que reúnen competencias y poderes de emergencia para poder responder a esta pandemia. Ahora, en muchos casos también, esos poderes extraordinarios o de emergencia socavan los derechos humanos y algunos de los procesos democráticos. Entonces, el desafío es cómo trabajar en el marco de esta situación sanitaria sin que se desestabilicen las prácticas democráticas, como por ejemplo el voto o como por ejemplo el derecho a la protesta y a la movilización social. Y también con el respeto de los derechos civiles de las personas.
Allí está ese desafío, pero a su vez se abre una oportunidad. Porque nosotros creemos que la salida a esta crisis va a permitir imaginar, pensar, diseñar, algunas soluciones que sin duda van a tener que tener el componente democrático como central. Quizás una democracia más participativa donde el Estado cumpla un rol protagónico, pero que se base en un diálogo en el que se involucren las organizaciones de la sociedad civil, se involucren otros actores también de la sociedad civil apelando a esa democracia participativa. Democracia participativa que además debe recuperar una dimensión que quizás en algunos casos se ha perdido en los últimos años, que es la democracia a nivel de los vecindarios, de las comunidades, de lo que decimos los lugares de proximidad. Por aquello también de que en esta pandemia aparece como muy claro el componente de la comunidad como una alternativa o una solución a la etapa pos-pandemia. Ahí identificamos también como algo muy importante retomar algunos de los valores de la educación cívica; justamente de la educación cívica democrática incorporando la solidaridad, la cooperación y no a la competitividad a toda costa como valores como valores a transmitir.
Cooperación que por supuesto debe darse también, como decía, entre el Estado y las organizaciones de la sociedad civil para que efectivamente se puedan poner en práctica estos mecanismos de ejercicio más directo de la democracia. Tenemos entonces una vez más que plantear la revalorización del rol del Estado, particularmente del Estado social y de las políticas universales que benefician a todos y a todas en las distintas comunidades, en las distintas ciudades, países, etcétera. Y eso sólo posible con este refuerzo de la democracia. Esa es la primera dimensión.
Parece muy complejo pensar en estas democracias participativas en la lógica de las democracias neoliberales que vienen impactando de lleno desde los 90 en una parte importante del continente…
Absolutamente. Por eso yo insisto en el componente participativo y en el componente de la revalorización de los espacios de proximidad como lugar de ejercicio de esa democracia y esa representación y participación. Y no solamente en la visión en definitiva que es un poco la que ha predominado en todo este tiempo de plantear a las personas en el ejercicio de sus derechos ciudadanos, casi que de manera exclusiva emitiendo el voto.
En definitiva, estamos con una tendencia en el marco de las sociedades neoliberales a sustituir la condición de ciudadanía por la condición de consumidores. Las personas dejamos de ser esencialmente ciudadanos para ser consumidores. Por eso queremos revalorizar esta discusión: primero alertar sobre los riesgos que puede haber en algunos países en el ejercicio de la democracia y de los derechos asociados a la democracia. Y segundo: plantear como alternativa la construcción de nuevos espacios de participación y de articulación ciudadana para el fortalecimiento de la democracia.
La semana que viene abordaremos por una dimensión que es absolutamente clave todavía, hoy, en plena pandemia, que es el tema de la salud y de los sistemas de salud, cuáles son las alternativas hacia adelante en el marco de los sistemas de salud para en lo posible, esta situación que vivimos tan crítica en el marco de la pandemia no se repita a futuro.