“Para tomar buenas decisiones, hay que vincular a las ciencias sociales y la política”

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por: Transcripción de la Columna de Karina Batthyány
en InfoCLACSO – 11 de noviembre de 2020
Tomado de: www.clacso.org

Hoy me gustaría conversar con ustedes en estos momentos también como una oportunidad para pensar y para reforzar la cooperación regional, la dinámica de las relaciones internacionales y la dinámica de las relaciones regionales, que la situación actual nos muestra cómo el orden construido atraviesa una transformación importante que provoca también cierto grado de incertidumbres, ciertas preguntas que nos hacemos, pero que -como hacemos todos los miércoles- tratamos desde esas preguntas de buscar los desafíos y las oportunidades para avanzar en integraciones regionales más democráticas.

Sabemos que hay muchos problemas en este terreno, sabemos también que existe la rivalidad a nivel regional, que se generan distintos problemas entre los países cuando se habla de cooperar, de integrar, de trabajar en conjunto, de recuperar algo que hemos dicho en otros miércoles: esa mirada desde la interdependencia y la solidaridad que necesariamente vamos a necesitar hacia adelante en América Latina y el Caribe, pero también a nivel mundial.

Y justamente, en ese sentido, la pandemia es una oportunidad para buscar cómo relacionar de otra forma a nuestros países, cómo hacerlos más complementarios desde el punto de vista económico, social, político y cultural. Tenemos que pensar los mecanismos de cooperación que tenemos en estos momentos a nivel regional, volver a discutir el espacio de estos organismos. Trabajar, por ejemplo, como lo está haciendo CLACSO en conjunto con la CELAC (Comunicación de Estados Latinoamericanos y Caribeños), como uno de los espacios regionales de integración de todos los países de nuestra región. Y pensar también en formas de cooperación más horizontales que busquen además dirigirse a los problemas centrales que hoy están atravesando los pueblos de América Latina y el Caribe. Para eso tenemos que trabajar también con márgenes de soberanía y de autonomía por parte de nuestros países, pero con la capacidad de construir una agenda compartida, una agenda que articule intereses y construya consensos. En definitiva, se trata de buscar esa complementariedad, esa unidad, esa solidaridad y esa autonomía también de cada uno de los países, que es un poco lo que ha marcado los procesos de integración en nuestro continente.

Y en este tema, como lo que hemos abordado en otros miércoles, creo que allí aparece también otra discusión que quizás sea objeto de otras columnas más adelante, pero que quiero por lo menos plantearla hoy: es la oportunidad de pensar y de reformular el vínculo entre las ciencias sociales (nuestras disciplinas) y la política, en términos también de la vinculación entre investigación, conocimiento y política en el entendido de que esta vinculación es necesaria para poder tomar mejores decisiones frente a los desafíos que se nos presentan en las distintas situaciones sociales, económicas y culturales que estamos atravesando.

Y allí un llamado muy especial a todos y todas las que trabajamos en el campo de las ciencias sociales de construir estas alternativas y estos discursos de una manera diversa, plural y para nada unilateral que a veces es lo que prima una cierta ceguera epistémica que nos lleva a discursos unilaterales, donde no se incorporan distintas miradas y distintos saberes. Es hora de analizar esta interdependencia, esta reciprocidad y esta complementariedad del trabajo político, del trabajo de las ciencias sociales, de la investigación y del conocimiento desde esta necesidad de romper con el discurso único por un lado, pero también con el conocimiento único y supuestamente universal que en realidad lo que hace es ocultar las miradas, los saberes diversos y también las situaciones de diversidad que enfrentan los distintos países y las distintas sociedades.

-En el mapa de los cambios electorales que se dieron en algunos lugares, elecciones como  las presidenciales pero otras relacionadas con posibles modificaciones de la Constitución como es el caso de Chile: ¿Eso abre nuevas perspectivas según tu visión con respecto a una interrelación regional más fuerte, volver a tiempos por lo menos en los cuales los debates regionales tenían un peso especial y más importante que el que parecieron tener los últimos cuatro años?

-Sin dudas que sí. Aquello que se marcó en su momento, primero con México y después con Argentina y ahora se van sumando otros espacios: claramente el caso de Bolivia, el caso de Chile con el plebiscito, y algunas otras señales que podemos estar observando en distintos países, puede permitir revitalizar también el espacio de cooperación regional. Pero uno de los puntos que también tenemos que debatir es la posibilidad de generar mecanismos de cooperación, de colaboración, más allá de los avatares político-partidarios en nuestros países.

Tener la convicción de que la salida de ésta y de otras situaciones de crisis, es en la interdependencia y en la cooperación y de no de manera aislada; que no primen esos intereses individuales por sobre los intereses regionales. En definitiva, a tu pregunta, sí, sin dudas, algunas señales que están ocurriendo en los países pueden marcar la senda del retorno a los espacios regionales de cooperación. Pero ojalá en el futuro estos no dependan también de los avatares electorales que siempre existen en torno a estos países.