Compartimos las palabras de inauguración del recientemente concluido Simposio CIPS 2013, a cargo de María Isabel Domínguez.
El CIPS cumple 30 años. Cómo ha cambiado el contexto nacional e internacional desde el momento en que se abrieron las puertas de esa nueva institución con un encargo social específico: estudiar la realidad social cubana y hacer propuestas de solución a los problemas analizados.
Tres décadas es un breve lapso en la historia pero un largo período en el momento en que transcurre. El CIPS inició su labor en los años ochenta, cuando la naturaleza de las realidades sociales correspondían a una sociedad insertada en el campo socialista, con una bipolaridad en la correlación de fuerzas internacional, con bajos umbrales de desigualdades y la utopía de homogeneizar la sociedad, haciendo unas ciencias sociales artesanales, donde la “imaginación sociológica”, al decir de Charles Wright Mills constituía el más poderoso instrumento para la investigación.
Atravesamos los difíciles años noventa, aquellos que pusieron a prueba la capacidad de sobrevivir, de estimularse, de “inventar” en el verdadero sentido de la palabra, aunque el entrenamiento para ese aprendizaje haya dejado graves secuelas que 20 años después la sociedad sigue padeciendo y no sabemos si llegaron para quedarse definitivamente e integrarse a esa identidad mestiza que nos caracteriza como pueblo.
Hicimos investigaciones sociales durante la Batalla de Ideas, nos sumamos a dar clases en las Sedes Universitarias Municipales y hoy contribuimos a la implementación de los lineamientos del Congreso del Partido.
Hoy vivimos en un mundo signado por la crisis económica y por la agudización de los conflictos, el guerrerismo y la imposición de la violencia en las relaciones internacionales. Al mismo tiempo, asistimos a un salto tecnológico paradojal, en el que se disponen de herramientas que facilitan la comunicación, el acceso a la información o el procesamiento de datos a escalas nunca antes pensadas, pero a la vez, nos pone como al conejo que corre detrás de una zanahoria que nunca logra alcanzar, porque la brecha para sociedades como la nuestra es cada vez mayor.
Y en ese escenario global, en nuestro patio convergen las tradiciones de 50 años de construcción de un proyecto socialista, con acelerados cambios que transforman el panorama de la gestión económica y con él, de la realidad social, las escalas de valores y las subjetividades individuales y colectivas; la sociedad se heterogeneiza, se hace más desigual y más diversa, términos ambos que dan cuenta de la diferencia, pero desde distintas perspectivas.
Ese es el escenario en que se hace y se vive la investigación social hoy. Y digo se vive porque somos parte de ese entramado y también reflejamos y refractamos esa complejidad social.
No es mi intención aburrirlos haciendo historia. Solo tengo el propósito de ilustrar como 30 años es un período largo en la vida de una institución de este tipo, por su estrecho vínculo con el cambio social.
Por eso, para nosotros este 30º aniversario es una ocasión especial que queremos celebrar, reflexionando sobre los ALCANCES, RETOS Y PERSPECTIVAS DE LAS CIENCIAS SOCIALES EN EL CONTEXTO ACTUAL, conjuntamente con tantos colegas que nos han querido acompañar. Nos sentimos muy contentos de la recepción que ha tenido la convocatoria del evento y poder reunir a un grupo tan valioso y amplio de estudiosos de las distintas temáticas. Están previstas más de 90 intervenciones en tres paneles centrales y 8 comisiones que sesionarán a lo largo de estos tres días.
Desearíamos que este Simposio más que un sitio para la presentación de saberes ya consolidados fuera un espacio de cuestionamiento académico pues al decir del antropólogo colombiano, Eduardo Restrepo “todo lo que hemos heredado es indispensable, pero insuficiente para poder establecer otro tipo de prácticas de ciencias sociales”. Y ese otro tipo de práctica es la que necesitamos refundar en los nuevos escenarios del mundo de hoy y particularmente de la sociedad cubana de hoy.
Con ese reto quisiera dejar abierta estas sesiones, no sin antes agradecer a todas y todos que han hecho posible la organización de estas jornadas. A la Comisión Organizadora y el Comité Científico del evento, a los trabajadores y trabajadoras del CIPS que han colaborado en distintas acciones; a los representantes del PNUD que han hecho una importante contribución para su realización; a UNICEF, especialmente a Tania Licea quien también ha contribuido de diversas maneras; y a la ONG suiza Zunzún que aunque en esta ocasión ha tenido un aporte más modesto, nos sigue apoyando y ha sido un importante pilar de nuestros eventos y nuestra práctica investigativa a lo largo de años.
Queremos agradecer la presencia de todos los invitados e invitadas; a las autoridades que nos acompañan del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, la Academia de Ciencias de Cuba y la Sociedad Económica Amigos del País; a todos los ponentes; y hacer una felicitación a los trabajadores y ex – trabajadores y trabajadoras del CIPS en su cumpleaños.
A todos muchas gracias y los invitamos a que tengamos unas sesiones fructíferas.