Tomado de: www.redsemlac-cuba.net
Por: LISANDRA FARIÑAS
Romper estereotipos en el ámbito de las ingenierías y la construcción es el propósito de una iniciativa impulsada por Pilares Construcciones, una empresa cubana que, además, empodera a estudiantes brindándoles oportunidades para su futura vida laboral.
La pasantía «An2 de π», liderada por Yulieta Hernández Díaz, presidenta de la empresa Pilares Construcciones, se ha convertido en un espacio transformador y enriquecedor para los estudiantes de ingeniería civil y arquitectura del país.
Este proyecto no sólo ha brindado oportunidades laborales, sino que también ha fomentado alianzas estratégicas, ha incentivando la responsabilidad social empresarial y ha desafiado las normas de género en un mundo laboral tradicionalmente masculino.
Carla Gabriela Quintana, estudiante de cuarto año de ingeniería civil de la Universidad Tecnológica de La Habana “José Antonio Echeverría” (Cujae), y Olivia Peña Casanave, estudiante de tercer año de arquitectura de ese mismo centro, comparten su experiencia en el programa que ha desafiado los estereotipos de género.
Como ingeniera civil, Quintana reconoce los desafíos adicionales que enfrentan las mujeres en un sector tradicionalmente dominado por hombres. Sin embargo, en la pasantía asegura haber encontrado una oportunidad para demostrar su capacidad y contribuir al mundo profesional.
Peña Casanave, por su parte, lo considera un espacio único, que va más allá de lo académico, pues mediante la práctica pudo adquirir conocimientos esenciales para su desarrollo profesional. Como estudiante de arquitectura, destaca que el medio ha evolucionado y se ha abierto a la participación de las mujeres, quienes pueden sobresalir y ganar reconocimiento, sostuvo.
Ambas estudiantes coinciden en que la pasantía de Pilares ha sido una vivencia excepcional, por la posibilidad de integrarse en una empresa, aprender y participar en diversas actividades. Además, demostraron sus conocimientos y dedicación, al erigirse ganadoras de un concurso lanzado en la pasantía, desafiando los estereotipos y subvaloraciones que con frecuencia enfrentan las mujeres en el mundo de las ingenierías y la construcción.
Rompiendo barreras
Desde que se graduó como ingeniera civil en 2008, la ingeniera Yulieta Hernández Díaz ha enfrentado numerosos desafíos en un sector dominado por hombres, para ser reconocida como profesional y que se escuchara su voz. “A menudo, colegas con más experiencia menospreciaban mis conocimientos por ser recién graduada”, cuenta a SEMlac.
“No sólo tuve que sortear obstáculos comunes para los recién graduados, sino también la desigualdad de género arraigada en el sector de la construcción. Muchas veces se cuestionaba mi conocimiento técnico, utilizando mi género como argumento para invalidar mis opiniones. Incluso, cuando citaba normas técnicas obligatorias, algunos insistían en que mi falta de experiencia invalidaba mi perspectiva”, refirió.
Para la empresaria, incorporarse al mundo profesional como recién graduado ya es difícil. Pero, para las mujeres ingenieras, la barrera es aún mayor. “La sociedad patriarcal y los roles tradicionales asignados a los hombres en el ámbito de la construcción dificultan nuestra inserción en el campo. Se nos cuestiona constantemente nuestra capacidad para comprender los desafíos de la construcción, incluso cuando estamos involucradas en la planificación y diseño de proyectos”, dijo.
“Sin embargo, en la pasantía de Pilares me enorgullece ver un equilibrio casi igualitario entre ingenieros e ingenieras, arquitectos y arquitectas. Aunque no fue intencional, este equilibrio demuestra que las mujeres también pueden destacar en el campo de la ingeniería y la arquitectura en Cuba”, sostuvo.
“Como ingeniera, tengo la oportunidad de ayudar a las y los participantes a prepararse para el mundo profesional al cual se enfrentarán. Es un orgullo personal y profesional poder compartir mis conocimientos con ellos”, apuntó.
Crear alianzas y oportunidades
«An2 de π» culminó el 25 de agosto, luego de un mes de actividades, y lo hizo en Fábrica de Arte Cubano con una celebración y la premiación del mejor proyecto de diseño para el espacio de un determinado negocio. Mientras duró, permitió que más de un centenar de estudiantes de varias provincias del país se integrara a distintas empresas y adquiriera habilidades prácticas.
«La pasantía les brindó la oportunidad de aplicar sus conocimientos teóricos en un entorno laboral real», afirmó a SEMlac Hernández Díaz. «Hemos buscado que los estudiantes se sientan empoderados y preparados «, agregó.
De acuerdo con su principal impulsora, «An2 de π» superó las expectativas iniciales, al contar con una mayor cantidad de estudiantes. La convocatoria se viralizó y lo que en un inicio se pensó para 10 personas, terminó con más de 150 candidatos, lo cual llevó a rediseñar el programa, dijo.
«La respuesta y el interés de las y los estudiantes han sido abrumadores. Nos ha alegrado ver que han aprovechado esta oportunidad para crecer, tanto profesional como personalmente; conocerse; aprender a hacer equipo; motivarse y ayudarse entre ellos. Desde ya estamos preparando la pasantía del 2024», anunció Hernández Díaz.
Agregó que la colaboración con diversas entidades ha sido fundamental para el éxito, pues distintas empresas recibieron a los estudiantes, les hicieron un plan de trabajo y les proporcionaron tutores para guiarlos. Además, se han establecido alianzas con fundaciones, institutos, cooperativas y proyectos de desarrollo local, para llevar a cabo las actividades extracurriculares.
Este es un aspecto medular, sostuvo, pues todas las actividades recreativas, deportivas, culturales y medioambientales que diseñamos estuvieron alineadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas. «Buscamos que las y los estudiantes se formen como profesionales con un compromiso con el desarrollo sostenible», señaló.
A juicio de Quintana, Pilares se posiciona como un modelo a seguir en la promoción de la responsabilidad social y la inclusión. “Cada vez es más crucial optimizar recursos y costos, veo un cambio generacional en la conciencia sobre la responsabilidad ambiental en la arquitectura e ingeniería, y una muestra de ello es esta pasantía”, dijo.
Para Hernández Díaz, la responsabilidad social no sólo depende de recursos financieros, sino también de la voluntad y la disposición de cada individuo. “Muchas veces, las personas se ven inmersas en las demandas cotidianas de la vida y no se dan cuenta de las oportunidades que tienen para contribuir al bienestar común”, comentó.
Dijo que, desde otros emprendimientos, ya se piensa también en implementar programas similares en diferentes áreas, sin enfocarse exclusivamente en la experiencia de Pilares. “Esto demuestra la intención de difundir conocimientos y fomentar acciones responsables en toda la sociedad”.