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La serie de podcasts 7×7, del realizador Claudio Peláez, acompaña el informe “Derecho a vivir sin bloqueo. Impactos de las sanciones de Estados Unidos en la población cubana y la vida de las mujeres”, presentado por la oenegé Oxfam en mayo pasado.
Peláez comenta que esta serie se inserta en una más grande que él empezó a realizar a partir de la pandemia de la covid-19. “Se llamó 7 minutos de tu cuarentena en una primera temporada, después se tituló 7 minutos +, y en esta ocasión decidimos llamarla 7X7 aprovechando la plataforma de 7 minutos y porque son 7 mujeres las entrevistadas”.
Para Peláez el podcast resulta un formato amigable y útil en estos tiempos por ser económico en relación al consumo de datos móviles y también fácil de realizar, además de sus ventajas como ejercicio de comunicación propiamente.
“A mí me gusta el hecho de que las personas, a veces sin vernos las caras, logremos una cercanía con la voz, con los efectos sonoros. También se vuelve un reto y para mí, en este caso una ventaja, me gusta lo que supone el hecho de poder escuchar a la gente a través de la voz e imaginar cómo es esa persona y conocer sus sentimientos a través de lo que cuentan”, explica el joven.
Claves de comunicación
El bloqueo sostenido durante décadas por el gobierno de los Estados Unidos contra Cuba es un tema muy recurrente en los medios de comunicación de la nación caribeña, pero cuyo tratamiento se aleja de lo novedoso con el paso de los años. En este contexto los podcasts cuentan con la ventaja de aportar nuevos sentidos y experiencias.
A juicio de Peláez las claves para comunicar este tema están relacionadas con la sinceridad y la capacidad crítica. “Creo que lo más importante es ser sinceros con nosotros mismos y con quienes nos cuentan esas historias. No se puede hablar del bloqueo sin hablar de las trabas y de los errores que a veces se cometen en el país y que no están relacionados con el bloqueo”, indica.
También afirma el graduado de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana que “para sensibilizar sobre un tema tan complejo” es necesario “contar las historias reales que no son en blanco y negro, que tienen sus matices, que están plagadas de grandes esfuerzos, pero también, a veces, de muchos obstáculos”.
“Del bloqueo hay que hablar siempre, sin lamentos, sin culpabilidad y con mucha sinceridad. El tema te obliga todo el tiempo a readecuar tu discurso, no se puede comunicar al respecto como hace un año. Comunicar un tema como este requiere de estar reinventándose constantemente, de no saturar a tu audiencia, de dejarla descansar”, acota el joven realizador.
Ellas cuentan los impactos
En la serie de podcasts 7×7 participan siete mujeres diversas en edades, profesiones e historias. Una jubilada, una científica, dos emprendedoras, una agricultora, una antropóloga y una activista protectora de animales coinciden en muchos puntos cuando narran las consecuencias del bloqueo en sus vidas.
Apuntan que se trata de impactos sobredimensionados por las brechas de género aún persistentes en las labores de cuidado y la sostenibilidad de la vida, es decir, en la búsqueda y elaboración de alimentos o el cuidado de hijos y personas que lo requieran.
Las entrevistadas comentan los efectos de las limitaciones para el acceso a medicamentos, tecnologías de la salud, alimentos, materias primas, pasarelas de pago internacionales, recursos tecnológicos, fertilizantes, combustibles, entre otros. Además, valoran lo que significa para ellas las restricciones de la movilidad, el intercambio cultural y el comercio impuestas por el bloqueo.
Entre los aprendizajes de Claudio Peláez en esta experiencia de su trabajo, resalta la posibilidad de descubrir “la capacidad de resiliencia que tienen las cubanas, de reinventarse, no rendirse ante los obstáculos, estar siempre adelante. Son mujeres emprendedoras, de vanguardia, diría yo, y eso me inspira a mí como cubano y como realizador”.
“El valor de contar estas historias está en el mismo hecho de contarlas, de tratar de aportar un discurso que no sea manido, sino un poco más fresco, sincero. Creo que ellas han sido muy sinceras y yo he respetado su sinceridad. Eso es parte también de lo que uno asume como comunicador: respetar el discurso de quien te ha ofrecido su tiempo para contar una historia sobre un tema que muchas veces nos hace sentirnos saturados”. (2021)