Autora: Claudia Castilla García
El papel que la escuela como institución, ocupa en la socialización de los individuos, sigue siendo trascendente, a pesar de todos los cambios epocales que venimos viviendo. De manera que el para qué y el cómo socializan las instituciones educativas constituye un ámbito imprescindible que no puede dejar
de analizarse, al menos desde una posición crítica de la realidad, pues develar las intenciones subyacentes de los procesos, desnaturalizar lo dado, es tarea primordial del pensamiento social.
Estamos llamando a mirar en profundidad estos elementos, de modo tal que podamos contribuir a que se conviertan en espacios y procesos dirigidos a transformar las sociedades y a los sujetos hacia una emancipación que haga de ellos actores comprometidos con la búsqueda de un mundo menos naturalizado
en sus relaciones de dominación y sus miserias.
Enmarcamos la problemática en el contexto cubano de la política educativa, lo cual conlleva a hablar en primer lugar de un sistema sociopolítico que ha privilegiado dentro de la atención a lo social, justamente el ámbito de la educación, y ella con el objetivo fundamental de la socialización de los individuos desde los valores humanos y políticos que el proyecto social defiende y promueve; donde la prioridad otorgada al protagonismo de las nuevas generaciones, ha sido consustancial a las proyecciones políticas.