por: Redacción IPS Cuba
Tomado de: www.ipscuba.net
Un taller comunitario enfocado en la detección, tratamiento y prevención del abuso sexual tuvo lugar en la tercera edición del festival Akokán, como parte de una colaboración con la campaña Evoluciona y la revista Alma Mater.
La capacitación Generando amor por una comunidad sin violencia convocó a una decena de mujeres del barrio periférico Los Pocitos, implicadas en la salud, la educación, la cultura, y organizaciones de masas nacionales como la Federación de Mujeres Cubanas y los Comités en Defensa de la Revolución.
Los ejercicios de participación, basados en la educación popular, y los materiales repartidos a las asistentes, dieron pie para que ellas contaran sobre experiencias de abuso cercanas a su realidad, así como la forma más certera de asesorar a las víctimas y sus familias.
Dainerys Mesa, activista de Evoluciona y periodista de Alma Mater, enfatizó en la importancia de trazar estrategias en modo de red.
“Por separado quizás no logremos mucho, pero juntas, actuando en forma de telaraña, alcanzaremos una mirada y una respuesta más abarcadora del fenómeno”, expuso Mesa, en el encuentro realizado el 18 de diciembre.
Entre las principales inquietudes de las participantes estuvo la relación directa del término abuso sexual con la infancia y la existencia, o no, de patrones de víctimas y victimarios.
Tales interrogantes fueron canalizadas por la psicóloga Maite Díaz, del no gubernamental Centro Oscar Arnulfo Romero (OAR).
“No hay un indicador o síntomas específicos para determinar cuando un niño, niña, o adolescente padece de abuso sexual. Sin embargo, existen pistas en cuanto a su comportamiento que deben servir como alarma a las familias y las personas allegadas”, explicó Díaz.
La sexóloga también hizo hincapié en que el abuso sexual, como concepto, solo reconoce a las personas menores de edad, debido a su estado de indefensión, desconocimiento de la agresión y ausencia de recursos para manejarla.
Laura Serguera, estudiante de Periodismo que colabora en la revista Alma Mater, compiló recientemente las preguntas del público y las respuestas de especialistas a raíz de la situación de abuso sexual proyectada en la telenovela cubana, El rostro de los días.
Para Serguera, conocer sobre los daños a las víctimas le hizo entender que lo más importante ante una situación de esta índole es escuchar, observar a la infancia, ver posibles señales y persuadir a la familia para pedir ayuda y denunciar oportunamente. Así lo compartió con las talleristas durante su intervención.
Al finalizar la jornada quedó construida una posible ruta de acción, válida para enfrentar las situaciones de abuso. Su base es la identificación, el acompañamiento y la orientación, desde una participación integradora de líderes y lideresas de la comunidad.
¿Cómo reconocer el abuso sexual infantil?
Elementos a tener en cuenta para determinar cuando un niño, niña o adolescente puede estar padeciendo abuso sexual.
Entre estos destacan los siguientes indicadores:
-Físicos: sangrado en genitales o ano, fisuras anales, moretones, infecciones urinarias, dolor al sentarse o caminar, problemas del sueño, en la alimentación, hasta el embarazo en la adolescencia.
-De conducta: aislamiento social, desconfianza relacional, conocimiento y/o prácticas de conductas sexuales no propias de la edad, lenguaje sexual, masturbación excesiva, irritabilidad, problemas escolares, ruptura de sus rutinas.
-Emocionales: síntomas de ansiedad, depresión, terrores nocturnos, sentimiento de culpa, miedo a los adultos, en especial al agresor, rechazo, asilamiento con la familia y amigos.
Las rutas del Festival Akokán
El tercer festival Akokán, de arte e innovación social, Pequeñas acciones, grandes cambios, desarrolló sus actividades durante los días 15 y 20 de diciembre.
La cita, de carácter anual, es organizada por el proyecto Akokán de Los Pocitos, y el Centro Félix Varela, aunque cuenta con el apoyo de otras organizaciones.
El propósito de este encuentro es involucrar a las diferentes manifestaciones artísticas en el desarrollo de la comunidad. También promueven acciones creativas, iniciativas solidarias y participativas que conecten al barrio con los objetivos de desarrollo sostenible.
Para evitar aglomeraciones en contra de los protocolos de sanidad por el nuevo coronavirus, el Festival sesionó a partir de rutas. Esta idea funcionó para mostrar las potencialidades de Los Pocitos y los proyectos que en la zona han sido impulsados.
Las rutas definidas fueron: la verde, la azul, la muralista y el mercado de la tierra.
La ruta verde sostuvo un recorrido por la Red de patios solidarios de la comunidad, intercambio entre las personas que forman de esta y una serie de talleres de producción con materias primas naturales.
La ruta azul consistió en un acercamiento al patrimonio de Los Pocitos, sus retos y oportunidades desde el vínculo histórico de la comunidad con el agua. Esta propició intercambios con personas dedicadas a promover el cuidado del medio ambiente.
La ruta muralista, tal cual su nombre lo indica, mostró e indagó en la historia de varios murales realizados en la zona entre los años 2018-2020.
El mercado de la tierra, por último, propició el intercambio en cuanto a los hábitos y la protección de la diversidad alimentaria. (2020)