Tomado de: www.ipscuba.net
Foto: Obra de la artista cubana Ileana Sánchez
A más de cinco años de que 40 bailarinas cubanas lograran liberarse de la explotación sexual en clubes nocturnos de Turquía, las ofertas de trabajo para modelos y bailarinas de Cuba, tengan o no experiencia profesional, abundan en sitios de Internet y redes sociales con mensajes como “oportunidad única para conocer Europa” o “realiza tus sueños”.
Una operación de trata de personas de tal magnitud, con tan alta proporción de víctimas, no ha sido reportada hasta el momento, pero sí se registran otros casos de trata transnacional de cubanas con fines de explotación sexual.
Así, en 2017, se conoció de una cubana que captaba jóvenes para el ejercicio de la prostitución en Angola. En 2018, un camagüeyano gestionó visas y pasajes para ir a bailar a un cabaret de Estados Unidos y, una vez allí, las obligaba a prostituirse. En 2022, un patrullaje cibernético detectó en Uruguay la captación de cubanas por Internet para explotarlas sexualmente en el país suramericano.
A diez años de la primera publicación anual del informe de Cuba sobre la trata de personas, este tema sigue siendo poco investigado y con baja presencia en los medios nacionales, por lo general asociada a la celebración cada 30 de julio del Día Mundial contra la Trata de Personas.
Los riesgos podrían estar aumentando en un contexto nacional complejo, marcado por el impacto en la economía nacional de la pandemia de la covid, la fuerte inflación que sucedió al proceso de unificación de la moneda iniciado el primero de enero de 2021 y el mantenimiento de las sanciones económicas de Estados Unidos que afectan todos los ámbitos de la vida.
Emigrar se ha ido convirtiendo en una estrategia de sobrevivencia para no pocas personas y familias cubanas y, en el caso de las mujeres jóvenes sin capacidades o recursos suficientes para explorar otras vías, las ofertas de empleo en el extranjero pueden considerarse opciones muy atractivas, a las que se acude en no pocos casos careciendo de información suficiente y desconociendo los riesgos.
Según el último Informe nacional de Cuba sobre trata de personas en 2021, el “accionar delictivo” se concentró en la captación de jóvenes, principalmente mujeres, por empresarios extranjeros y cubanos, para brindar servicios en bares y centros nocturnos de Rusia, México, Nicaragua, Turquía, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Japón, China y Chipre.
El impacto de la covid
El Informe mundial sobre la trata de personas 2022, publicado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) con datos del 2020, reporta que por primera vez en las últimas dos décadas se produjo una disminución del número de víctimas de trata de personas en el mundo asociada a la pandemia de la covid.
Sin embargo, la reducción que oscila del 59% en Asia Oriental y el Pacífico al 12% en África Subsariana, no significa necesariamente una disminución del fenómeno. Las medidas sanitarias de aislamiento y cierre de fronteras, tornó la trata aún más clandestina. En algunos países, según UNODC, la trata interior ha aumentado, el reclutamiento pasó a hacerse en línea, fundamentalmente, a través de las redes sociales, y la explotación se trasladó de bares y clubes a apartamentos y otros espacios privados.
“La pérdida de medios de subsistencia y las restricciones de movimiento han empujado a los tratantes a reclutar víctimas en sus áreas locales. La pandemia de la covid ha creado grupos más grandes de personas vulnerables que, debido al empeoramiento de su situación económica, fueron reclutadas para la explotación laboral o sexual en su área local”, asegura un estudio mundial sobre los efectos de la pandemia en la trata.
En 2020, el Comité de la Convención para la Eliminación de todas las formas de Discriminación hacia la Mujer de las Naciones Unidas (Cedaw) consideró “alarmante” el papel que los medios digitales estaban jugando en la trata de personas, con fines de explotación sexual, y llamó a las compañías de redes sociales y mensajería a implementar controles que permitan identificar a traficantes e individuos ligados a la demanda de mujeres y niñas.
Algo similar puede estar sucediendo en Cuba. El informe nacional publicado en 2022 asegura que “en correspondencia con la situación epidemiológica” y tras el cierre de la frontera aérea, durante 2020 y 2021, “se apreció una disminución significativa de la incidencia de casos”.
Así, el documento incluye solo diez causas radicadas en 2021 con rasgos típicos de trata de personas, dos por el delito de proxenetismo y ocho por corrupción de menores, todas relacionadas con la explotación sexual. Con una mujer y nueve niñas como víctimas, los casos se distinguen por involucrar a tutores legales, tener el domicilio de las víctimas como escenario y, en ocasiones, se suma la comunicación con clientes en otros países.
“Persiste la incidencia en Cuba de extranjeros que interactúan con jóvenes prostitutas a cambio de dádivas y recargas telefónicas, así como la promoción y venta online de videos e imágenes con contenido sexual, cuyo pago se materializa mediante transferencias bancarias desde el exterior e interior del país”, afirma el informe.
Una revisión del documento anual del Ministerio de Justicia revela que en el trienio 2019-2021 fueron juzgadas 40 causas “con rasgos típicos de trata”: 26 explotación sexual, ocho corrupción de menores, dos proxenetismo, dos mendicidad forzosa, uno esclavitud y uno explotación sexual asociada a trabajo forzado. Del total de 53 víctimas, 28 eran niñas, 18 mujeres, seis hombres y un niño.
Cambios en la respuesta legal
“La trata de personas, especialmente mujeres y niños, lamentablemente no se aborda de manera integral en el marco jurídico”, fue una de las conclusiones de la Relatora Especial sobre la trata de personas de Naciones Unidas, Maria Grazia Giammarinaro, en el informe de su visita oficial a Cuba, realizada del 10 al 14 de abril de 2017.
Entre otras consideraciones, la relatora apuntó: los delitos de proxenetismo y trata de personas se amalgaman en el Código Penal; la trata en todas sus formas no se define ni se reconoce; y la falta de una definición jurídica clara impide una percepción correcta de las verdaderas características de la trata de personas entre los funcionarios del gobierno y las organizaciones de la sociedad civil.
“Como consecuencia de ello, no se tiene conciencia acerca de la distinción entre la trata de personas y el proxenetismo, ni de las particularidades de la trata respecto de la violencia y los abusos sexuales. Además, se sigue vinculando la trata de personas con la explotación sexual, y se pasa por alto la dimensión de la explotación laboral”, añadió.
Las carencias del abordaje legal de este fenómeno en Cuba ya habían sido abordadas por especialistas nacionales y colocadas sobre la mesa en diferentes espacios académicos. Entre otras limitaciones reconocidas estaba que la legislación solo incluía la trata con fines de explotación sexual, relacionada con la entrada o salida del país para ejercer la prostitución.
En respuesta a esta necesidad, el nuevo Código Penal de 2022 amplía el concepto a la “explotación laboral o sexual, trabajos forzosos u obligatorios, matrimonio forzado, adopción ilegal, mendicidad, prácticas análogas a la esclavitud, la servidumbre, extracción de órganos o la realización de otras actividades delictivas contrarias a la dignidad humana”.
Las sanciones por este delito se aplican a “quien promueva, organice, incite o ejecute la captación, transportación, traslado, acogida o recepción de personas, utilizando amenaza, coacción, violencia, engaño, o soborno, aprovechándose de una situación de vulnerabilidad de la víctima o de su condición de género, o a través del pago a quien tiene autoridad sobre ella para lograr su consentimiento”.
Entre las razones para elevar la pena de privación de libertad de siete a 15 años hasta 30 años o privación perpetua de libertad, se encuentran: el hecho se comete por un funcionario público o persona que desde una posición de poder o vínculo con la víctima “goza de ascendencia sobre ella”; la víctima es menor de 18 años o tiene alguna discapacidad mental; se producen lesiones o muertes; involucra entradas y salidas del territorio nacional o vínculos con la delincuencia organizada transnacional.
Cuba como país de origen
A diez años de la primera publicación anual del informe de Cuba sobre la trata de personas, este tema sigue siendo poco investigado y con baja presencia en los medios nacionales, por lo general asociada a la celebración cada 30 de julio del Día Mundial contra la Trata de Personas. Aunque fuentes oficiales dan cuenta de múltiples acciones, la baja percepción de riesgo entre la población sigue siendo evidente.
En una ponencia presentada en 2017, durante el II Simposio Internacional Violencia de Género, Prostitución y Trata de Personas, el jurista Yoandrys González definió algunas tendencias de la trata que se origina desde Cuba hacia otros países, las cuales podrían conservar plena vigencia con la nueva normalidad post-covid.
En síntesis:
- El proceso de captación en Cuba se realiza principalmente por nacionales de ambos sexos, que viven fuera de Cuba o realizan viajes al exterior, y mantienen vínculos con personas de otros países.
- Las víctimas son engañadas con ofertas de empleos (manicure, camarera, bailarina, stripper, modelo, animadora, chofer, cocinero y camarera) para el sector hotelero, entre otros, que aparecen en redes sociales y sitios de Internet, y la realización de castings
- Las redes sociales se emplean para la tramitación de documentos migratorios, así como fotos y videos de las jóvenes que muestran sus habilidades artísticas y apariencia física. En menor medida, se aprovechan las relaciones amorosas y amistad para la selección de víctimas.
- Otras de las motivaciones se relaciona con la migración hacia los Estados Unidos, para lo cual los organizadores se apoyan en redes de tráfico de migrantes a fin de facilitar la salida del país o aprovechan las situaciones de vulnerabilidad generadas durante el tránsito irregular por países de la región.
- Los tratantes otorgan un presupuesto inicial para el viaje, asumen los gastos de trámites migratorios, transportación, hospedaje y alimentación en el exterior, lo cual genera una deuda que se convierte en un mecanismo de presión permanente para su sometimiento y evitar el regreso a Cuba.
- Con el objetivo de ejercer el control sobre las víctimas, les retiran los pasaportes, limitan sus movimientos, les prohíben establecer contacto con la sede diplomática y las mantienen en condiciones de irregularidad migratoria.
- En otros casos, los salarios son menores a lo acordado, se les imponen descuentos por presuntas indisciplinas e incumplimientos de “contratos”, bajo rendimiento laboral o tratamientos médicos, así como se suspenden los subsidios prometidos de alimentación y hospedaje, lo que asegura una mayor permanencia, para amortiguar la deuda.
- Las mujeres son ubicadas en clubes nocturnos donde se practican bailes eróticos, brindan servicios como damas de compañía o se ejerce la prostitución.
- En los casos de trata con fines de explotación laboral, las víctimas son ubicadas en lugares con condiciones laborales y de convivencia desfavorables, por lo que se ven imposibilitadas de reclamar sus derechos al no poseer respaldo legal y haber viajado como turistas.
En los países de destino
Un estudio publicado en 2018 por Damila Hechavarría, especialista en Ciencias de la Información, incluye los resultados de una encuesta aplicada a 25 personas que se desempeñaron como agentes consulares de Cuba en 28 países.
El 64 por ciento de la muestra confirmó la identificación de 71 víctimas en países como Argentina, Francia, Ecuador, Bélgica, China, Holanda, Reino Unido, España, Turquía, Italia y Haití, reportándose la concentración de 50 casos en España y Turquía. Todas eran mujeres con el siguiente perfil, según la información brindada por especialistas consulares:
- Mujeres, predominantemente mestizas y blancas, en su mayoría jóvenes de entre 18 y 35 años de edad.
- Procedentes fundamentalmente de provincias orientales (como Granma, Guantánamo, Holguín y Camagüey) y de La Habana.
- Con buen nivel de escolaridad, predominando preuniversitario, técnico medio, secundario y universitario.
- Posición económica y condiciones de vida baja y media.
- Antes de ser detectadas por el consulado, las víctimas llevaban siendo explotadas menos de un año y en algunos casos, por un año o más.
- Algunas eran ilegales, otras residían en el país de destino temporal o permanentemente y un último grupo poseían visas de turismo y contratos laborales.
Sobre las modalidades de trata, 48 por ciento de las personas entrevistadas identificó la explotación sexual; 36 por ciento, el trabajo forzoso y 8 por ciento, la esclavitud.
“A esta explotación a la que han sido sometidas dichas mujeres, los especialistas agregaron las situaciones extremas a las que se enfrentan y que violan los derechos universales de todo ser humano: entre estas, el aislamiento y la deficiente alimentación, así como la retirada de los documentos de identificación y la falta de pago del salario acordado por el trabajo realizado”, asegura Hechevarría.
De acuerdo con la especialista, entre las acciones que realizan las oficinas consulares en los países en que se encuentran, está localizar y orientar a las víctimas desde el punto de vista legal; informar el caso a las autoridades del país y a las entidades cubanas y viabilizar los trámites migratorios para garantizar su estancia legal en el país o su regreso a Cuba.
Según el informe publicado por Cuba en 2022, el país cuenta con 27 acuerdos bilaterales firmados que incluyen la extradición. La Fiscalía General de la República mantiene relaciones de cooperación con órganos homólogos de 20 países: Venezuela, Brasil, Nicaragua, Bielorrusia, Rusia, China, Vietnam, Bolivia, Mozambique, Angola, Ecuador, Panamá, República Dominicana, Portugal y España, Laos, Corea del Norte, Hungría, Kazajstán y Grecia.
Entre otras acciones, de conjunto con la Organización International de Policía Criminal (Interpol), las autoridades competentes buscan a ocho cubanos circulados por su participación en operaciones de trata de personas. Del total, cinco fueron circulados por Cuba, dos por Ecuador y uno por Chile.
El foco en la víctima
El nuevo Código Penal cubano establece que quien es objeto de la trata de personas no responde penalmente por los delitos que cometa como consecuencia de esta, salvo en caso que muestre “un papel activo o provocador en su ejecución” o cuando “con el propósito de emigrar inste, procure, exhorte o de cualquier otra forma activa, consciente y voluntaria, ejecute tales acciones antijurídicas”.
En tanto, el artículo 363 tipifica, además de la trata de personas, el proxenetismo y otras formas de explotación sexual; la venta, compra y tráfico de personas menores de edad; el tráfico de órganos humanos; la desaparición forzada; la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes y el trabajo forzoso u obligatorio.
Entre las novedades de la norma legal aparece la eliminación de la polémica figura de “peligrosidad social”, hecho que podría poner fin a la práctica que durante años llevó a la reclusión de personas que ejercían la prostitución. Al analizar esta situación en su trabajo Prostitución en Cuba: miradas de fondo desde los feminismos poscoloniales, la especialista cubana Rosa Campoalegre asegura que bajo este delito, quienes ejercían la prostitución en Cuba podían “ser `aseguradas´ mediante medidas pre-delictivas con internamiento de uno a cuatro años”.
A juicio de la experta y más allá de la ley, “lo decisivo es comprender la necesidad de repensar las estrategias tradicionales de prevención. Tales estrategias están centradas en la mujer y en el riesgo. Al focalizar en la mujer se refuerza la cultura patriarcal, con una visión homogénea y binaria de ser mujer, a contrapelo de la diversidad, así se profundizan las desigualdades sociales”.
En sintonía con las recomendaciones realizadas a Cuba por la relatora especial de la ONU, Campoalegre sostiene: “no debemos criminalizar esas conductas, ni asociarlas a la justicia penal, todo lo contrario: el eje estructurador del cambio consiste en asumirlas lo más lejos posible del sistema de justicia penal”.
El diferendo con Estados Unidos
Tras varios intercambios bilaterales sobre trata de personas que caracterizaron los tiempos del presidente Barack Obama (2009-2017) en la Casa Blanca, Cuba volvió a ser blanco de sucesivos ataques de Estados Unidos en sus informes anuales unilaterales sobre esta problemática. Washington acusa a La Habana de cumplir insuficientemente con los estándares mínimos para la eliminación de la trata de personas y no hacer esfuerzos significativos con ese fin, colocando en el centro de la mira la cooperación internacional cubana en la esfera de la salud, pero también en otros ámbitos como la cultura, la educación, el deporte, entre otros.
Según el informe producido por el Departamento de Estado en 2022, funcionarios cubanos “obligan o coaccionan a las personas a participar y permanecer en los programas de exportación de servicios profesionales”, en particular el programa de misiones médicas en el extranjero, catalogándolo como trata con fines de explotación laboral.
De acuerdo con esa fuente, se estima que Cuba recauda entre 6.000 y 8.000 millones de dólares anuales por su exportación de servicios. Asimismo, apunta que el gobierno y “algunos participantes” reconocen que “las misiones son voluntarias”, y mejor pagadas en comparación con los salarios de Cuba.
Pero, añade el informe estadounidense, “los trabajadores reciben sólo una parte de su salario que oscila entre el 5 y el 25 por ciento, y se retiene en cuentas bancarias cubanas –a menudo en pesos cubanos en vez de la moneda fuerte que el gobierno recibe por sus servicios–, a las que se renuncia si el participante abandona el programa”.
Esta posición se reitera en el informe estadounidense de 2023 que coloca al país caribeño en el lista de 11 países que mantienen esfuerzos insuficientes en la prevención de la trata de personas. Los otros estados “sancionados” por el documento del Departamento de Estado son Afganistán, Burma, China, Eritrea, Irán, Corea, Rusia, Sudán del Sur, Siria y Turkmenistán.
Cuba, por su parte, rechaza año tras año el informe unilateral del gobierno de Estados Unidos, considerándolo parte de una campaña de descrédito de la cooperación médica cubana. Un total de 605 698 trabajadores de la salud han colaborado en 165 países del mundo desde 1963, según datos del Ministerio de Salud Pública.
Testimonios a IPS Cuba de personal sanitario que ha realizado misiones y regresado al país indican que viajaron con pleno conocimiento de las condiciones, se presentaron por voluntad propia y en muchos casos buscaron esta opción, no solo por los ingresos sino por lo que el ahorro les permitiría hacer una vez de retorno al territorio nacional.
El programa de cooperación Médica cubano se estructura en tres modalidades. En la primera, Cuba asume los gastos cuando se trata de naciones muy pobres; en la segunda, los gastos se comparten con el país receptor de la colaboración y en la tercera, la isla caribeña recibe ingresos. En este caso, los ingresos se destinan fundamentalmente al sector de la salud cubano y a los gastos de la cooperación en países pobres.
“Las afectaciones causadas entre 2019 y 2020 a los acuerdos bilaterales firmados por Cuba con varios países de la región de las Américas, han perjudicado gravemente la atención médica a 67 millones de personas”, asegura el gobierno cubano en su I Informe Nacional Voluntario sobre la implementación de la Agenda 2030. (2023)