Autor: Juliette Isabel Fernández Estrada
Aunque poco profundizado desde las investigaciones, el vínculo entre protestantismo y migración en Cuba tiene un carácter orgánico. Desde sus orígenes se puede afirmar que esta diversa expresión religiosa es fruto, en gran medida, de la empresa misionera norteamericana y su flujo migratorio hacia Cuba.
Las iglesias protestantes comienzan a establecerse en Cuba a fines del siglo XIX y con creciente masividad después de 1898. Pero las primeras congregaciones protestantes datan históricamente del período entre las dos guerras de independencia, cuando los llamados “misioneros patriotas” – predicadores cubanos que provenían de iglesias norteamericanas con membresía de emigrados políticos criollos, y vinculados directamente al movimiento independentista y al Partido Revolucionario Cubano – insertaron en su discurso evangelizador un contenido patriótico. A pesar de que esta tendencia se vio frustrada a partir de 1898, algunos creyentes sienten que su herencia perdura hasta la actualidad como la tradición de no contradicción entre ser cristiano y participar en un movimiento de liberación nacional.