Por: Lirians Gordillo Piña
Tomado de: www.redsemlac-cuba.net
Declaraciones, campañas de recogida de firmas y productos comunicativos contrarios a la educación integral de la sexualidad (EIS) circulan en redes sociales de iglesias y residentes en Cuba.
El detonante fue la noticia de la aprobación, en febrero pasado, de la resolución del Ministerio de Educación No16/2021 que orienta la implementación del Programa de educación integral en sexualidad con enfoque de género y derechos sexuales y reproductivos en el sistema nacional de educación.
Desde entonces, comenzaron a publicarse declaraciones de iglesias cubanas y mensajes que contienen información engañosa y noticias falsas sobre la educación de la sexualidad y el referido programa cubano. Una mirada general a los discursos muestra varios puntos y estrategias comunes.
Hasta el 27 de junio, SEMlac pudo consultar seis declaraciones públicas de iglesias y denominaciones cristianas, incluyendo un mensaje del clero católico. En todas aparece la llamada “ideología de género” como un elemento nocivo presente en el programa gubernamental.
En su declaración del 22 de mayo, la Asociación Convención Bautista de Cuba Occidental define la ideología de género presente en la política gubernamental como “ideología permeada de criterios anticientíficos”; sin embargo, no menciona los 11 documentos técnicos y mecanismos internacionales citados en la resolución como base de la política educativa.
El uso de este término también aparece en el mensaje firmado por 13 obispos católicos, con motivo del día de los padres.
“La mencionada ‘ideología de género’, que tiene la pretensión de ser un saber científico, es un sistema de pensamiento cerrado; defiende que las diferencias entre el hombre y la mujer, apreciables en su anatomía, psicología y genética, entre otras, no corresponden a una naturaleza constitutiva de la persona humana, sino que son unas construcciones meramente culturales y convencionales, hechas según los roles y estereotipos que cada sociedad ha asignado a los sexos. Desde esta óptica se enseña que un ser humano, aun desde su más tierna edad, podría escoger su propia identidad sexual, independientemente del sexo biológico con el que nació”, refieren los sacerdotes católicos.
Pero, ¿de dónde sale el término ideología de género? Ninguno de los textos disponibles hace referencia a su creación y uso desde finales de los años noventa y principio de los dos mil, como tampoco se refieren a su promoción en documentos laicos y clericales de la iglesia católica y el Vaticano, aunque existen referencias públicas de sus sistemáticas críticas teológicas al género.
Por el contrario, existen referencias a estudios de género y feministas desde hace más de 50 años, con rastro público de su producción científica y su institucionalización en cátedras y centros de estudio. En Cuba, por ejemplo, la Cátedra de la Mujer de la Universidad de La Habana se creó en 1991 y existen varias instituciones de este tipo en universidades de la nación del Caribe.
El Observatorio de Sexualidad y Política (SPW) llama la atención sobre la utilidad del término “ideología de género” como un envase vacío donde todo cabe, según el contexto; de ahí su manipulación, pues puede incluirse en él la desacreditación de un amplio rango de demandas, tales como el derecho al aborto, la orientación sexual y la identidad de género, la diversidad de familias, la educación sexual, la prevención del VIH, etc.
Otro recurso común de algunas iglesias y posturas afines es generar miedo en las familias con noticias falsas e informaciones distorsionadas.
En la declaración de la Liga Evangélica de Cuba se asevera: “Leemos con preocupación en las recomendaciones didácticas dirigidas al personal docente, los conceptos reiterados en todos los niveles de enseñanza incluyendo edades de primera infancia, relativos a la diversidad sexo-genérica”.
SEMlac tuvo acceso a la resolución del Ministerio de Educación No16/2021 que orienta la implementación del Programa de educación integral en sexualidad con enfoque de género y derechos sexuales y reproductivos en el sistema nacional de educación. En la primera infancia, que comprende la edad de cero a seis años, no se incluye la diversidad sexo-genérica. ¿Cómo puede afirmarlo la Liga Evangélica de Cuba?
¿Cuál es el objetivo de reproducir carteles que sugieren que la EIS borrará las identidades de los pequeños y equiparan la igualdad de derechos, oportunidades y relaciones a la igualdad corporal?
Las respuestas y propuestas más extremas comienzan a identificarse en recogidas de firmas que piden la eliminación del programa; la adaptación nacional de la campaña Con mis hijos no te metas; la sugerencia que la EIS sea una asignatura optativa e incluso la educación privada y familiar.
“Deberíamos tomar en consideración que, en las naciones donde se ha implantado la ideología de género, los ciudadanos tienen otras opciones para educar a sus hijos, como escuelas privadas y escuelas en casa”, refiere en su carta pública la iglesia pentecostal Buenas Nuevas.
Un criterio que repite la Asociación Convención Bautista de Cuba Occidental. “Debería considerarse que en las naciones donde se ha implantado la ideología de género (países de Europa y Norteamérica), los ciudadanos tienen otras opciones para educar a sus hijos, como escuelas privadas y escuelas en casa. Recordamos que las iglesias en Cuba ofrecían en el pasado una educación secular de altísima calidad y en la actualidad contamos con personal competente y calificado que puede garantizar estándares de excelencia en la enseñanza”, argumenta.
¿Qué dice realmente la resolución ministerial?
El documento de 31 páginas incluye los referentes teóricos, técnicos y políticos en los que se basa el Programa, los antecedes de la educación sexual en Cuba, las concepciones pedagógicas del proceso de educación integral en sexualidad en las instituciones y modalidades educativas adscriptas al Ministerio de Educación, bibliografía de referencia y dimensiones e indicadores para la evaluación de sus resultados.
Seguido, se expresa que “el Programa puede ser modificado en parte, derivado de las necesidades del desarrollo psicosexual de las niñas, niños, adolescentes y jóvenes, además de las experiencias pedagógicas y sociales de su aplicación”.
Más de 20 principios se presentan como guía de la concepción pedagógica de la EIS en el programa nacional. De ellos, solo uno estipula “el respeto a la diversidad sexual, como fundamento ético y de protección de los derechos de las personas y de rechazo a prácticas y comportamientos homofóbicos, transfóbicos e inhumanos en relación con la diversidad sexo-genérica y en particular las discriminaciones por diversidad corporal, color de la piel, orientación sexual e identidad/expresión de género”.
El programa se divide en cuatro niveles, para la dosificación de los contenidos. El primero de ellos, de cero a seis años; el segundo de seis a 12; el tercero de 12 a 15 y el cuarto de 15 a 18 años.
En el primer nivel se incluyen nueve temas y objetivos generales; entre ellos, fomentar las relaciones respetuosas alejadas de estereotipos sexistas y sentar las bases para el autoconocimiento “sin asociarlos a patrones, normas y roles de género binarios, heteronormativos, desiguales y androcéntricos que polarizan y definen los atributos, expectativas y prácticas sociales de las personas con relación a las características del sexo biológico”.
Plantea también “promover la igualdad de condiciones, participación, oportunidades de acceso con equidad y derechos entre el niño y la niña”; se habla de las partes del cuerpo y de la higiene corporal.
Aparecen contenidos para prevenir el abuso sexual infantil. Por ejemplo, que niñas y niños conozcan las partes del cuerpo que son privadas e íntimas y que solo algunas personas muy cercanas pueden tocar para su aseo (limpieza) e higiene (por ejemplo: mamá y papá), o por cuestiones médicas.
Se les informa que, “cuando se sientan mal porque alguna persona les toca sus partes privadas/intimas o porque tienen algún malestar, deben decirlo a mamá, papá u otra persona de confianza. Pues lo más importante es que se sientan bien, seguros/as y felices”.
Es en la segunda etapa (6-12 años), cuando comienzan a incorporarse otros temas —18 objetivos y contenidos la componen—, algunos relacionados con la orientación sexual y la identidad de género.
Específicamente, el objetivo tres establece “promover actitudes positivas y responsables relativas a la diversidad sexo-genérica: identidad/expresión de género, orientaciones sexuales y diversidad corporal; como partes sustantivas de la sexualidad del ser humano; haciendo énfasis en la dignidad de las personas como valor supremo, rechazando posiciones discriminatorias, androcéntricas, heteronormativas y excluyentes, así como prejuicios y estigmas sexistas, homofóbicos o transfóbicos.”
El programa cubano sigue las recomendaciones de organizaciones internaciones sobre el comienzo temprano de la EIS. En 2021, un nuevo informe publicado por la UNESCO, ONUSIDA, el Fondo de las Naciones Unidas para la Población, el UNICEF, ONU Mujeres y la Organización Mundial para la Salud, revela los progresos que están realizando los países para ofrecer una educación sexual integral de calidad en las escuelas, a la vez que pone de relieve desafíos pendientes.
El resumen ejecutivo del documento, titulado El camino hacia la educación sexual integral: Informe sobre la situación mundial, sugiere, además del comienzo temprano, un enfoque gradual y adecuado a la edad y el desarrollo de infantes, adolescentes y jóvenes.
“Esto ayuda a los alumnos a internalizar conceptos, tomar decisiones informadas, comprender la sexualidad y desarrollar habilidades de pensamiento crítico que maduran a medida que envejecen. Comenzar la EIS temprano es importante porque infantes y jóvenes necesitan conocimientos y habilidades específicos en el momento adecuado, por ejemplo, aprender sobre la pubertad poco antes de pasar por ella, no después”, refiere el documento.
Pese a estas evidencias públicas las declaraciones aluden a efectos negativos y catastróficos de la EIS, el matrimonio entre personas del mismo sexo y la adopción homoparental. Pero les siguen faltando las referencias y estadísticas verificables que lo demuestren.
“En la actualidad resulta triste conocer estudios investigativos que muestran los daños que ocasiona en niños y jóvenes, cuando se les acerca a estos conocimientos. Como también hay personas que en otros países piden un examen y revisión del ejercicio de la patria potestad de los padres por considerar esta figura como resultado de una sociedad patriarcal y en algunos lugares ha llegado a vetarse. Sin embargo, se desconoce hasta el momento la metodología que se implementará en el sistema educativo”, afirma la Liga Evangélica de Cuba.
Por el contrario sí existen datos internacionales que revelan la urgencia de la EIS. En 2018, la Unesco alertaba que a nivel mundial solo 34 por ciento de los jóvenes puede dar prueba de un conocimiento preciso sobre la prevención y la transmisión del VIH; en algunas partes del mundo dos de cada tres niñas no tienen idea de lo que les estaba pasando cuando tuvieron su primera menstruación.
Otras evidencias del impacto positivo de la EIS hablan de su utilidad en la prevención del inicio temprano de las relaciones sexuales, el embarazo adolescente, el abuso sexual infantil, la violencia y el acoso escolar, todos problemas investigados en Cuba.
En la nación caribeña, la discriminación transfóbica impide que adolescentes trans puedan continuar sus estudios, a pesar de que el estado cubano garantiza educación universal y gratuita desde 1959.
Según la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), en Cuba existen 3.776 personas trans, de las cuales 3.002 forman parte de TransCuba, con representación en todas las provincias del país.
Malú Cano, coordinadora de la Red TransCuba, dio esta información en el programa televisivo Mesa Redonda y afirmó que la escuela es uno de los espacios de vulneración de derechos, donde se generan conflictos por los que un alto grupo de personas trans terminan abandonando los centros escolares.
Sobre la escuela y su rol en la formación de un pensamiento crítico el activista Alberto Roque compartió en su perfil de Facebook una reflexión que llama a poner en el centro la justicia social.
“La escuela deben ser un espacio fundamental para aprender a pensar, a discernir, valores y ciencia mediante, entre lo justo y lo injusto, entre el conocimiento y la ignorancia. La escuela en la que me eduqué me enseñó la crítica desde la razón. A la sexualidad se le comprende desde la razón. La fe debiera complementar a la razón, así seríamos menos culpables y un tilín más libres”, reflexionó Roque.