Proyecto científico de bojeo a Cuba profundiza estudios de ecosistemas

En la expedición participaron especialistas del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, del Centro de Investigaciones Marinas de la Universidad de La Habana, del Instituto de Ciencias del Mar y del Centro de Ecosistemas Costeros, así como de la empresa Avalon-Marlin.

Tomado de: www.ipscuba.net
FotoTomada de la página en Facebook de Naturaleza Secreta de Cuba

Datos sobre el estado actual de los arrecifes de coral, las poblaciones de tiburones y otras especies, así como hipótesis y alertas para ampliar las investigaciones sobre el impacto climático en algunos ecosistemas resumen el saldo inicial del bojeo a Cuba, según miembros del proyecto científico.

El pasado 9 de septiembre se anunció el fin de la expedición de 53 días por las costas de la isla y sus cuatro subarchipiélagos, con la participación de alrededor de 30 especialistas. Integraron el grupo jóvenes estudiantes de maestrías y doctorados del Centro de Investigaciones Marinas de la Universidad de La Habana, el Instituto de Ciencias del Mar y el Centro de Ecosistemas Costeros.

“Pero el bojeo a Cuba no termina”, aseguraron sus participantes en Facebook. “Aunque el Oceans for Youth ya regresó al puerto de donde partió, en Júcaro, Ciego de Ávila (el 18 de julio), ya se planifica el regreso a varios lugares, que requieren una investigación complementaria con celeridad”, indicaron en el post.

A lo largo de unas 1960 millas náuticas, esa expedición recopiló datos sobre diversos ecosistemas, el lazo microbiano y la megafauna, los tensores humanos que los afectan, la presencia de microplásticos y el sistema de carbonados en la columna de agua.

Entre los resultados preliminares del proyecto científico, en cuanto al análisis de las aguas y la acidificación de los mares, la televisión nacional destacó los aportes del Centro de Estudios Ambientales de Cienfuegos para la confección del primer mapa sobre el estado de estos ecosistemas en el archipiélago cubano.

Arrecifes coralinos bajo la lupa

Sobre el objetivo principal del bojeo, Patricia González, del Centro de Investigaciones Marinas de la Universidad de La Habana y líder del grupo, comentó a la prensa que el propósito era evaluar el estado de salud de los arrecifes coralinos.

Al referirse en particular a los que se encuentran en la península de Ancón, en Cienfuegos, provincia central cubana, recordó que los estudios en esa zona datan de 2012, cuando “la salud de la barrera coralina era bastante buena, entonces es algo que queremos corroborar”, aclaró.

Para la especialista, el hallazgo “más esperanzador y alentador” se ubica en la cresta de corales frente a Playa Bonita, en Cayo Sabinal, de la central provincia de Camagüey. Allí, aseguró, existe “una de las poblaciones mejor conservadas de Acropora palmata o cuerno de alce” en el Gran Caribe, donde se perdió casi el 80 % de los ejemplares.

Esta especie de coral, indicó, “es la principal formadora y casi única de las crestas de los arrecifes o, como la llaman los pescadores, la retinga o barrera. Ella protege las costas del embate del oleaje y así contribuye a que la zona trasera de las crestas (hacia tierra) se caracterice por tener aguas más tranquilas y estables para que se desarrolle el ecosistema de pastos marinos”.

Asimismo, agregó, protege a la zona costera y a los manglares que se desarrollan allí, además de brindar refugio a organismos del arrecife como moluscos, crustáceos y peces.

Poblaciones de peces y alternativas pesqueras

Por su parte, Fabián Pina, investigador y especialista ambiental de la empresa Avalo-Marlin, compartió en dicha red social digital sus valoraciones sobre los resultados de los muestreos de peces de arrecifes que habitan Bahía Honda.

En esa zona costera de la occidental provincia de Artemisa, se comprobó la existencia de “muy baja biomasa de peces grandes” (similar a lo encontrado desde Varadero hasta La Habana) y de “alta biomasa de peces de mediano tamaño”.

Pina resaltó el predominio de peces loros, “que son herbívoros, quizás asociado a la alta cobertura de algas que hay en esos arrecifes y también la alta biomasa de peces pequeños”.

A su juicio, resulta necesario analizar el impacto de la actividad pesquera “de cierta intensidad, al menos de pequeña escala, artesanal, de barcos pequeños, lo que puede explicar la escasez de peces de gran talla” en esa zona costera.

Señaló que allí se desarman embarcaciones y recomendó como hipótesis de trabajo “verificar o cuantificar la magnitud de la contaminación” de barcos o partes abandonados, “que pudiera estar incidiendo tanto en los arrecifes coralinos como en la ictiofauna que se asocia a estos ecosistemas”.

En otra publicación, señaló que los grandes depredadores “están muy escasos” en las costas cubanas. “Todo parece indicar que la actividad pesquera que se hace en el país de forma general ha reducido su presencia, hablo de la cherna, el pargo, el tiburón. La buena noticia es que hay solución para eso, podemos hacer un mejor manejo pesquero, buscar alternativas”, propuso. (2023)