Proyecto cubano defiende cabello afro como símbolo de identidad

El proyecto sociocultural Lo llevamos rizo ayuda a mujeres afrodescendientes a entender, aceptar, cuidar y disfrutar de su cabello.

Tomado de: www.ipscuba.net
FotoArchivo IPS Cuba

Llevar el cabello afro al natural o no es una decisión personal, tanto como tenerlo largo o usar determinada ropa. Promover esa opción, desde la identificación y pertenencia a un grupo humano, su historia, su legado y sus luchas y el cuidado de ese cabello inspira al proyecto Lo llevamos rizo.

Integrado por ocho jóvenes cubanas, surgió en 2019 y tuvo como antecedente el primer Concurso de cabello afro natural en Cuba, creado por la artista Susana Pilar Delahante, que integra el catálogo de la Galería Continua, donde sesionó su más reciente taller.

A la primera edición del concurso, en 2015, le sucedió la del 2019. “Notamos que hacía falta un proyecto, con un carácter más sociocultural y permanente y no un concurso solo cada dos años, en el contexto de la Bienal de La Habana”, explicó Annia Liz de Armas, codirectora del proyecto.

Primero se concibió un espacio donde pudieran compartir charlas y talleres. Con la llegada de la pandemia, en 2020, tuvieron que migrar a las redes sociales. A finales de 2021, lanzaron una línea cosmética de productos naturales, especializados en cabello afro.

A su vez, introdujeron un servicio de asesoría especializada para este tipo de pelo, peluquería, clases de yoga y experiencias de bienestar.

Proyecto autosustentable

“Queríamos ser un proyecto autosustentable, que no dependiera de aplicar a becas, convocatorias y donaciones, sino tener una vía de generar ingresos propios para continuar con las acciones sociales”, apuntó De Armas.

En esa línea de trabajo se encuentran charlas como “Ya no quiero esconder mis rizos”, compartida inicialmente durante el Festival del Caribe, en julio pasado, en Santiago de Cuba. Hace poco, por solicitudes en redes sociales, se realizó en Galería Continua, donde participó la artista visual sudafricana Athenkosi Kwinana, con su obra.

“Nos interesaba conocer su experiencia personal como mujer negra, albina, sudafricana; cómo ha vivido las creencias alrededor del albinismo” y “cómo se siente como mujer afrodescendiente y su relación con su cabello natural”, señaló De Armas.

La cita la consideraron en redes sociales como “una experiencia enriquecedora en donde aportamos herramientas para crecer el amor propio, cuidar el cabello afro/rizado de forma saludable y sobre todo, trabajar la empatía y el respeto a la diversidad”.

Transición en la mira

Uno de los temas abordados en la charla fue la transición. Al respecto, Julié Arianne Pérez, codirectora de Lo llevamos rizo, explicó que se trata del proceso que vive la mujer negra o mestiza “deja de lacearse, no usa productos químicos y empieza a dar la bienvenida a su cabello natural”.

En su opinión,  significa no solo un cambio físico de cómo se va a ver y percibir, sino también mental y espiritual, ya que el cabello está ligado a la feminidad y una mujer que transiciona y se corta totalmente “a lo machito”, en no pocos casos no es bien vista, ni siquiera por ella misma.

“El cabello rizado natural como el tratado no necesariamente van ligados a la identidad. Muchas personas eligen o no cómo llevarlo, ya sea por comodidad, economía o gusto. Nos hemos encontrado algunas que desde los cinco años les han estirado el pelo y no tienen idea de cómo es y no se sienten identificadas (con los rizos)”, dijo.

Sin embargo, “existen mujeres con cabello químicamente tratado que se identifican y concientizan que son negras, no solo por lo que se ve: color de la piel, nariz ñata o los labios gruesos, sino que tienen claro de dónde vienen, cuáles son su historia y sus orígenes y hacen un llamado a sentirse orgullosas de lo que son”, reflexionó.

Indicó además que el tópico del cabello se tomó como pretexto del encuentro para hablar sobre identidad y herencia.

“Lo que elijas tiene que ser una opción propia, no marcada por las preferencias familiares, los estereotipos sociales, lo que siempre nos han impuesto para que nos parezcamos más a la mujer occidental, como un cuerpo, un cabello y una forma de hablar así, y desaprender esos patrones e identificarnos con lo que somos”, dijo.

Voces

En el encuentro, la antropóloga sudafricana Katrin Hansing señaló que si bien en una etapa inicial es importante apoyar a la comunidad de mujeres negras, luego estas conversaciones deben llegar a personas no negras, por la relevancia de la conversación con el otro.

También recomendó que se converse sobre ese tema en la radio y la televisión.

Aunque existan personas que pueden rechazar esos asuntos, es un desafío que hay que asumir, señaló, a la vez que apoyó el trabajo que realiza Lo llevamos rizo.

Por su parte, Alina Conill, participante del encuentro, recordó el acercamiento que tuvo el proyecto a la comunidad, cuando radicó durante apenas unos meses en la Casa del niño y la niña de Centro Habana, ante la ausencia de una sede propia.

Para Conill, Lo llevamos rizo, junto a otras iniciativas, “han hecho posible que en la actualidad esté más presente y visible el cabello afro en las ciudades”.

Con el propósito de costearse un local propio, el proyecto lanzó una convocatoria de recaudación (crowfunding) de fondos que contribuya a crear la sede física del Centro de Experiencia Lo llevamos rizo, ahora accesible en sus perfiles en redes sociales. (2023)