Tomado de: www.ipscuba.net
Cómo Emilia Córdova, luchadora de las guerras de independencia de Cuba, exigió la creación de puestos para secretarias, la historia de Eloína Villaverde, primera cubana contratada, y otros hitos de la participación femenina en el país atesora en sus fondos la Dirección de Patrimonio Documental, de la Oficina del Historiador de La Habana.
Esas y otras historias fueron compartidas en redes sociales durante el evento Mujeres, que entre el 8 y el 12 de marzo organizó esa dirección, “en honor a todas las que a lo largo del tiempo y desde diversas posiciones han hecho y hacen la historia de la humanidad”, indica la convocatoria.
El patrimonio documental, subraya el documento, “es un excelente medio para reflexionar sobre la equidad de género y tomar acción”.
Hilberto Nistal, de la Dirección de Patrimonio Documental, explica que la idea surgió por el interés existente en la dirección por la lucha por la equidad de género tan necesaria hoy. “Los fondos existentes en la dirección son bastante ricos en cuanto a la presencia femenina. Además de preservarlos, nos interesa difundirlos y que la comunidad pueda acceder a esa información”, aseguró.
Se concibió esta iniciativa de manera que desde el espacio virtual se pudieran revisar y exponer los materiales generados por mujeres y sobre ellas que datan de siglos atrás y algunos más recientes, donde se viera su función social, científica y cultural a lo largo de la historia.
En el perfil en Facebook del evento también pueden encontrarse materiales que visibilizan a las mujeres que gestionan los fondos documentales de la Oficina del Historiador de La Habana.
De lo presencial a las redes
La idea inicial era hacer algún encuentro con intelectuales que pudieran aportar ideas y debatir sobre la presencia de la figura femenina en el patrimonio documental, sin embargo, la pandemia trajo un cambio de planes.
“De ahí viene la idea de movernos cada vez más en las plataformas digitales. Nos propusimos tener publicaciones constantes durante una semana con esa temática, también presente en la página en Facebook Mujeres_oCultas”, expone Nistal.
Así, en esa red social se visualizan los estereotipos de género en publicaciones de antaño –imágenes asociadas a la percepción presupuesta del comportamiento y las actitudes de hombres y mujeres–, donde ellas eran representadas como símbolo erótico, sexo débil y hacedoras de las labores domésticas.
Entre otros documentos se aprecian facsímiles de expedientes conservados en el Archivo Histórico de la Oficina del Historiador referidos a la esclavitud femenina, la prostitución –relacionada con la falta de oportunidades y derechos de las mujeres–, y la orden de clausura en 1888 de un prostíbulo en la calle Aguacate, y cómo su dueña, Francisca Ana Ferrer, rechazó la decisión alegando que el suyo era un negocio tranquilo.
El evento virtual permitió acercarse también, por ejemplo, al artículo “Habladurías en favor de la madre soltera y su hijo”, de enero de 1929, firmado por El curioso parlanchín, uno de los seudónimos que empleaba el periodista y abogado Emilio Roig de Leuchsenring.
Nombrado historiador de la ciudad en 1931, Roig polemizó sobre el sufragio femenino, la explotación de la mujer, el matrimonio, las uniones libres. Desde las revistas y periódicos donde colaboraba lanzó una cruzada por la igualdad de la mujer, tanto en lo legal y social, como en lo privado y cuestionó la costumbre de que tuvieran que adoptar el apellido de los esposos.
El evento contó con la colaboración del profesor Julio César González Pagés, quien disertó acerca de las luchas sufragistas y feministas en Cuba, que “pasaron por la crítica de gran parte de la sociedad, que veía como que raro que un movimiento de este tipo estuviera en Cuba, pues se asociaba más a Inglaterra y a Estados Unidos”.
Protagonistas
El evento Mujeres también visibilizó a bibliotecarias, conservadoras y gestoras del patrimonio en la red de bibliotecas de la Dirección de Patrimonio Documental, que tiene la misión de preservar, difundir y hacer accesible la riqueza documental cubana, americana y universal.
La fuerza femenina representa el 92 por ciento de quienes trabajan en esa dirección. Entre ellas se encuentra Bertha Pérez, bibliotecaria en la Casa Museo Simón Bolívar, quien mediante la superación permanente devino especialista en el procesamiento de la colección y en el diseño de acciones socioculturales.
Para Alaina Solernou, de 31 años y especialista en gestión del patrimonio documental de la Biblioteca Histórica, “la ventaja que ofrece la relectura y la reinterpretación de las fuentes constituye el principal beneficio de la correcta gestión del patrimonio”.
A su juicio, las mujeres como figuras anónimas de la historia han quedado relegadas a planos secundarios, incorrectas lecturas y, en algunos casos, al total silencio, por lo que “este evento significa una oportunidad para la creación de opiniones a partir del acceso a evidencias documentales del papel y de la presencia de la mujer”, así como de su gestión cotidiana en pos de la preservación del patrimonio histórico cultural.
Según Jennifer Teuma, de 29 años, también especialista en gestión documental, la divulgación y difusión de documentos constituye una manera de salvaguardarlos, de ahí que enfatiza en “sacar a la luz la labor de estas mujeres y los distintos roles en que se desenvolvieron durante la historia”. (2021)