Autora: Zulema Ortega Iglesias
Publicado en: M. Rojas (coord.), Simposio Nacional CIPS (tema 4) [Multimedia]. Publicaciones Acuario.
En la actualidad, resulta incuestionable la inserción de las mujeres a la vida pública y al trabajo remunerado. Estas han encontrado nuevas áreas de realización que hoy constituyen esferas de actuación con un valor cardinal −sobre las cuales se erigen necesidades, intereses y aspiraciones, que han alterado el orden de reparto natural de los espacios y los roles, asociados a las personas desde su condición de género−.
Estas mujeres −consideradas transgresoras de determinadas normas y valores, que responden a construcciones culturales simbólicas de lo que es entendido como feminidad y masculinidad, desde el mandato cultural patriarcal−, a pesar de haber logrado invadir un espacio, caracterizado por la hegemonía de los hombres, persisten en una posición de subordinación, ante el poder simbólico masculino. Situación, que no se expresa en la misma medida en todas las mujeres, sin embargo, continúa generando contradicciones y conflictos en sus subjetividades.
Múltiples investigaciones se adentran en el estudio de las desigualdades que experimentan las mujeres académicas −por su condición de transgresoras− en su vida profesional y personal. La existencia de una subjetividad fragmentada, derivada de la multiplicidad de intereses, esferas de actuación y roles antagónicos, así como la ausencia de una real independencia y autonomía femenina, debido a la acriticidad en el imaginario social subjetivado sobre su condición de género; son algunos elementos que atentan contra el surgimiento de relaciones más equitativas, entre hombres y mujeres, en el ámbito científico.